- Sociedad
Desde el penal, llama ex edil de Chalchihuapan a revivir lucha
Con 18 kilos menos, pero el ánimo renovado, el ex presidente de San Bernardino Chalchihuapan llama a los habitantes de la junta auxiliar a mantener la lucha y a no rendirse a pesar de los abusos de los cuerpos policiacos y de procuración de justicia, convencido de que el movimiento se reactivará a un año del desalojo violento en la autopista Puebla-Atlixco, en el que un menor de 14 años resultó fatalmente lesionado.
En entrevista con e-consulta, Jairo Javier Montes Bautista, quien desde el 21 de noviembre de 2014 se encuentra preso en el penal de San Miguel, en calidad reo peligroso, acusa al abogado Alejandro del Castillo de haber dividido y debilitado el movimiento de resistencia en Chalchihuapan.
“La cacería allá afuera aún no termina. Los interrogatorios judiciales a los pobladores no han cesado desde que el terror se apoderó de la junta auxiliar. No hay quien frene lo que verdaderamente está pasando. Urge formar un frente”, sostiene el ex edil de San Bernardino Chalchihuapan, detenido hace ocho meses en un operativo que involucró a unos 100 policías ministeriales que se trasladaron en 20 camionetas blindadas para su arresto, como si se tratara de un narcotraficante o líder de algún cartel.
Desde entonces el trato no ha sido diferente. Actualmente está recluido en el dormitorio Z en el penal de San Miguel de esta capital, contemplado para delincuentes peligrosos.
Javier es acusado de participar en el enfrentamiento ocurrido el 9 de julio de 2014, cuando un niño de la junta auxiliar de San Bernardino Chalchihuapan, José Luis Tehautlie Tamayo, fue asesinado por policías estatales cuando dispersaban una manifestación con disparos de gas lacrimógeno.
“Claro que soy peligroso. Soy un líder que pide justicia, que quiere detener el abuso contra su pueblo, que exige a los funcionarios que quieren negociar conmigo revivan a José Luis para cerrar cualquier trato."
Javier evade las preguntas sobre su estado de salud o las duras condiciones del penal que tiene un sobrecupo del 100 por ciento; su atención la concentra en la persecución a los pobladores de la junta auxiliar y en la incapacidad de la sociedad para ver y detener la embestida contra un pueblo inocente”, dice.
“… Sabemos que el gobierno del estado no ha dejado de sembrar terror en Chalchihuapan, los pobladores que auxiliaron a los heridos el día del operativo, son buscados aún ahora. No puedo hablar de la represión de un año porque ésta no ha terminado, la pesadilla sigue”.
Gran parte del encuentro con Javier transcurrió entre relatos de la violencia con la que policías ingresaron a esa comunidad la madrugada del sábado 18 de octubre de 2014, arrestando a más pobladores golpeándolos, cateando sus casas de manera simultánea, encañonando a ancianas, sacando a los pobladores de sus camas desnudos, para ingresarlos a las patrullas.
“No puedo dejar de pensar que lo que sufrimos fue la venganza del gobernador Moreno Valle, fue un golpe político el que la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitiera una recomendación en su contra. Él pagó eso, pero nos lo cobró”.
En la entrevista, a iniciativa de este medio, el ex alcalde preso aseguró que se reactivará el movimiento social que surgió y que poco a poco, fue dispersándose. “Desde este penal retomaré las voces con las que iniciamos, los actores que estuvimos implicados, el frente a favor de Chalchihuapan tiene que crecer”, dijo.
-A un año de lo sucedido, ¿qué harías diferente?
-“Fue un error ceder la confianza al abogado Alejandro del Castillo, él creó división y con ello se debilitó el movimiento hasta reducirlo al actual frente… Quiero que quede claro que me deslindo de Alejandro, no quiero que use mi nombre o el de mi pueblo en un futuro. Lo que hizo estuvo mal pero en su momento no lo vi así y confié. Todos los días lo lamento.
Otro error fue no advertir lo que pasó en Ajalpan. Ahí estuvo el aviso para Chalchihuapan… si hubiera visto más críticamente lo sucedido, todo lo que pasó allí se replicó en mi pueblo… incluso hay un niño herido también con una bala de goma… no supe leer el antecedente… de haberse denunciado más los hechos ocurridos a nuestros hermanos, tal vez Chalchihuapan hubiera tenido otro fin”.
–¿Qué es lo más insoportable dentro de este penal?
“Lo peor es sentirme amarrado. Quiero ayudar y me desespero, más cuando pienso en Elia Tamayo, la madre de José Luis. Pienso en qué la podría consolar… me duele ver a mis vecinos presos, saber que sus familias tienen tantas dificultades para venir a visitarlos. ¡Qué necesidad había de que se agregara otro sufrimiento más a lo que ya había pasado!, ¿Por qué contra los más débiles?, y los que no están aquí pero fueron lesionados… pienso que yo debo dar una respuesta. Me quedaría aquí mismo en garantía a cambio de que salieran los dos compañeros que aún están aquí. Me angustio por mi pueblo y su gente y la gente de muchos otros pueblos que al igual que nosotros sufre porque también han sido encarcelados, incluso también sus presidentes”.
—¿Qué sigue para Chalchihuapan?
—Vamos a reorganizar el movimiento. Otra vez convocar a los presidentes auxiliares que crearon la Coordinación Estatal en Defensa por la Identidad de los Pueblos (CEDIP), a los que tuvieron que dejar el movimiento, a los que se sumaban que por lo sucedido, les convoco desde el penal a retomar la lucha por un pueblo digno e inocente.
Estoy llamando a reactivar la lucha, no cederemos hasta que se haga justicia con José Luis Tehuatlie y mi gente. Estoy dispuesto a soportar lo que sea necesario por mi pueblo sin dudarlo ni un segundo.
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