25N violencia escolar y acoso sexual en las escuelas
- Laura Liliam García López
El Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer, se conmemora cada 25 de noviembre y este año el tema es “Cada 10 minutos una mujer es asesinada. #NoHayExcusa. Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres”, que tiene como fin movilizar a la sociedad ante una alarmante escalada de violencia feminicida, así como revitalizar los compromisos y exigir responsabilidad y medidas firmes y concretas a los responsables de la toma de decisiones, es decir a los gobiernos y sus titulares de primer nivel.
En México continúa esta ola de violencia, con once mujeres asesinadas todos los días por violencia de género, sin que se logren bajar los índices de feminicidios, y se continúen implementando acciones afirmativas para combatir este mal. Confiamos que las nuevas reformas constitucionales en favor de la igualdad sustantiva y el combate a la violencia de género beneficien la protección de los derechos de justicia y seguridad de las mujeres y niñas en el país.
La violencia contra las mujeres y niñas crece de manera alarmante. La cultura machista y estructural se sigue expandiendo para generar nuevos tipos y modalidades de violencia, mucho más allá de las categorías que existen en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Dentro de los tipos de violencia, tenemos a la psicológica, física, económica, patrimonial, sexual y simbólica. En el mismo sentido dentro de las modalidades de violencia se encuentran la violencia familiar, vicaria, ácida, doméstica, digital, mediática, laboral y docente, contra la libertad reproductiva, obstétrica, institucional, en el noviazgo, en la comunidad, violencia política y feminicida.
En contrapunto, hay una violencia que existe, pero que aún falta por reconocerse en la ley: la violencia escolar, que se entiende como “toda agresión realizada dentro del ambiente de las instituciones educativas, la cual puede expresarse de distintas formas por los actores que conforman la comunidad escolar. Es decir, no se reduce a la realizada entre estudiantes, también involucra otros actores como padres de familia, maestros, directivos y personal administrativo”. Las principales expresiones de violencia escolar se dan de forma verbal, física y psicológica, pero no se limita a ello, pues se observa también violencia sexual cibernética, patrimonial, económica y social, en el que destaca el acoso escolar.
La violencia escolar contra las mujeres es un tipo de violencia de género que se manifiesta en el ámbito educativo y que está basada en violencia académica, estereotipos, relaciones de poder y discriminación. La violencia de género afecta a hombres y mujeres, sin embargo, la desigualdad de género que tiene como base la discriminación, propicia que las mujeres y niñas, vivan más episodios de violencia en diferentes espacios y la escuela no es la excepción, porque ahí radica una violencia que tiene que ser atendida con urgencia.
LA ONU define la violencia escolar educativa, como la que se genera en las escuelas. Se refiere al daño físico, sexual, psicológico e incluso patrimonial que pueden sufrir o generar distintas personas que se encuentran inmersas en las comunidades educativas. En este sentido al hablar de las violencias que las mujeres y niñas viven en el ámbito educativo, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia define la violencia ejercida por el personal docente como aquellas conductas que dañen la autoestima de las alumnas con actos de discriminación por su sexo, edad, condición social, académica, limitaciones y/o características físicas, que les infligen, puntualmente, maestras o maestros. Pero por el contrario, hace falta una normativa jurídica a nivel global, nacional y local, que especifique qué es y cómo se sanciona la violencia escolar en contra de las mujeres y niñas.
El ámbito educativo las alumnas son objeto de violencia física, psicológica y sexual, incluidos casos de acoso y hostigamiento sexual, por parte de un docente, maestros o cualquier persona que trabaje en el área administrativa, del centro educativo “escuelas” con una posición jerárquica o de autoridad sobre ellas, además de los propios compañeros, a lo que se le llama acoso escolar.
El acoso sexual en las escuelas, principalmente en las prepas y en las universidades existe, y cada vez existe menos silencio. Las víctimas cada día denuncian más a través de los tendederos escolares. Los “tendederos del acoso” o “tendederos escolares” han sido una herramienta de red de apoyo para que las jóvenes estudiantes denuncien públicamente, o de forma virtual, dentro de sus instituciones académicas, a profesores, alumnos y personal administrativo que de alguna manera las han violentado, y que ya no quieren que esta acción siga en el anonimato.
El movimiento #MeToo ha lanzado también la campaña Me Too Universidad para visibilizar el acoso que sufren las mujeres estudiantes, que se inauguró lanzando en redes sociales, un poema musicado que inspiró a todas las universitarias. Desde entonces, ha seguido motivando a más personas a solidarizarse con las víctimas de violencia de género. El poema se llama “Valientes” y se trata de un himno de las personas supervivientes de acoso en las escuelas. Con este canto de esperanza, el movimiento continúa con la ilusión de seguir compartiendo rutas que permitan no dejar nunca de romper el silencio cuando existe violencia escolar y sobre todo acoso escolar en contra de las mujeres.
En este sentido hace falta legislar por este tipo de violencia que existe y que aún no está reconocida. La violencia escolar y el acoso escolar son la piedra angular para combatir en esta administración, y atenderla, ya que afecta a niñas y adolescentes.
Opinion para Interiores:
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Presidenta de Paritè emprendimiento de género. Doctora en Derecho-CONACYT. Abogada y Maestra en Derecho Constitucional y en Ciencias Políticas BUAP. Doctorante en Estudios Legislativos de Género y Paridad CONACYT