El 9 de enero de 2011, me enteré que tenía que enfrentar un gran reto profesional, del cual sin lugar a dudas tenía que salir avante. Como dirían los corredores, se trataba de un maratón, no una carrera de 100 metros. La cosa estaba complicada, los factores externos para quedar fuera eran muchos; si quería lograr la continuidad, no podía dejarle el tema a la suerte, debía de ser cuidadoso y fortalecer mis competencias. Yo, Eduardo Tovilla, tenía que enfrentar de la mejor manera posible esta avalancha que se avecinaba.

Ya he compartido reseñas de otros libros que me ayudaron a resolver varios tipos de problemáticas. Esta vez voy a hablarles de otra obra con recomendaciones que fueron clave para superar esta prueba, y que son muy útiles para aplicar en el ámbito profesional. Su nombre es Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, de Stephen R. Covey, en donde aborda ejemplos de situaciones como la que yo viví y que son bastante comunes en el mundo moderno.

De acuerdo con Covey, el problema no está en la cantidad de tareas que tenemos, sino en la falta de enfoque y prioridades claras. Vivir reaccionando a las urgencias diarias nos deja agotados y desmotivados, y es ahí donde los hábitos que propone nos ayudan a retomar el control y redirigir nuestras acciones hacia lo que realmente tiene sentido y valor en nuestras vidas. En mi caso, justamente lo que requería era enfocarme en mi desafío profesional.

Algo que, de manera particular, me llamó la atención es la estructura del libro, pues los hábitos tienen un hilo conductor basado en tres categorías: 1) la dependencia, estado en el que el cumplimiento de nuestras metas y la satisfacción de nuestras necesidades se supeditan a otros, 2) la independencia, en la que tenemos un dominio total de nuestras decisiones y acciones, y 3) la interdependencia, el nivel en el que reconocemos que nuestras relaciones con los demás son indispensables para cumplir objetivos.

Para transitar de un estado a otro, había que desarrollar 7 hábitos. Tengo que reconocer que no fue nada sencillo traerlos a mi vida, pero la fuerza de voluntad y el deseo de cumplir mi propósito profesional me impulsaron a no tirar la toalla.

Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas

1. Sé proactivo
Ser proactivo implica que tomes la iniciativa respecto de algo que está sucediendo, pero también anticipar y responsabilizarte de tus decisiones, sin culpar a las circunstancias externas.

Es común que en el trabajo los proyectos se retrasen por problemas ajenos a uno mismo y también que nos quejemos por esto. En este contexto, la proactividad implica proponer soluciones que están, como coloquialmente se dice, “dentro de tu cancha”, esto es, liderar para generar resultados.

2. Comenzar con un fin en mente
Debes visualizar claramente tus metas antes de comenzar cualquier tarea, para lograr enfoque. Pocas personas tenemos una visión de largo plazo en relación con lo que hacemos en el día a día.

¿Cuántas personas ahorran sin saber a ciencia cierta para qué? Aplicar este hábito es, en esta situación, hacer un plan como comprar una casa en cinco años.

3. Establecer primero lo primero
Debes diferenciar lo que es más importante de lo urgente y priorizar lo primero. Así como no todo lo que brilla es otro, no todo lo que urge es relevante.

Piensa en que tienes que responder correos de manera urgente, pero sabes que lo que te ayudará a conseguir un cliente es preparar una presentación, por lo tanto, decide dedicar tu energía y tiempo a esto último y después te ocupas de los mails.

4. Pensar en ganar/ganar
Debes buscar soluciones que beneficien a todas las partes en una situación. En lugar de ver las relaciones como competitivas, Covey insta a cooperar. ¿Es posible llevar esto a la práctica? Sí.

Imagina que estás negociando con un proveedor. En vez de exigir una rebaja de precio que sólo te beneficie a ti, propón una solución en la que ambos ganen. Podrías aceptar un precio justo, pero solicitar un servicio adicional. Así fomentas una relación de confianza y colaboración.

5. Buscar entender antes de ser entendido
Escucha de manera empática. A menudo, estamos tan enfocados en expresar nuestras propias ideas que olvidamos escuchar y entender a los demás.

Se trata de un consejo para aplicar casi en cualquier situación. En una discusión, siempre sumará más tomarte un momento para escuchar las preocupaciones del otro. Juntos pueden encontrar una solución óptima.

6. Sinergizar
Debes reconocer que la suma de las partes es mayor que el esfuerzo individual. La sinergia significa que, al combinar talentos y perspectivas diferentes, se logran mejores resultados.

En un equipo de trabajo donde cada miembro tiene habilidades diferentes, evita hacer todo por tu cuenta. Mejor aprovecha las fortalezas de cada uno, dividiendo el trabajo según sus fortalezas.

7. Afilar la sierra
Debes cuidar y renovar continuamente tu energía y bienestar.  Reserva tiempo para descansar y “recargarte”. Puede que el no hacerlo en el corto plazo no se note, pero en el largo plazo las consecuencias pueden ser terribles.

Si has estado trabajando sin descanso durante semanas, y sientes que tu productividad ha bajado, tómate tiempo libre para descansar, hacer ejercicio y desconectarte del trabajo. Verás que regresarás renovado. A mí me ayudó mucho con mi reto entender esto. De no haberlo hecho, me habría desgastado seguramente en vano.

Cuando me preguntan, ¿Eduardo Tovilla, por qué te gusta este libro? En primer lugar, porque en ese momento de tensión profesional fue mi brújula. En segundo lugar, porque es una obra con una visión bastante integral del éxito, basada en valores como la responsabilidad, la disciplina y el respeto por los demás. Esto último, para mí, debe guiar nuestras acciones en todo momento. Al leerla, te darás cuenta que no tiene soluciones mágicas, sin embargo, sí posee un enfoque práctico que requiere dedicación y constancia. Un libro más que nos muestra el cómo; depende de nosotros accionar.