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Emma y Rafael, la familia poblana que vive en su auto por un abuso de la fiscalía
Por casi tres años Emma López y su hermano Rafael han tenido que vivir en un auto con los asientos rotos, sin llantas ni medallón, estacionado en la puerta de su domicilio, en la ciudad de Puebla. ¿La causa? La fiscalía poblana les prohibió la entrada por un cateo en búsqueda de dos personas que incluso fueron ubicadas días antes en Izúcar de Matamoros.
“Nadie merece vivir así, imagínese vivir en su cochecito. Dos navidades las hemos pasado aquí. Ese 18 de septiembre de 2021 nos cambió la vida por completo, ha sido muy difícil y ya no sabemos qué más hacer, no tenemos nada, hasta los documentos oficiales nos quitaron”, dijo Emma López a e-consulta mirando acongojada el Chevy que se ha convertido en su hogar a pesar de tener su casa a unos pasos, donde vivió por más de 46 años.
El 18 de septiembre del 2021 la vida de Emma y su hermano Rafael dio un giro de 180 grados. Pasaron de tener un techo donde vivir, trabajo estable, reputación intachable —pues ella era escritora y él profesor de bachillerato—, a vivir en un Chevy y ser estigmatizados por algunos pobladores de la junta auxiliar Zaragoza llamándolos “los descuartizadores”… Todo por un cateo donde no fue encontrada ninguna prueba que los vinculara a tal hecho delictivo.
Si Emma y su hermano han soportado las inclemencias del clima, el ser víctimas de la inseguridad y estar expuestos en medio de la calle es para cuidar lo único que les queda: su casa. Así, buscan evitar que termine en manos de los delincuentes, pues al no estar habitada los criminales se han aprovechado y saltado las bardas para ocuparla.
Así comenzó el calvario de Emma y su hermano
La historia que llevó a Emma y su hermano a vivir en su auto inició con la búsqueda de dos primos, que al final aparecieron incluso días antes en Izúcar, sin vida.
“Salí a trabajar y cuando regrese caí en shock… Mi casa estaba cerrada por la fiscalía y no vi a mi hermano, es la pesadilla que tengo, el mal día que nos partió la vida a ambos. Mi hermano no vivía aquí, pero estábamos en pandemia, aquí hacía sus clases en línea y ya no lo vi desde ese día. Allanaron mi vivienda que porque buscaban a dos personas desaparecidas que ya habían sido encontradas por la Fiscalía”, recordó Emma.
Emma López rompió en llanto al hacer memoria de cómo aquel día salió a trabajar y cuando regresó su casa ya estaba con sellos de seguridad por la fiscalía. No encontró a su hermano y cuando preguntó a sus vecinos qué había pasado, sólo le dijeron que se lo habían llevado esposado y encapuchado más de 50 agentes ministeriales.
Les niegan acceso a carpeta de investigación; agentes se llevan su dinero y hasta mascotas
Emma indicó para e-consulta que hasta la fecha no sabe por qué su vivienda fue ligada como lugar de investigación para esclarecer la desaparición de dos primos; es más, ni siquiera han tenido acceso a la carpeta de investigación, todo fue irregular y se llevaron a su hermano sin una orden de aprehensión.
Las personas que buscaban los agentes ministeriales ya habían sido localizadas el 1 de septiembre en el municipio de Izúcar de Matamoros, sin vida, aun así, catearon la casa de Emma y ella dijo que hasta a su hermano lo obligaron a que se declarara culpable de la desaparición de los jóvenes, pero ni siquiera los conocía y se mantuvo firme en decir la verdad.
Además, los agentes rompieron las alcancías donde tenían ahorros y se llevaron el dinero e incluso se probaron su ropa interior, tomando hasta las mascotas.
Encarcelan a hermano de Emma pero por ataques peligrosos
Al final, el hermano de Emma fue encarcelado y vinculado a proceso pero no por la desaparición, sino por el delito de ataques peligrosos, pues los agentes aseguraron que los atacó con un machete cuando en realidad lo sometieron, golpearon al grado de dejarle rota una costilla y esposaron.
Pese a ello, su hermano fue encarcelado en el penal de San Miguel durante 18 meses hasta que fue liberado y cuando llegó a su casa se encontró a su hermana viviendo en el Chevy, pues ninguno de los dos puede ingresar por órdenes de la fiscalía.
A partir de ahí Emma y su hermano se quedaron sin empleo ni dinero, tampoco tiene sus documentos oficiales, lo único que les quedaba era el Chevy aparcado junto a su vivienda. Ahí viven y si bien les va, comen, también tratan de dormir, todo mientras están a “las vivas” para que los delincuentes no los ataquen, pues en ocasiones anteriores han intentado abrir el auto para agredirlos y a Emma ya hasta la golpearon.
Solidaridad vecinal, lo que les permite seguir adelante
Emma dijo a e-consulta que a pesar de todo lo que han enfrentado no quiere descuidar su casa, teme que le sigan robando sus cosas. Sin embargo, la solidaridad se ha hecho presente. Han tenido el apoyo de un grupo de colonos que los invitan a comer, les regalan ropa y hasta les ofrecieron un cuarto, pero Emma y su hermano Rafael no quieren descuidar lo que en vida les dejó su padre.
“Querían un chivo expiatorio y lo encontraron, fue mi hermano. Me dijeron que cuando mi hermano saliera me iban a decir el motivo por el cual catearon y aseguraron mi casa, cuando él salió regresamos junto con las autoridades, pero no nos dijeron nada ni nos permitieron el acceso, hasta la fecha nos traen en las mismas”, dijo Emma.
Dos navidades en el Chevy
Emma ha vivido en ese coche aparcado desde hace dos años y su hermano un año luego de que fue encarcelado. A ella le han tocado dos navidades en el Chevy y ante las necesidades fisiológicas debe acudir hasta el río de la zona
Por esta razón, llegó a pedir a sus vecinas botellas de refresco para que ahí pudiera hacer del baño; la han intentado asaltar, la golpearon y le robaron las pocas pertenencias que guardaba.
“Nos han tocado dos diciembres aquí, en el Chevy. Nos encerramos ya con todo en las noches, pero ya ni dormimos porque cuando escuchamos, a las 2 o 3 de la mañana vemos que se brincan los delincuentes. Tampoco tenemos a dónde ir, no tenemos dinero, nuestra familia nos dio la espalda, creyeron todo lo que se dijo de mi hermano”.
Emma y Rafael, lo único que quieren, es que les devuelvan su patrimonio, su hogar, por ello hicieron un llamado a la Fiscalía General del Estado para que resuelva su situación y esclarezcan todo, pues incluso Rafael ya fue absuelto de todo cargo y ni con eso ceden las autoridades en darles su casa.
De segur las cosas igual, Emma seguirá enfermándose del estómago, durmiendo casi en la intemperie en un asiento roto y su hermano, dormitando, pues apenas y cabe en el auto, ambos sin comer bien ni tener la vida digna que llevaban hasta antes de la aparición de la fiscalía de Puebla y su cateo irregular. (MCJ)