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Los amores de Silvia Pinal; estos hombres conquistaron su corazón

  • Lizzette Vela
La diva del cine mexicano, Silvia Pinal, vivió intensos romances y matrimonios que marcaron su vida personal y profesional
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Silvia Pinal, considerada la última gran diva de la Época de Oro del cine mexicano, no solo dejó una huella imborrable en la pantalla, sino también en el corazón de muchos hombres que se enamoraron de su belleza y talento. A lo largo de su vida, la actriz vivió intensos romances y matrimonios que, aunque a veces complejos, también fueron parte de su historia personal y profesional. Estos son los hombres que lograron conquistar su corazón.

Rafael Banquells: el primer amor de Silvia Pinal 

La historia de amor de Silvia Pinal comenzó cuando apenas era una adolescente. En 1947, con 17 años, conoció al actor y director de cine Rafael Banquells, quien por entonces tenía 35. A pesar de la diferencia de edad, se casaron ese mismo año, con Mario Moreno Cantinflas como uno de los padrinos de la boda. De su unión nació Sylvia Pasquel, quien seguiría los pasos de su madre en el cine. Sin embargo, su relación no perduró y se divorciaron en 1952. Aunque la relación terminó, ambos mantuvieron un respeto mutuo.

Emilio Azcárraga Milmo: un amor breve pero significativo para Silvia Pinal

A mediados de la década de los 50, Silvia Pinal comenzó un romance con Emilio Azcárraga Milmo, el entonces dueño de Televisa. La relación duró cuatro años, pero fue lo suficientemente significativa para que la actriz se involucrara en el entorno empresarial y mediático de la televisión mexicana. A pesar de la separación, ambos mantuvieron una amistad, y Emilio Azcárraga siguió siendo una figura importante en la vida de Silvia.

Gustavo Alatriste: la historia de amor y cine

En 1961, Silvia se casó con Gustavo Alatriste, un reconocido productor y director de cine. Este matrimonio no solo marcó su vida personal, sino también su carrera profesional, ya que juntos trabajaron en importantes proyectos cinematográficos, incluyendo películas dirigidas por el aclamado Luis Buñuel, como Viridiana (1961) y El Ángel Exterminador (1962). De esta relación nació Viridiana Alatriste, quien trágicamente fallecería en 1982 en un accidente automovilístico. Tras seis años de matrimonio, Silvia y Gustavo se divorciaron en 1967, pero la colaboración en el cine dejó un legado perdurable.

Enrique Guzmán: una relación polémica

Enrique Guzmán, el famoso vocalista de los Teen Tops, fue otro de los grandes amores de Silvia Pinal. A pesar de una diferencia de 12 años, ambos se casaron en 1967 y tuvieron dos hijos: Luis Enrique Guzmán y Alejandra Guzmán, quien se convertiría en una de las figuras más importantes de la música en México. Sin embargo, su matrimonio estuvo marcado por episodios de violencia doméstica, que Silvia describió más tarde en su biografía y que llegaron a ser parte de la trama en la serie biográfica Silvia Pinal, frente a ti. El matrimonio duró nueve años, y tras los problemas, Silvia decidió divorciarse.

Fernando Frade: un amor fugaz

Fernando Frade, productor y amante del cine, también formó parte de los amores de Silvia Pinal. Su relación fue breve y estuvo marcada por problemas de alcoholismo por parte de Frade. Además, la situación se complicó cuando él también comenzó una relación con Sylvia Pasquel, la hija de Silvia, lo que generó una ruptura temporal entre madre e hija. Esta relación, aunque corta, fue uno de los momentos más controvertidos en la vida de Silvia Pinal.

Tulio Hernández: la incursión en la política

El último amor de Silvia Pinal fue Tulio Hernández, un político que conoció a principios de la década de 1980. En 1982, se casaron y Silvia se involucró en el ámbito político, convirtiéndose en senadora y miembro de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal. Aunque su relación terminó en 1995, este matrimonio fue clave para su incursión en el mundo de la política y para una nueva etapa en su vida.

A lo largo de los años, Silvia Pinal vivió relaciones que fueron mucho más allá de la fama y el cine. Desde su primer matrimonio con Rafael Banquells hasta su última relación con Tulio Hernández, cada uno de estos hombres dejó una marca en su vida. A través de estos amores, Silvia no solo vivió momentos de felicidad, sino también desafíos y cambios significativos en su carrera y en su vida personal.

Más allá de los amores que marcaron su vida, Silvia Pinal se ha mantenido como un ícono del cine y la televisión en México. Su legado en la cultura mexicana es innegable, y su capacidad para reinventarse a lo largo de los años, tanto en el cine como en la política y la televisión, la han consolidado como una de las figuras más queridas y admiradas del país. A través de sus relaciones, Silvia Pinal vivió una historia de amor que, al igual que sus películas, permanece en el recuerdo de todos. (LV)

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