Carta abierta

  • Lilia Vásquez Calderón
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Mtro. José Alfonso Esparza Ortiz,

Rector de la Benemérita Universidad autónoma de Puebla.

Al personal académico, administrativo y alumnado de la BUAP.

A los poblanos en general.

En mi tarea como académica he tenido claro que la  universidad surge y existe como espacio libre para la reflexión, el intercambio de ideas,  la producción del conocimiento y la búsqueda de utopías que cada día nos permitan construir un mundo más humano, procurando el bienestar colectivo y dando respuesta a los problemas más sensibles que aquejan a nuestro estado, región y país; todo ello en un marco de respeto. Por tal razón se prioriza el trabajo colegiado, sin exclusiones ni vulneración.

La BUAP no es propiedad de nadie. Usted fue electo bajo un proceso de escrutinio y representa el interés de todos y cada uno de los universitarios. Por ello, en la formulación de su plan de trabajo, nos invitó a participar en la construcción de la universidad del porvenir; de una universidad pública solidaria, incluyente, innovadora y comprometida con la sociedad.

En este sentido,  ante una situación por demás adversa e indignante, no me queda más que exponer a Usted la:

Crónica de un despido sin causa:

El poder enloquece, pero el exceso

 de poder más la soberbia, envilece.

  1. Es pertinente recordar que el año pasado se emitió convocatoria para renovar la dirección en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, registrándose cuatro candidatos: Mtro. José Francisco Ávila Caso, Mtro. Fernando Javier Andraca Huerta, Dr. Carlos Antonio Moreno Sánchez y Mtro. Pablo Portillo; que el proceso electoral fue suspendido por un amparo provisional concedido al Dr. Arturo Rivera Pineda. Al efectuarse nuevas elecciones este año, resultó ganador el Dr. Carlos Antonio Moreno Sánchez, quien tomó posesión del cargo en sesión solemne de Consejo de Unidad el día 14 de enero, en la que Usted Señor Rector, estuvo presente. Considero que el triunfo electoral de una persona para ocupar un cargo, no equivale a extenderle un cheque en blanco por llenar, sino contraer el compromiso de trabajar y rendir cuentas para defender, procurar y sumar a todos los representados; en un sentido noble, es velar y cuidar con dignidad la confianza que se ha recibido. 
  2. El triunfo del Dr. Carlos Antonio Moreno Sánchez se logró por el trabajo y labor de convencimiento de los sectores académico, administrativo y estudiantil. Todos nos sumamos bajo le idea de un proyecto incluyente, estableciendo compromisos de inclusión y respeto con los académicos: Dr. Salvador Vázquez Vallejo, Mtro. José Luis León Salamanca, Mtro. Raymundo Alfaro Pérez, Mtro. Nicéforo Rodríguez Gaytán, que se manifestaron en su plan de trabajo: “En apego a la normatividad universitaria, hacer prevalecer la vigencia de ser una institución social  integrada por una comunidad académica libre, plural y democrática, con el propósito de transmitir, acrecentar, difundir el conocimiento y la cultura, para ponerlos al servicio de la sociedad”. De acuerdo con tal normativa, el director de nuestra unidad académica está sujeto a rendir cuentas al máximo órgano colegiado de gobierno que es el Consejo de Unidad, con derecho de voz y voto para las decisiones esenciales del buen desempeño de la Facultad.
  3. El Dr. Moreno Sánchez asumió la dirección y las actividades de la Facultad siguieron su rumbo cotidiano. Con fecha 6 de marzo pasado, en reunión de trabajo en el salón 35 de nuestra unidad académica, hizo entrega de nombramientos a su equipo de trabajo ratificándonos, al Mtro. Nicéforo Rodríguez Gaytán en la Coordinación de la Maestría en Ciencias Políticas, y a la suscrita en la Coordinación de Educación Continua; desempeñando mis labores en el cubículo 60 de posgrado edificio 114-I.
  4. El viernes 30 de mayo a las  18:30 hrs. me enteré ¡¡¡por facebook!!! que, sin mediar aviso laboral alguno ni causa justificada para ello, el lugar de trabajo que ocupaba el Mtro. Rodríguez Gaytán fue asignado al Dr. Francisco Sánchez Espinoza; y que, a las 19:00 horas, designaron en mi lugar al maestro Roberto Santacruz Fernández, quien fungió interinamente como secretario académico durante el periodo de transición electoral, a quien se apoyó para llevar adelante todo el trabajo en dicha área.  En tal situación, lo mínimo que uno espera es la cortesía de ser informado que nuestra  colaboración ya no es necesaria. ¿Por qué echarnos de nuestra labor y fuente de trabajo de la forma más vil y ruin? El anuncio al público en esa red social ¿es  muestra de poder y sarcasmo? ¿o, simple y sencillamente, quien nunca ha tenido poder y lo logra tener enloquece y envilece? ¿Acaso el lenguaje no es  suficientemente claro para indicar que, al ser plaza de confianza y ya no existir ésta, se hacía necesario el remplazo? No tenían obligación de agradecer la colaboración prestada. Solo olvidaron un detalle: en dicha plaza llevaba laborando 12 años. Al parecer, no bastó el anuncio público. Se esmeraron en su pretensión de dar una lección de poder y de miedo; de mirar al enemigo.
  5. Mi espacio de trabajo fue cerrado. El cambio de chapa me privo de disponer de mis objetos personales y me deja peor que delincuente. Ahora resulta que en la Facultad “de Derecho” se violentan los derechos elementales de una persona; quizá por misoginia, mientras a los varones cesados se les piden las llaves y les exigen la entrega de oficina en forma personal; a mí, por ser mujer, se me humilla, amenaza,  somete y agrede en una situación mezquina y miserable.  No, no  señores. Podrán cerrar mi cubículo, amenazar con quitarme mi plaza y prohibirme estar en la escuela; pero el ejercicio de mi libertad de expresión no me lo pueden robar. Mi condición de mujer no me vuelve vulnerable y mucho menos les da el derecho de excluirme; querer borrar, de una vez y para siempre, mi presencia en la facultad les será imposible porque, a diferencia de cada uno de ustedes, cultivé amigos. Durante 28 años he sido docente y no dudo que contaré con el respaldo de cada alumno que formé, de cada profesionista, de cada amigo y amiga que cultivé y de un gremio de abogados y abogadas que, sin duda, serán solidarios conmigo.
  6. El Dr. Carlos Antonio Moreno Sánchez accedió, el sábado 31, a atenderme diciéndome “que no es mi enemigo, que me respeta; y que entienda yo que hay cambios que solo compete a él hacerlos”. Bien pronto olvidó que se debe a la comunidad que representa. En gala de magnanimidad, me dice que no tiene nada en mi contra; que le preguntaron (ignoro quién) si quería que me quedara en la escuela o hacían mi cambio de adscripción a otra unidad académica. ¿Cuál es la razón o motivo? ¿Qué incomodidad genera mi presencia en la Facultad? Como si fuese una gracia, me ofrece la jubilación en mi plaza de confianza ¡solo es cuestión que usted decida! Con una llamada me agenda cita institucional con el Dr. Gabriel Pérez Galmiche, Director de Enlace y Gobernanza para el lunes 2 de junio, misma que reagendo por una intervención quirúrgica de mi madre.
  7. El pasado jueves 5, me atiende el citado funcionario, indicando que me jubilarán en mi plaza de tiempo completo titular A; que pasaré a la nómina de jubilados. Hace énfasis en decirme, que recuerde que se cierran ciclos y que la facultad de remover a su personal radica en el actual director; sentenciosamente me informa que ya no podré ir a la Facultad de Derecho. ¿Qué es esto? Frente a tal arbitrariedad no se puede, ni debe, guardar silencio. Sería incongruente que impartiendo la materia de filosofía del derecho, renuncie a la exigencia de respeto a mi dignidad.

Señor Rector: Tiene expuesta la crónica de mi despido. Sin una causa laboral justificada, estoy fuera de la Universidad. Confió en que atenderá mi situación y que no olvide a la Facultad. Usted tiene un compromiso con cada alumno, académico y administrativo, porque votamos y confiamos en su proyecto.

A mis amigos académicos, alumnos, consejeros de unidad y administrativos, de la Facultad y la Universidad, agradezco su apoyo solidario.

Lilia Silvia Vásquez Calderón

Facultad de Derecho y Ciencias Sociales

Agradezco sus muestras de solidaridad y apoyo a:

Correo: liliasilvia@yahoo.com

Facebook: Lilia Silvia Vásquez Calderón

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Lilia Vásquez Calderón

Lilia Silvia Vásquez Calderón, Licenciada en psicología, maestra en derecho.

Coordinadora Académica del posgrado del  Centro de Ciencias Jurídicas de Puebla (CCJP)

Docente jubilada de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, BUAP.