Guardémonos en estas fiestas

  • Edwin Mora
El Guadalupe - Reyes será transmitido vía remota en sus computadoras

Hace unos días el gobernador Miguel Barbosa Huerta llamó a un nuevo confinamiento, ante el aumento de contagios y decesos ocasionados por el COVID-19. En otras palabras, seguiremos al menos unas semanas más sin poder vernos y abrazar a nuestros seres queridos. Será, como muchas otras cosas en este año, la primera vez en mucho tiempo donde se suspenden eventos como posadas, reuniones de fin de año, cenas de navidad, recalentados y cenas de año nuevo. Si lo queremos decir coloquialmente, el Guadalupe-Reyes será transmitido vía remota en sus computadoras. 

Sin embargo, somos más fuertes que este problema, sobre todo si, como se espera en estas fiestas, mostramos afecto y solidaridad con quienes nos rodean. No me refiero a lugar común de esos que abundan en estas fechas, sobre todo en la publicidad, sino reencontrar un significado propio para estos días de cierre, reflexión, balance y proyección. Algo mucho más profundo y personal que gozar de cenas deliciosas, tener que tolerar a esa parentela que ven cada año o los intercambios de regalos. 

¿Qué significan estas fiestas? Para los creyentes, simboliza el nacimiento de Jesús de Nazaret. Sin embargo, no se ha celebrado siempre el 24 de diciembre: más bien fue considerado oficial siglos después. Los pavos, o guajolotes, son de México. Desde 1986, los frailes agustinos de Acolman Nezahualcóyotl recibieron la autorización del Papa Sixto V, para celebrar las misas de aguinaldo, que tiempo después se les llamaría posadas. Las piñatas son originarias de China y los árboles de navidad los trajo Maximiliano de Habsburgo. Incluso hubo grupos, como los puritanos de Massachussetts, hoy en Estados Unidos, que prohibieron celebrar la Navidad, por considerarla pagana y ostentosa. En breve, cada quién vive su fe como considera mejor. 

Tampoco las posadas han sido las mismas desde la colonia. Muchos que lean esto recordarán las largas letanías que se cantaban, mientras recorría en círculos el atrio de una iglesia. Las colaciones eran frutas que nos descalabraban cuando rompíamos una piñata de barro, y se podían usar los dulces para las resorteras. Hoy algunos dicen organizarlas, solo para reunirse, y las piñatas, de periódico, engrudo y papel de colores, tienen como imagen al meme del momento. Cada quién vive su religiosidad o ausencia en libertad: sólo esto diciendo que las celebraciones se transforman continuamente, así como los significados. 

¿A qué voy? Transformemos la forma que vivimos la Navidad y el año nuevo, acorde con el encierro. ¿Se acuerdan cómo veíamos caricaturas donde toda actividad en el futuro sería a través de pantallas? Hoy ese futuro nos alcanzó, y podemos resignificar las fiestas a distancia, mientras podemos vernos otra vez. ¿Qué tal si, digamos, organizan una reunión virtual donde vean a la abuela cocinar sus romeros, mientras todos participan? ¿Y si le piden a esa tía que hace esa pierna sabrosísima 

que también comparta su receta? Nada une más a cualquier grupo de personas que cocinar juntos y convivir. Además, guardamos nuestras costumbres y las vamos pasando a una nueva generación. 

Sobre todo, estos días de reflexión deben servirnos para repensarnos en nuestras comunidades. ¿Han estado cerca de ese amigo o amiga que la está pasando mal? ¿Le han enviado condolencias a esa relación que perdió algún pariente de COVID? ¿Qué han hecho para apoyar la economía de sus vecinos, que están haciendo hasta lo imposible por generar ingresos? Retejamos los lazos con nuestros vecinos: así podemos hacer las cosas mejor año con año. 

Por último, aprovecho para enviarles un fuerte abrazo a distancia, y desearles lo mejor para esta Navidad y el próximo año. ¡Nos vemos en enero!

 

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Edwin Mora

Abogado, emprendedor, Maestro en Gobierno y Administración por la BUAP, Presidente Municipal de Huaquechula (2014-2018)