Un mundo raro

  • Ana Teresa Aranda Orozco

Sí, muy raro debe ser el mundo en el que viven el presidente y su equipo.  Mire usted, que la realidad alterna en la que se desenvuelven no tiene nada que ver con el mundo real en el que nos debatimos todos los días la mayoría de los mortales.

Mientras en todo el mundo la transparencia y rendición de cuentas se hacen cada día más indispensables para la vida en comunidad, aquí en México, el gobierno federal se empeña en ignorarlas.  Basta ver al presidente mirando de soslayo el escándalo de la “zarina anti-corrupción” cuando se le demuestra que su patrimonio inmobiliario no ha sido declarado en su totalidad ni en el número de propiedades, ni en su procedencia, ni en sus montos.  Uno esperaría que se le hubiera pedido separarse del cargo mientras durara la investigación, pero eso solo podría darse en un mundo donde las leyes se respetaran.  Pero en el mundo de la 4T esto sería deshonroso, así que el camino elegido ha sido evitar a toda costa la investigación, señalar con índice de fuego a quienes se han atrevido a destapar la cloaca y salir en tropel a defender a la indefendible y su consorte, quienes han optado por adjetivar a los creadores del reportaje de marras como sicarios en una actitud permanentemente defensiva.  Impensable que todo esto se diera sin el aval de YSQ y ha quedado evidencia cuando a pregunta de reportera si al acusar de sicarios a los periodistas no se les pone en riesgo, la respuesta del presidente no deja lugar a dudas, porque no solo defiende a la pareja en cuestión sino alienta la confrontación.  En ese su mundo raro los sicarios son periodistas y los verdaderos sicarios son almas puras, de moral distraída que solo necesitan el apercibimiento materno y la ayuda de las migajas gubernamentales para cambiar. 

En el mundo de caramelo donde vive López, en ese de abrazos y no balazos, los cárteles pueden hacer de la ciudad capital y del país entero un infierno, pueden declararle la guerra al Estado Mexicano, matar familias enteras, hacer inhabitables pueblos y comunidades, secuestrar, atentar contra la vida de altos, medianos y pequeños funcionarios y en no pocos casos conseguirlo, pero el mesías inalterable seguirá tercamente empeñado en su fallida estrategia, no va a combatir ni a enfrentar al narco, prefiere en todo caso tomar caballerosamente la mano de la madre del Chapo y dejar en libertad a la madre del Marro, si la mujer tenía dos millones y medio de pesos en efectivo y drogas y armas en su poder en el momento de su detención es que era como John y Eréndira, ahorrativa, previsora y de alguna manera se tenía que defender.   Muy triste que sus enemigos no sean los criminales sino los inversionistas, los empresarios, los periodistas, los niños y mujeres con cáncer, los que difieren de sus opiniones y dislates.

Y qué decir de ese mundo donde la tecnología es herramienta que mejora y hace eficiente la tarea gubernamental.  Bueno, pues ese mundo donde el progreso ha sentado sus reales ya quedó fuera del alcance de nuestro atrabiliario gobierno.  Y es que ver al pequeño presidente que habita en el majestuoso palacio ahí, a medio patio colgado de su celular y acompañado de dos militares y el Secretario de la inseguridad, pidiendo información sobre el sismo, como si se tratara de un asunto trivial, pero evidenciando que ni el altavoz sabe usar, porque tenía que estar repitiendo las respuestas que le daban del otro lado de la línea.  Dos tardíos mensajes para enterarnos del temblor y un tercero ya en el lujoso despacho para que le deletrearan el número de emergencias y lo pudiera escribir, sí se trataba de esa difícil cifra de TRES DÍGITOS. el famoso y siempre bien ponderado 911.

Por increíble que parezca queda evidenciado que el Palacio Nacional no tiene un Cuarto de Guerra, un espacio preparado con tecnología de punta para enfrentar una crisis.  Hubo tiempo para habilitar ahí dentro la residencia presidencial pero no para dotar al inmueble de equipos de última generación que permitan al mandatario y su gabinete actuar con prontitud y eficacia ante una emergencia.  Solo nos falta ver en la siguiente crisis que López use señales de humo o tambores tribales para comunicarse con su pueblo, que supone todo le perdonará, menos hablar de corridito e inteligentemente.

En  el mundo real sería difícil imaginar a un presidente de nación emergente, solicitar ser recibido por el líder de la nación más poderosa del mundo de la que es vecino, sobre todo cuando ese líder ha ofendido a sus compatriotas, les ha llamado violadores y asesinos, les ha construido un ignominioso muro fronterizo, ha obligado al gobierno a actuar con violencia para detener la migración y  ha convertido a México, en los hechos, en tercer país seguro, obligándolo a mantener en su territorio a decenas de miles de personas que buscan en los EEUU una respuesta a su solicitud de asilo.  Pues en el mundo de López es una atinadísima decisión, a pesar de las advertencias de expertos, que le recomiendan no visitar a Trump, pues su sola presencia implicará un apoyo explícito en los afanes reeleccionistas del racista y republicano mandatario no importa que se trate de maquillar el despropósito con algunas reuniones con personajes demócratas.

Bueno pues en el mundo de Andrés, todos esos son asuntos que no merecen su atención,  porque quiere agradecerle al gorila que le haya vendido unos ventiladores mecánicos y porque quiere estar en tierras americanas en el arranque del T-MEC, el nuevo tratado comercial con América del Norte, a pesar de que Justin Trudeau, Primer Ministro de Canadá y firmante también del acuerdo comercial, se haya negado a caer en la trampa.   Quienes saben cómo funciona en sus entrañas el sistema del otro lado de la frontera, aseguran que hay por parte de Trump y su gobierno un chantaje para obligar a López a avalar con su visita a un candidato que todo parece indicar perderá la elecciones de noviembre próximo.  En ese mundo raro, de rodillas, agachado, suplicante, obsequioso  y agradecido, porque si no le pegan no lo quieren, en ese mundo el presidente se siente feliz, feliz, feliz.

Pero no todo está perdido, claro que no.  El pequeño habitante de Palacio nos pide que seamos optimistas y que cantemos “Gracias a la vida, que me ha dado tanto” y sí que le vamos a tomar la palabra.   Aunque difiero del término optimismo y es que este puede ser como el entusiasmo un sentimiento pasajero, superficial, efímero.  Lo que los mexicanos de bien debemos tener es ánimo.  Porque el ánimo viene del alma, del ánima.  Por eso Manuel Gómez Morín, fundador de Acción Nacional decía “Vamos a mover las almas”,  y mover las almas para defender ideales y principios es una convicción, un propósito.  Precisamente porque le damos gracias a la vida y a tantos mexicanos que  nos legaron una Patria Libre es que no podemos darnos el lujo de desperdiciar la oportunidad de ir a su rescate.  Empieza la cuenta regresiva, la cita es el primer domingo de Junio del 2021.

El mapa político cambiará de color con nuestra nutrida participación; 21,368 cargos, las 500 curules de la Cámara de Diputados del Congreso Federal, 15 Gubernaturas, la mayoría de los Congresos locales y más de la mitad de los ayuntamientos del país.

Para ganar la madre de todas las batallas, la mejor arma es la credencial de elector y los proyectiles de paz más certeros y eficientes son sin duda los votos.   ¡Ánimo mis valientes!

México nos necesita unidos y fuertes.

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Ana Teresa Aranda Orozco

Luchadora social. Madre de 6, abuela de 21. Diputada Federal, Titular DIF Nacional 2001, Secretaria Sedesol 2006, Subsecretaria de Gobernación 2008.