LIBERTAD DE PRENSA, Culiacan-apan y de Mr. Trump en capilla

  • Moroni Pineda
Es el caso en el escenario nacional de Proceso, Reforma, La Jornada, entre otros

LIBERTAD DE PRENSA. Aplausos, no balazos a la libertad de prensa. Así debería empezar el onceavo mandamiento de la 4T. Uno de los pilares que ayudó a construir el proyecto alternativo de nación, fue exactamente el que ahora parece estar bajo fuego, y no como el de Culiacán, que de ese hablaremos más tarde, sino bajo el fuego institucional de los gobiernos ejecutivos actuales. Se asoma ese antiguo apotegma priista de que la libertad de prensa te hace libre para no ejercerla. O en palabras de un connotado y despreciado nacionalista echeveriano de los años setenta refiriéndose a los medios, no se paga para que peguen. Si bien hoy todo indica que no existe más el chayote formal, por lo menos en esa transmutación, si se percibe un constante avasallamiento institucional a los medios de comunicación. Por supuesto que aún serpentean algunos, que no pocos, que responden a los intereses mezquinos y abusivos de algunos grupos en el poder, pero también los hay, y muchos, que se han ganado su independencia y prestigio a fuerza de aguantar fuego en administraciones pasadas, y no hablando de tiempo, sino de pasadas, pero de lanza. Es el caso en el escenario nacional de Proceso, Reforma, La Jornada, entre otros. Parecen enemigos, pero no lo son, porque en su momento allanaron el camino para el arribo López-Obradorista.

En el caso de Puebla, una organización es ya un símbolo de esa lucha y se llama E-Consulta. A mayor libertad de prensa, mayor legitimidad, silogismo que un gobierno inteligente debería entender. Entre los muchos lastres que acompañaron al mal hablado Richard Nixon en su triste paso por la historia, el más emblemático fue la enemistad e intento de sepultar legal y moralmente, a dos periódicos que han llegado a personificar la mismísima primera enmienda de la constitución americana; The New York Times y The Washington Post, que hoy también se encuentran bajo ataque de la Casa Blanca, que nomás parece no aprender. Bien decía un viejo amigo, tratar de suprimir la libertad de prensa y de expresión, es como escupir hacia arriba, tarde o temprano te embarras.

Mi solidaridad y reconocimiento a E-Consulta y todos los medios de comunicación que, con valentía y corazón, luchan por mantener este principio de libertad vigente. Un fuerte y respetuoso llamado a nuestras autoridades tanto estatales como nacionales a reflexionar en esto. En buen plan y para bien de todos.

Culiacán-apan. A un pasito quedó de convertirse en el rosario de nuestros días, el ya reconocido operativo fallido en Culiacán. Nuestros hermanos culichis vivieron un infierno, y México fue testigo de la primera batalla con un ejército de ocupación, porque no hay otra forma de describir este narco-despliegue, a la luz de lo que sabemos que sucedió en esos días aciagos. Para poner fin a este episodio, nuestro Presidente tiene ante si 3 escenarios. El primero, dejar en libertad perpetua al joven Ovidio, -del que ya vivimos es buena onda y sabe decir basta, aunque no le hagan mucho caso-. El segundo, ejecutar una captura negociada, sabedores de que tienen los elementos para lograrlo por la situación de su padre. Tercero, capturarlo a sangre y fuego para demostrar quién manda y quien tiene los pantalones en este país.

La primera opción es la que parece más seductora para algunos asesores del presidente, pero sin duda el costo político de la misma es alto y se extendería durante todo el sexenio, convirtiéndose en un tema central de las campañas políticas.  La segunda confirmaría lo que muchos dicen, que hay negociaciones en los oscurito, pero como no hay mal que por bien no venga, algo se agradecerá de esto. Y la tercera fortalecería al presidente en su carácter de jefe supremo de las fuerzas armadas, reduciendo y acotando al mínimo el costo político que se sigue arrastrando. En fin, difícil la tiene la Presidencia de la República, por esta necedad de los malosos de no querer portarse bien, háganos el bendito favor.

Mr. Trump en capilla. Ahora sí, los demócratas americanos acomodaron al Presidente en donde lo querían. Aprobados los procedimientos del “impeachment”, llegó el momento de presentar las pruebas. Sin embargo, la cámara baja, o de diputados en su equivalencia mexicana, no tiene la capacidad legal de cesar a un presidente, eso toca a los senadores. Pero con los procedimientos aprobados, se abre el debate y la persecución pública, así como la protección a los testigos de cargo, que sin duda pueden representar un duro golpe a la Presidencia wanna-be del Sr. Trump. Lo que dudo y nomás no me entra en mi cabecita, es si realmente tienen los elementos jurídicos para convencer a un público estadounidense dividido, forzando a la cámara de senadores, de mayoría republicana, a aprobar un inicio legal de destitución. De no hacerlo correctamente y fracasar en el intento, los demócratas habrán asegurado la reelección del Presidente en el siguiente periodo, y ya en pleno vuelo como un mártir, se animaría a crear una facción estilo Tea-Party pero bautizada Donald-Party, al interior del partido republicano, perpetuando la influencia Trumpista ocho años más y al infinito y más allá. De ese nivel se la están jugando. Que agarren confesados a los demócratas en esta quimérica aventura.

Un abrazo pavoroso a todos por estos días de muertos.

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Moroni Pineda

Activista permanente. Participa en Consejos de educación estatales y municipales, Fundación Paisano, La iniciativa bilateral México-Estados Unidos, UNETE, Mexicanos Primero, Presidente del Consejo de Participación Social