“El silencio es un amigo que no traiciona jamás”

Proverbio

A lo largo de los cuatro años tres meses, que fue Secretario, Molina atendió las elecciones estatales de 1965, las cuales alcanzaron el 50% de abstención electoral; las elecciones federales de 1967 y las locales de 1968 para elegir gobernador al Dr. y general Rafael Moreno Valle,  renovar el Congreso del Estado y los 217 ayuntamientos.

En ese gobierno del ingeniero Aarón Merino Fernández se construye la Ciudad Universitaria y en 1967, se coloca la primera piedra de la Universidad de la Américas.

Enrique mantuvo comunicación con los magistrados: Arturo Fernández Aguirre, Juan Cardoso, Julio Palma Isita, Anselmo Galindo, César Román Poisot, Humberto Jiménez, José María Corte, Clemente Cruz Guido y Guillermo Borja Osorno; nombrados desde el gobierno del general Antonio Nava Castillo.

También trató con los diputados locales navistas de la XLII Legislatura, 1963-1966, cuyos nombres aparecen en la biografía de Alfonso Hernández Ramírez.

Trató con los diputados locales de la XLIII  Legislatura, 1966-1969: Constantino Sánchez Romano, FROC; Adolfo García Camacho, CTM; Lic. Guillermo Pacheco Pulido, CNOP; Olga Ibáñez de Ibarra quién fue sustituida por Pablo Aguilar Méndez en 1967; Eleazar Camarillo Ochoa, CROM; José I. Alonso Carreón,  CNC; Alfredo Gavito Aja; Eloy Salgado Najera, SNTE; Lic. Guillermo M. Rueda López; Antonio Porras Pérez; Dr. Alberto Guerrero Covarrubias; Ing. Sixto Uribe Malthus; Adalberto Martínez Robledo; Octavio Lecona Villa; Vicente Galindo Luna y Lic. Manuel Zerón Vélez, que fue el presidente de la Gran Comisión.

Enrique mantuvo relación política con tres presidentes estatales del PRI: Arturo Alonso Hidalgo, quien cuando asumió el cargo de presidente era integrante de la XLII Legislatura Local; Pablo Solís Carrillo, quien a la vez se desempeñaba como diputado federal; y Manuel Zerón Vélez, que también se desempeñaba como diputado local de la XLIII Legislatura. Los dos últimos, mantenían una gran amistad con el ingeniero Aarón Merino Fernández, gobernador de la entidad.

Tuvo buena comunicación con el General de División Eusebio González Saldaña, Comandante de la XXV Zona Militar.

Ciertamente no atendió la elección federal, pero sí la vivió: la de julio de 1964 en la cual se eligió presidente de la república al poblano Gustavo Díaz Ordaz y a dos senadores Gonzálo Bautista O’Farrill y Eduardo Cué Merlo, así como a los diputados federales de la XLVI Legislatura, 1964-1967, conformada por Melquiades Trejo Hernández, Manuel Rivera Anaya, Rigoberto González Flores, Guillermo Morales Blumenkron, futuro gobernador del estado; los licenciados Pablo Solís Carrillo, Vicente Lombardo Toledano y Jorge Rubén Huerta Pérez; los doctores Rodolfo Rossano Fraga y Enrique Marín Retif, coordinador de la diputación federal poblana; el general Alfonso Castillo Borsani y el profesor Eloy Linares Zambrano.

Sí le tocó atender los comicios federales de 1967 de la XLVII Legislatura 1967-1970: Blas Chumacero Sánchez, Atilano Pacheco Huerta, Alfonso Meneses González, Antonio Jesús Hernández Jiménez, Cosme Aguilera Álvarez, Salvador Hernández González, Esteban Rangel Alvarado, Gloria Rodríguez de Campos, PPS; Humberto Díaz de León, PARM; Horacio Hidalgo Mendoza y René Tirado Fuentes, coordinador de la diputación federal.

Enrique Molina trató con dos presidentes municipales de la Angelópolis: el doctor Carlos Vergara Soto y el ingeniero Arcadio Medel Marín. También mantuvo contacto con el Procurador General de Justicia, licenciado Ignacio Manuel Farquet Palacios.

Molina, apoyó en todo al gobernador Aarón Merino Fernández, quien continuó  con el entubamiento del Río de San Francisco, que inició el gobernador Antonio Nava Castillo.

La gran obra del ingeniero Aarón Merino se vio obnubilada por la falta de transparencia en el manejo de los recursos. Ejecutó la obra del entubamiento al margen del alcalde Carlos Vergara Soto; no hubo concurso, la realizó la Corporación Impulsora del Desarrollo Urbano, S.A. (CIDUSA). El titular de Obras Públicas, el ingeniero Antonio Elízaga Ruíz Godoy, aparecería después como socio de la empresa y de la de Proyectos y Administración de Construcciones de Marco A. Barocio.

El director de El Sol de Puebla, Mario Novoa, bajo el pseudónimo de Julio Mayo, calificó a la obra como “El Río de los Misterios”. En la primera página de El Sol del 14 de abril de 1966, apareció un artículo de Don Mario, el cual cito a continuación:

“La extendida y casi constante táctica oficial del silencio y de las medias palabras –con frecuencia contradictorias- tiene que originar que se produzcan, se crean y se difundan versiones y rumores perjudiciales, más o menos alejados de la verdad oculta, así como que se susciten suspicacias que dejan mal paradas a las autoridades, porque lógicamente se supone –a veces con razón- que si no informan con la claridad y amplitud que merecen los asuntos importantes, ha de ser seguramente por tratar de encubrir las culpas propias o las de los amigotes, compadres y familiares influyentes”.

El primero de febrero de 1969, asume  el cargo de gobernador constitucional el general Dr. Rafael Moreno Valle, quien auspicia el nombramiento de Enrique Molina Johnson, como presidente del TSJEP, cargo que deja en 1975.

Su amor por la escuela y por el derecho fue permanente, desde 1937 hasta 1964 impartió clases en la Facultad de Derecho en la Universidad.

Su labor académica fue recompensada al ser nombrado Director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAP.

Enrique Molina Johnson falleció en 1984.

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