Morena: la rebelión de los puros

  • Alejandro Carvajal Hidalgo
El pragmatismo de Morena y la afiliación de Yunes despertaron un gran debate

La reciente afiliación de Miguel Ángel Yunes Linares a Morena ha sacudido el tablero político nacional. La controversia es afiliar a un personaje con una trayectoria marcada por su militancia en el PAN y su abierta oposición al obradorismo ahora encuentra refugio en el partido en el poder. Esta decisión no sólo es un reflejo de la dinámica interna de Morena, sino también una muestra del pragmatismo que rige su estrategia política.

Hasta hace unos años, Yunes era uno de los críticos más acérrimos de la Cuarta Transformación. Su administración en Veracruz estuvo marcada por confrontaciones con el movimiento obradorista, e incluso protagonizó duros intercambios con el propio presidente. Hoy, su llegada a Morena genera cuestionamientos sobre los límites del partido en cuanto a su identidad y coherencia ideológica.

La inclusión de Yunes no es un caso aislado. En los últimos años, Morena ha abierto sus puertas a figuras provenientes de otras fuerzas políticas, en una estrategia que busca ampliar su base electoral. Sin embargo, esta apertura también ha generado fisuras internas y un creciente malestar entre los militantes históricos, quienes ven con preocupación la incorporación de personajes cuya trayectoria se ha construido en estructuras ajenas e incluso adversas al movimiento.

Desde su fundación, Morena se ha presentado como un partido comprometido con la transformación del país, con un discurso centrado en la honestidad y el combate a la corrupción. No obstante, la llegada de actores con antecedentes cuestionables pone a prueba la credibilidad de este relato. Si bien el pragmatismo puede ser una herramienta efectiva para fortalecer una estructura política, también puede convertirse en un arma de doble filo, erosionando los principios que dieron origen al movimiento.

La gran interrogante es cómo reaccionará la base militante de Morena ante esta decisión. Para muchos, la llegada de Yunes representa una traición a los principios fundacionales del partido. Para otros, es simplemente una estrategia para garantizar la continuidad del proyecto de la 4T. La realidad es que Morena se enfrenta al desafío de equilibrar su crecimiento con la preservación de su identidad política.

La afiliación de Yunes no será la última decisión polémica dentro de Morena. A medida que el partido avanza hacia su consolidación como la fuerza política dominante en México, los dilemas entre pragmatismo e identidad seguirán apareciendo. Lo que está en juego no es sólo su cohesión interna, sino también su credibilidad ante la ciudadanía. En política, los costos de la flexibilidad pueden no ser inmediatos, pero tarde o temprano se reflejan en las urnas.

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Alejandro Carvajal Hidalgo

Diputado federal desde 2018 representando por mayoría relativa al Distrito VI. Estudió la Licenciatura en Derecho en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Fue dirigente de El Barzón poblano, y desde diferentes espacios de participación ha promovido acciones para construir bienestar en la sociedad.