El Alzheimer es, también, una infección
- Alejandra Fonseca
En los últimos años un número creciente de estudios científicos han respaldado una hipótesis: el Alzheimer no es solo una enfermedad, es una infección. Los investigadores aún están tratando de aislar los mecanismos exactos de esta infección y dicen que tienen una de las pistas más definitivas hasta ahora para un culpable bacteriano detrás de la enfermedad de Alzheimer: la enfermedad de las encías.
Un artículo dirigido por Jan Potempa, autor principal y microbiólogo de la Universidad de Louisville en Panamá, junto con otros científicos, informaron sobre el descubrimiento de Porphyromonas gingivalis, (P.gingivalis) el patógeno detrás de la periodontitis crónica (también conocida como enfermedad de las encías), en el cerebro de pacientes fallecidos de Alzheimer.
Estos dos factores; el Alzheimer y la enfermedad de las encías, han sido vinculados con anterioridad, pero esta investigación que presentaron los científicos fue más lejos. En experimentos separados con ratones, la infección oral con el patógeno condujo a la colonización cerebral por las bacterias, junto con un aumento de la producción de beta amiloide (Aβ), proteínas pegajosas comúnmente asociadas con el Alzheimer.
El equipo de investigación, coordinado por la empresa farmacéutica Cortexyme, no afirma haber descubierto evidencia definitiva de la causa del Alzheimer, aún. Pero está claro que hay una línea de investigación sólida aquí. Ahora hay pruebas que conectan el patógeno intracelular gramnegativo, P.gingivalis y la enfermedad de Alzheimer. Además, el equipo identificó enzimas tóxicas llamadas gingi-painas secretadas por las bacterias en los cerebros de los pacientes con Alzheimer, que se correlacionaban con dos marcadores separados de la enfermedad: la proteína Tau y la ubiquitina.
Aún más convincente, el equipo identificó estas gingi-painas tóxicas en los cerebros de personas fallecidas que nunca fueron diagnosticadas con Alzheimer. Esto es importante, porque si bien el P.gingivalis y la enfermedad se han relacionado antes, nunca se ha sabido si la enfermedad de las encías causa Alzheimer o si la demencia conduce a un cuidado bucal deficiente. El hecho de que los niveles bajos de gingi-painas eran evidentes incluso en personas a las que nunca se les diagnosticó Alzheimer, sugiere que podrían haber desarrollado la enfermedad si hubieran vivido más tiempo.
Hasta ahora, los fármacos dirigidos a las proteínas tóxicas de las bacterias solo demuestran beneficios en ratones, pero no se descarta que en un futuro se lleguen a ver resultados en fases experimentales avanzadas en humanos, de acuerdo con un comunicado de David Reynolds, director científico de The Alzheimer’s Research UK: “Los agentes infecciosos han estado implicados en el desarrollo y la progresión de la enfermedad de Alzheimer antes, pero las evidencia de la causalidad no ha sido convincente”.
La acumulación de beta amiloide en el cerebro es un conocido precursor de la enfermedad de Alzheimer. Antes de que aparezcan los primeros síntomas, estos depósitos van formando placas entre las neuronas que resultan tóxicas y son responsables del progresivo deterioro cognitivo.
Ahora científicos del Centro Singular de Investigación en Química Biológica y Materiales Moleculares (CiQUS) de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) en colaboración con investigadores de la Universidad Católica de Cuyo han diseñado un polímero capaz de reducir los niveles de este péptido sin producir efectos adversos. Estudios preclínicos han demostrado que este tratamiento, administrado en fases tempranas de la patología, contribuye a prevenir la pérdida de memoria.
Fuente:
ScienceAdviser. Porphyromonas gingivalis in Alzheimer’s disease brains: Evidence for disease causation and treatment with small-molecule inhibitors. 23 de enero de 2019