Nuevas políticas de Educación Superior Pública

  • Guadalupe Grajales
Atender la demanda estudiantil y consolidar a la planta académica son las tareas urgentes

Busqué información en la página de economía.gob.mx sobre los Profesores Universitarios y de Enseñanza Superior y me encontré con algunos datos interesantes. Esta información incluye tanto la educación pública como la privada.

Para el cuarto trimestre de 2023 el personal docente fue de 306k (trescientos seis mil) personas con un salario promedio de $9,780 (nueve mil setecientos ochenta pesos), trabajando alrededor de 31.5 horas a la semana, 6.3 horas en promedio de lunes a viernes.

Los mejores salarios promedio se dieron en Sonora, con $18,700, casi el doble del promedio nacional; en Tamaulipas, con $17,000; y en la Ciudad de México con $16,700.

La mayor cantidad de personal docente se dio en la Ciudad de México, con 59,900; en el Estado de México con 58,700 y Jalisco con 18,000. De manera que entre el Estado de México y la Ciudad de México concentraron en este trimestre el 38.76 % del profesorado de este nivel de todo el país.

Otro dato interesante para establecer comparaciones es que entre el primer trimestre de 2021 y el cuarto trimestre de 2023 hubo un incremento sustancial de Profesores Universitarios en la Ciudad de México y el Estado de México. En la primera un aumento de 26,100 personas (el 77.1%) y en el segundo un aumento de 23,900 personas (el 69%). En este mismo período las variaciones salariales fueron muy superiores en la Ciudad de México con un aumento de $12,300 pesos, equivalente al 276%; y en Sonora con $6,420 equivalente al 52.1%. En cambio, en Baja California Sur tuvieron un decremento del 65.3% ($13,000); y en Guerrero del 55.9% ($7,880).

Estos datos no están disponibles para cada entidad federativa, datos que se requieren para establecer comparaciones reveladoras, pero podemos de cualquier modo derivar algunas conclusiones si comparamos las cifras con las que contamos.

Como no está desglosada la información para la educación privada y pública, uno podría pensar que el aumento de profesores(as) pudo deberse a la creación de las universidades Benito Juárez, a las universidades Interculturales y otros sistemas públicos de educación.

Lo que sí nos queda claro es que dado el salario promedio y el número de horas dictadas, la hora clase promedio es pagada en $71.70 en el país; sin embargo en la Ciudad de México la hora clase promedio se paga a $122.43, o sea ¡el 70% más!

Veamos cuál es el pago que según datos del 21 de noviembre de 2023 nos proporciona Infobae respecto a la UNAM. Aquí el profesor ordinario de asignatura tipo A recibe $116.45; y el tipo B $132.39.

Aquí en la BUAP el Profesor Asignatura hora clase recibe $110.95.

¿Deberíamos concluir que las universidades públicas pagan muy bien? ¿Qué la BUAP no necesita incrementar los salarios de sus profesores hora clase porque paga el 54.7% más que en el resto del país?

¡Por supuesto que no!

El linchamiento público del que fue objeto el profesor(a) para justificar la reforma educativa en el sexenio pasado sigue vigente. Al docente se le considera desechable y no se le reconoce ni su dedicación ni el tiempo que se ha preparado para ejercer la docencia. La gran mayoría de los profesores por asignatura cuentan con posgrados y es importante hacer notar que los datos proporcionados por la Secretaría de Economía incluyen la escolaridad promedio del profesor universitario y de enseñanza superior que es de 17.8 años, o sea que apenas rebasa el nivel de licenciatura.

Como ya lo hemos señalado en otras ocasiones, no podemos esperar mejorar el nivel educativo de nuestras universidades si preservamos esta política de contratar docentes que hoy cubren el 66% de las horas clase que se imparten en la universidad y a los que sólo se contrata por las horas de clase desnudas.

Las credenciales de nuestros(as) profesores(as) hora clase son muy superiores a la licenciatura y su dedicación no puede someterse a una convocatoria para obtener un “premio”. Ellas y ellos merecen un incremento salarial sustancial y no un bono que depende de la evaluación estudiantil. Ya he señalado lo retorcido de esta medida para determinar el “merecimiento” del profesor(a).

Algo que es muy importante señalar es el porcentaje en que se han incrementado las instituciones de educación superior privadas a lo largo de este sexenio que está por terminar y que según Hugo Aboites (La Jornada, 8 de junio) es del 35%. Es un hecho que la falta de acceso de las y los jóvenes a las instituciones públicas de educación superior explica este incremento.

La educación en todos sus niveles es responsabilidad del Estado y las políticas hasta ahora llevadas a cabo no han respondido ni a la demanda de educación superior ni al crecimiento de las plantas académicas indispensables para atender tal demanda.

¿No les parece a ustedes de la mayor importancia empezar a proponer alternativas de solución a ambas problemáticas tan urgentes?

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Guadalupe Grajales

Licenciada en Filosofía por la UAP con Maestría en Filosofía (UNAM) y Maestría en Ciencias del Lenguaje (UAP). Candidata a doctora en Filosofía (UNAM). Ha sido coordinadora del Colegio de Filosofía y el posgrado en Ciencias del Lenguaje (BUAP), donde se desempeña como docente. Es la primera mujer en asumir la Secretaría General de la BUAP.