Como funcionario público estuve expuesto a un nivel de estrés altísimo, por la responsabilidad que implicaba mi trabajo, pero también porque quería pasar tiempo con mi familia y tener tiempo para mí, Eduardo Tovilla. Al principio era muy complicado y constantemente me sentía frustrado, hasta que descubrí la meditación.

La meditación es una herramienta poderosa para mejorar el bienestar físico, mental y emocional, pero, ¿qué es exactamente y cómo puede beneficiarte? En esta columna, te contaré sobre sus raíces históricas, beneficios y cómo puedes incorporarla en tu vida diaria.

Definición
La meditación es una práctica milenaria que se ha utilizado en diversas culturas alrededor del mundo para cultivar la paz interior y la claridad mental. Se trata de una técnica que implica enfocar la mente y eliminar el flujo de pensamientos negativos o dispersos, con el objetivo de alcanzar un estado de tranquilidad y concentración. En palabras más sencillas, es el acto de entrenar la mente para lograr un estado de atención plena y calma.

Tipos de meditación
Existen muchas maneras de meditar, cada una con sus propias técnicas y propósitos. Algunas de las más comunes son:

• Meditación mindfulness (atención plena): se centra en ser consciente del momento presente, observando pensamientos, emociones y sensaciones corporales sin juzgarlos. Es ampliamente utilizada para reducir el estrés y mejorar la concentración.
• Meditación trascendental: involucra la repetición de un mantra específico para ayudar a la mente a ir más allá del pensamiento activo y alcanzar un estado de conciencia pura y descanso profundo.
• Meditación guiada: mediante un instructor o una grabación, guía al practicante a través de un proceso de visualización o relajación. Esta técnica es ideal para principiantes.
• Meditación zen (zazen): es una parte integral de la práctica budista zen e implica sentarse en una postura específica y enfocarse en la respiración y la postura para alcanzar un estado de iluminación.
• Meditación de amor y bondad (metta): se enfoca en desarrollar sentimientos de amor y compasión hacia uno mismo y hacia los demás, repitiendo frases de deseos positivos y bienestar

Beneficios
En un mundo cada vez más acelerado y lleno de presiones, esta práctica ofrece un refugio de calma y claridad, porque además de mejorar la salud mental y emocional, también aporta beneficios físicos tangibles.

Numerosos estudios han demostrado que la meditación puede reducir el estrés, mejorar la concentración, aumentar la autoconciencia y la autoestima, y contribuir a un estado general de bienestar. A nivel físico, se ha encontrado que puede ayudar a reducir la presión arterial, mejorar el sueño y fortalecer el sistema inmunológico.

La meditación en la vida diaria
Integrar la meditación en la rutina diaria no requiere cambios drásticos en el estilo de vida. Yo Eduardo Tovilla sugiero comenzar con unos cuantos minutos diarios, los cuales pueden ser suficientes para experimentar sus beneficios. Te comparto algunos consejos prácticos para tu “iniciación”.

• Busca un espacio en tu hogar donde puedas sentarte sin ser interrumpido. No necesita ser un lugar grande, sólo un rincón donde te sientas cómodo y relajado.
• La consistencia es clave, así que intenta meditar a la misma hora todos los días, ya sea por la mañana al despertar o por la noche antes de acostarte.
• Puedes sentarte en una silla, en un cojín en el suelo, o incluso recostarte si es más cómodo para ti. Lo importante es mantener la espalda recta para facilitar la respiración.

Utiliza la respiración
Si vas a meditar usando la respiración, 1) siéntate en una postura cómoda y cierra los ojos, 2) enfócate en tu respiración, 3) observa cómo el aire entra y sale de tus fosas nasales, 4) si tu mente se desvía, suavemente redirige tu atención a la respiración. Te sugiero que comiences con sesiones de cinco a diez minutos, aumentando gradualmente la duración.

Utiliza el escaneo corporal
También puedes hacerlo mediante el escaneo corporal. Para ello, 1) acuéstate o siéntate cómodamente, 2) cierra los ojos y dirige tu atención a cada parte de tu cuerpo, comenzando desde los pies hasta la cabeza y, por último, 3) observa cualquier tensión o incomodidad y trata de liberar esas áreas.

Utiliza aplicaciones o videos
Para la meditación guiada, las aplicaciones, audios o videos son recursos que te pueden orientar paso a paso, además, proporcionan estructura y facilitan la práctica. Para los principiantes es en suma recomendable. Yo Eduardo Tovilla te recomiendo Headspace, Calm y Insight Timer. En estas aplicaciones encontrarás sesiones con diferentes duraciones y enfoques.

También hay muchos libros disponibles que pueden ayudarte a profundizar en la meditación, como El poder del ahora de Eckhart Tolle y La práctica de la atención plena de Jon Kabat-Zinn. Aunque, si prefieres un enfoque más estructurado, considera unirte a un grupo de meditación local o asistir a talleres.

Quiero cerrar esta columna con otro tipo de consejos y que pienso, con base en mi experiencia, vas a necesitar. Primero, no te presiones para meditar durante largos periodos al principio. Segundo, sé amable contigo mismo, es normal que tu mente divague. La meditación no consiste en eliminar los pensamientos, sino en aprender a observarlos sin juzgar. Tercero, usa alarmas o recordatorios en tu teléfono para tu práctica diaria. Cuarto, lleva un diario de meditación, pues puede ayudarte a reflexionar sobre tu desempeño y ver los progresos con el tiempo.

Comenzar a meditar es un viaje personal que puede adaptarse a tus necesidades y estilo de vida, por eso es una gran opción. Con paciencia y consistencia puede convertirse en tu gran aliada para sentirte mejor en diferentes aristas de tu vida y ser más productivo en el presente y en el futuro, pues el estado de ánimo y el físico tienen una correlación positiva con el rendimiento.