Poblanos inteligentes

  • Elmer Ancona Dorantes
Estos últimos días serán cruciales para que los poblanos decidan si quieren ser más inteligentes

La inteligencia, dicen los que saben, es la capacidad para resolver problemas. Así de simple. Una persona inteligente es la que se desgasta menos al afrontar una situación complicada, desde una ponchadura de llanta hasta la administración de un gobierno.

Hay, por supuesto, quien prefiere ahogarse en un vaso de agua, llorar a mares ante asuntos de mínima importancia; se le puede ir la vida, día con día, sufriendo, padeciendo por cosas que tienen pronta y fácil solución. Disfrutan sentirse mártires.

Las personas inteligentes suelen pensar todo lo contrario y actuar de manera diferente, por lo general argumentan: si esto no tiene solución para qué autoflagelarse, y si tiene solución vayamos por los resultados. Por lo general son las más felices.

En el campo de la política y del poder no hay tanta complicación para darnos cuenta quiénes son los inteligentes (listos, capaces, perspicaces, espabilados, despiertos, vivos, astutos, despejados, agudos, lúcidos, ingeniosos, avispados, instruidos y versados).

Tampoco para saber quiénes son todo lo contrario de inteligentes (tontos, torpes, bobos, ignorantes, cerrados, ineficaces, limitados, brutos, insensatos, lerdos, maletas y obtusos).

Y aquí viene la pregunta obligada: ¿Y los poblanos qué son? ¿Y los poblanos, qué quieren ser? Y esto lo planteamos en términos de ciudadanía, de votaciones, de elecciones, a fin de cuentas, en términos de política y de poder.

Hay estados, por ejemplo, donde la gente es más feliz que en otras partes de la República, vive tranquila y en santa paz, lo que demuestra un alto grado de inteligencia social. En gran medida, este hecho radica en que los ciudadanos han utilizado bien su voto. Han sido inteligentes.

Es el caso de Yucatán, por ejemplo, donde los índices económicos han mejorado ligera pero considerablemente, donde hay más oferta de empleo, donde prevalece la seguridad pública (la gente puede caminar con suma tranquilidad por las calles sin importar la hora).

Me consta que la gente ahí vive muy feliz y en gran medida se debe a que desde hace muchos años han votado inteligentemente en tiempo de elecciones. Basta darse una vuelta por Mérida para corroborar lo hermosa que es la ciudad. Y así como este estado, muchos otros.

Insisto en plantear mi pregunta: ¿Y los poblanos qué quieren? Este es un estado donde los asaltos carreteros van al alza (primer lugar a nivel nacional); donde el huachicol se expande a pasos agigantados; donde los feminicidios no tienen límite; donde las personas (niños, niñas, mujeres) desaparecen día con día sin que las autoridades hagan algo.

Estos últimos diez días serán cruciales para que los poblanos decidan si quieren ser más inteligentes de lo que ya son y vivir más felices y tranquilos, o bien, seguir viviendo en medio de la violencia, del peligro, de la opacidad y falta de transparencia, de la mediocridad política.

Yo no quiero ser ni bobo, ni tonto, ni bruto, ni torpe, ni ignorante, ni cerrado, ni insensato e insensible y mucho menos maleta. Yo quiero ser un ciudadano inteligente que vote por un candidato que me ayude a resolver mis problemas sociales con mayor eficacia y responsabilidad.

Nos vemos este 2 de junio en las urnas; salgamos a votar con los amigos, con la familia, con los vecinos; apostemos por una vida con mayores oportunidades para nosotros y para nuestros hijos. Seamos más inteligentes que ayer.

@elmerando

 

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Elmer Ancona Dorantes

Periodista y analista político. Licenciado en Periodismo por la Carlos Septién y Maestrante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM. Catedrático. Escribe en diversos espacios de comunicación. Medios en los que ha colaborado: Reforma, Notimex, Milenio, Grupo Editorial Expansión y Radio Fórmula.