A mí no se me olvida

  • Alejandra Fonseca
Un programa para regular el ejercicio de la prostitución y el desaseo de la regidora Navarro

Quizá te sorprenda, Nadia, porque puede ser que, como muchos, de un día para otro, perdiste la memoria. Yo, como muchos otros, no la pierdo y hasta recuerdo detalles, mínimos detalles, minucias…

Repaso cuando tuve el deshonor de conocerte: eras regidora de la Comisión de Derechos Humanos e Igualdad de Género del Ayuntamiento de Puebla en la administración de Luis Banck. Fue en 2016, cuando llevaba yo apenas tres meses de haber comenzado a trabajar con el ayuntamiento ‘porque el fenómeno de la prostitución en el primer cuadro de la ciudad estaba desbordado’, y alguien de mucho peso y con conocimiento de mi trayectoria, me recomendó.

Hace casi ocho años le pediste a Juan Carlos Morales Páez, secretario de Gobernación Municipal, que me encontrara contigo en tus oficinas. Todo porque, yo sola, yo solita y mi alma, sin nadie más, llevé a cabo el estudio que se me había encomendado: convoqué a mujeres, biológicas y trans, así como hombres, que se dedicaban a la prostitución (pdp), para contactarlas, establecer un vínculo, realizarles entrevistas personales y de grupo, escuchar sus quejas y necesidades, así como crear y ejecutar un programa para regular sus actividades, tanto en vía pública como dentro de establecimientos.

¿Y adivina qué? Pude, y cuando pude más, -yo sola, yo solita, sin nadie más que yo y mi alma-, cuando di el siguiente paso: convocar a dueños y encargados de hoteles, bares, moteles, cantinas, casas de huéspedes y demás, para que se presentaran y conocer qué pasaba en sus espacios, y entonces, precisamente entonces, empecé a pisarles los talones a “alguienes” que con anterioridad, desde que ustedes entraron al gobierno, se dieron a la tarea de cobrarles igualas mensuales para permitirles tener pdp sin control alguno, normas de salud, higiene ni seguridad.

¿Y adivina qué más? Con los datos que obtuve, hice cuentas del dinero que se estaban metiendo esos “alguienes” y ¡era un chingo!; se lo llevaban los de ahí adentrito, los tuyos, los que tú controlabas, sin que ni un peso redituara en beneficio de ayuda o protección, higiene o salud a las personas más vulnerables de esa infinita cadena de corrupción, y lo reporté. Fue cuando no te gustó.

Y le dijiste a Morales Páez que no te gustaba mi trabajo, que ‘el doctor Omar’,- que nadie conocía ni nunca tuve el gusto, porque presiento no existe-, ‘está muy molesto con la situación’, sin aclarar cuál situación, cuando mi trabajo era im-pe-ca-ble; y Morales lo sabía: No sólo porque era yo sola con mi alma llevando a cabo todo: el estudio de campo, el análisis de los datos obtenidos junto con el proyecto; entregaba informes diarios con evidencia, síntesis semanales y mensuales, con estudios de prospectiva, -por si no sabes qué significa prospectiva, te lo comparto: “conjunto de análisis y estudios realizados con el fin de explorar y de predecir el futuro de una determinada materia”.

Esos eventos fueron señalados por la columna Cuitlatlán de la Jornada de Oriente, el 12 de diciembre 2016; y te escribí una Carta Abierta en mi columna Entrepanes el 16 de diciembre del 2016, en La Jornada de Oriente y en e-consulta.com.

¿Te enteraste de las consecuencias de tus decisiones? ¿Te llegaron las mentadas de madre y las mandadas al carajo de parte de estas personas que te enviaron con profunda indignación, al haber jugado con ellas? ¡Ah!, y después supe que habías solicitado dinero ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para atender a mujeres vulnerables, ¡y me sorprendió!, porque si bloqueaste un proyecto local para beneficio y atención de estas mujeres de cerquita, ¿cómo es posible que quisieras atenderlas de lejitos? Tengo una curiosidad, ¿te llegó el dinero?, ¿qué hiciste con él? porque sorpresivamente renunciaste al ayuntamiento y te fuiste al Gobierno del Estado. ¿Huiste?

Con estas breves y ligeras líneas, sólo te quise recordar que a mí no se me olvida. Quizá, ahora, a ti tampoco.

alefonse@hotmail.com

 

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Alejandra Fonseca
Psicóloga, filósofa y luchadora social, egresada de la UDLAP y BUAP. Colaboradora en varias administraciones en el ayuntamiento de Puebla en causas sociales. Autora del espacio Entre panes