Trump y el peligro de las ideas antidemocráticas en AL

  • Anabel Abarca
La victoria de Trump refleja riesgos para los derechos humanos y democracia en nuestra región

Donald Trump ganó demostrando que la elección no estaba tan cerrada como se había pronosticado. Nuevamente, las encuestas exponen dos posibilidades: que buscan influir en el electorado mediante propaganda disfrazada de predicción o que, efectivamente, es cada vez más difícil captar con precisión las preferencias electorales. Su victoria, más amplia de lo esperado, deja ver que un historial cuestionable no es suficiente para impedir que buena parte del electorado lo respalde.

¿Por qué ocurre esto? Trump parece brindar a sus seguidores la autorización de expresar prejuicios sin filtro alguno. A los racistas les legitima actuar sin la máscara de la corrección política, y a los misóginos, les permite continuar sin el peso de la culpa porque él mismo ha sido hallado culpable de abuso sexual. También, impulsa una industria de armas que choca directamente con su apoyo al movimiento pro-life. Una tremenda incongruencia: quienes defienden la vida en términos de prohibir el aborto, no parecen considerar los efectos devastadores de la posesión de armas. En los últimos años, con más de 600 tiroteos anuales reportados entre 2020 y 2023, no se ven esfuerzos significativos para restringir su acceso.

Por otro lado, muchos de sus seguidores latinos parecen buscar integrarse plenamente al “sueño americano” y validarse ante los blancos, a pesar de su origen. Esta paradoja resalta la complejidad de la identidad y pertenencia en un contexto donde los migrantes adoptan posturas racistas para poder “encajar”.

No obstante, Trump no ganó solo por esta convergencia de factores. No solo fue por quienes buscan en él la representación de sus ideales: pues a este panorama se suman los propios errores de los demócratas. Según un sondeo de The New York Times, el 40 por ciento de los votantes afroamericanos menores de 30 años que pensaban votar por Trump, cree que los demócratas no cumplen sus promesas, lo que podría explicar la pérdida de apoyo en este sector.

Lo mismo podría suceder con el voto latino, ya que un 45 % de ellos respaldó a Trump. Más allá del racismo que pueda influir en algunos votantes, es un hecho que Biden y otros presidentes demócratas han hecho promesas incumplidas a los latinos, como la reforma migratoria que legalizaría a más de 10 millones de indocumentados, promesa que no se ha concretado. Incluso en la campaña de Kamala Harris, la narrativa demócrata en contra de la migración se intensificó, provocando una mayor desilusión.

Lo que observamos, entonces, es un entramado de circunstancias: el apoyo incondicional de republicanos convencidos, las incongruencias de los votantes pertenecientes a sectores vulnerables y la incapacidad de los demócratas para cumplir sus compromisos. Para que este resultado electoral no se repita, los demócratas deberán ser autocríticos y reconstruirse. Los republicanos, por su parte, deberán evaluar el riesgo de encumbrar posiciones que pueden ser perjudiciales para el mundo, especialmente en cuanto a la postura de EE. UU. en conflictos internacionales. Para los sectores minoritarios, el desafío será entender por qué parte de sus propios grupos apoyó a quien representa una aparente antítesis de sus intereses y poner sobre la mesa a los demócratas la importancia de que si ellos se proclaman así mismos como los defensores naturales de éstos, sí o sí, deberán concretar sus promesas. La mejor vía para lograr esto, deberán ser los gobiernos locales que hoy gobiernan.

Desde México, hoy tenemos dos caminos claros: apoyar a la presidenta Claudia Sheinbaum en su relación con EE. UU. y reconocer que, durante el mandato anterior de Trump, hubo aspectos positivos en la diplomacia bilateral, como el diálogo sostenido con AMLO. Con Sheinbaum en la presidencia y su cercanía al mismo grupo político, la transición podría ser menos complicada. Además, quiero pensar en una posible consecuencia positiva, si quiero ser optimista ante el resultado y es que esto, podría provocar que México se vea obligado a reforzar su seguridad interna, especialmente ante las advertencias de Trump de que, si México no asume su responsabilidad, podría tomar medidas de presión.

Reconozco que en este análisis he dejado clara mi posición política, y hay momentos en que ser imparcial es difícil, sobre todo cuando algunos temas te tocan personalmente. Hoy, los derechos de las personas LGBT, las mujeres y las minorías en EE. UU. están en riesgo, y temo que, debido a la influencia estadounidense, estas ideas puedan avanzar en México.

Ya hemos visto ejemplos de este fenómeno, como la convención que se realizó hace unos meses en nuestro país en apoyo a Trump, donde personas abiertamente de derecha buscan en figuras como Eduardo Verástegui el impulso para promover sus ideas políticas y ganar posiciones de poder. Creo en la democracia y en el derecho a la representación; sin embargo, toda visión que atente contra los derechos humanos nunca debería ser el camino a seguir para un país.

Confío en que México puede salir fortalecido de este momento histórico y en que nuestros funcionarios a cargo de la relación bilateral tienen la capacidad de guiar al país de manera exitosa.

X: @AnabelAbarcaP
Instagram: @AnabelAbarcaP
aabarcapliego@gmail.com

Referencias
King, M., Weisman, J. y Igielnik, R. (2024) Los votantes negros se alejan de los demócratas, según una encuesta. The New York Times. Recuperado de https://www.nytimes.com/es/2024/10/13/espanol/estados-unidos/votantes-negros-harris-trump.html


 

 

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Anabel Abarca

Analista política con Maestría en Administración Pública por la Universidad Anáhuac y Licenciatura en Derecho (BUAP). Estudió Análisis Político en el CIDE. Ha asesorado en vinculación estratégica y planeación gubernamental, y ha sido tallerista en democracia y liderazgo. Colabora en Imagen Radio Puebla.