En el caso de la campaña de la candidata a la presidencia de la República por la Coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, el miedo es el mensaje; con las frases “México sin miedo” y “Por un México sin miedo”, arrancó su campaña.

No sería la primera vez que en una elección presidencial, se utiliza la emoción del miedo como eje de campaña. En el 2006 la narrativa versó en que Andrés Manuel López Obrador era un peligro para México, el contexto que se vivía en el país conectó con ese mensaje.

Las líneas de salida, como en una carrera de atletismo de cada candidata o candidato, son sus temas de campaña y la estrategia que ejecuten permitirá que esos temas se comuniquen de manera adecuada y enganchen con la ciudadanía.

El objetivo es contar una historia, un relato que mueva resortes internos, que evoque recuerdos, imágenes, que proponga “algo”, haciendo uso del lenguaje de manera que en pocas palabras, se transmita el sentir del electorado.

Para sentir miedo es necesario que, dentro de nuestra red de pensamientos, de sentimientos, algo de lo que vemos transite, por el camino de la emotividad y que eso nos provoque, temor, enojo o incertidumbre. El miedo genera un sentimiento de ansiedad y cultiva el pánico, porque nada es más angustiante que sentirnos amenazados y visualizar las consecuencias.

El miedo en la campaña presidencial será uno de los temas de conversación, y la manera en que se diversifique, y sea relatado, puede convertir una propuesta en un proyecto concreto. Para que el miedo funcione en una campaña, debe tener elementos de verdad, que permitan ser asociados con cosas que conocemos o hemos experimentado.

La forma en que la personas nos asustamos está relacionado a una serie de condicionantes, vinculados con temas sociales, familiares, económicos, políticos, personales, y también de acuerdo a nuestra edad, género y profesión.

Cómo avance la contienda, conoceremos las propuestas de las candidatas y el candidato y podremos comparar y evaluar la viabilidad de cada una de ellas, y empatar o no con sus llamados a la acción.  

La pérdida de confianza, la vulnerabilidad mezclada con cifras, con datos duros, con testimonios y referentes, es un caldo de cultivo, que puede ser provechoso siempre y cuando los temas generen empatía. Una buena narrativa del miedo plantea una serie de cosas o ideas que se relacionan entre sí, pero con orden, explicando el qué y el cómo enfrentar una amenaza.

En las redes sociales circula un video en el que en la primera escena aparece una mesa con un recipiente transparente con piedras, y el texto “Línea 12”; entra una mujer vestida con un traje negro y blusa blanca, mete las manos a un recipiente que contiene piedras y con las manos las frota, toma algunas y las lleva a un recipiente continúo que tiene un líquido rojo (simulando sangre) bajo el título “Rébsamen”. Mete las piedras que lleva en las manos y las revuelve en el líquido, toma unas, al trasladarlas escurre el líquido rojo y las pasa a un recipiente con agua, para enjuagarse las manos, las cuales lleva manchadas con el líquido rojo. Acto seguido toma una toalla que dice “Morena”. La toalla queda manchada, se abre la toma se ve de manera difuminada el rostro de la mujer y se oye una voz en off femenina que dice: ¿Así de fácil vamos a dejar que Morena se lave las manos? A Sheinbaum se le va a caer el país, y con efecto de eco se escucha, se le va a caer el país. Es importante mencionar que el video no tiene remitente, no aparecen logos de ningún partido, nadie lo firma.

Esto será parte de las campañas de contraste, que estaremos consumiendo durante el proceso electoral. Falta mucho por ver y oír. Esto apenas comienza.

Referencia
Furedi, Frank. Cómo funciona el miedo. La cultura del miedo en el siglo XXI. Ediciones RIALP; Madrid, 2022

@luza1975

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