La mayoría, desde que nacimos, hemos escuchado habitualmente la palabra "crisis", que estamos en crisis, que hay crisis, que vivimos en crisis.

Al igual, es común escuchar en el argot cotidiano que tenemos problemas, que hay problemas, que enfrentamos un gran problema, que pareciera que los problemas no tienen solución.

Más allá del uso común del "lenguaje de carencia" —que no es el tema este día— veo que muchas personas no podemos encontrar de fondo la diferencia significativa entre estos dos términos.

Todos y todas quisiéramos encontrar soluciones integrales para las situaciones que nos aquejan, como personas, como familia, cómo sociedad. Pero, ¿cómo cambiar situaciones si ni siquiera sabemos exactamente qué es lo que nos aqueja?

Pondré un ejemplo muy extremo para poder evidenciarlo más fácilmente.

Si estás sentado a la orilla de un lago profundo, en medio de un bosque solitario, y ves que tu hijo se está ahogando, tienes un problema, necesitas dejar de hacer lo que estás haciendo e ir a salvarlo.

Si estás sentado a la orilla de un lago profundo, en medio de un bosque solitario, y ves que tu hijo se está ahogando, y no sabes nadar, tienes una crisis; necesitas dejar de ser quien has venido siendo e ir a salvarlo.

El problema está para ser entendido y solucionado. La crisis está para ser interpretada y solucionada.

El problema se resuelve cambiando nuestra forma de HACER, la crisis se resuelve cambiando nuestra forma de SER.

Y esto, queridos lectores y lectoras, aplica para todo: uno como persona, la familia, el trabajo, la sociedad, el gobierno, todo.

Rescoldos
Mientras el sistema político en el que vivimos siga siendo el mismo, seguiremos en crisis; no importa quién gobierne, ni de qué partido o ideología. Necesitamos dejar de ser este sistema, donde la impunidad y la corrupción son intrínsecas a él. Creo que solo mediante la participación ciudadana, el interés público y la solidaridad encontraremos esas soluciones de fondo que tanta falta hacen.

@RafaActivista
rafaactivista@gmail.com