Oposición sin cabeza

  • Antonio Tenorio Adame
El General Cárdenas evitó el crimen de Estado y evadió el partido de Estado, dilema de la oposición

A Lázaro Cárdenas, en el 127 aniversario de su natalicio
                                            

El proceso de sucesión presidencial se encuentra adelantado y alienta a los morenistas en seis estados donde se decide el relevo de gobernadores.

La oposición está en “la lona”, sin figuras ni ideas que alienten la competencia. No tiene cabeza.

Por la negativa
En la década de los sesenta, la izquierda carecía de liderazgo frente a gobiernos de la élite social. En medio del desierto, el expresidente Lázaro Cárdenas evitó el crimen de Estado y también evadió la elección de Estado al introducir una lucha política con el Movimiento de Liberación Nacional.

El régimen de presidencialismo autoritario surgió de la transgresión derivada de los gobiernos sucesorios a partir del ‘alemanismo’ en 1946, que cedieron espacios del poder de la Revolución Mexicana en una metamorfosis paulatina de asimilarnos al modelo estadounidense del American way of life

Fue una primera integración asimilada bajo el disfraz de confundir el bienestar comunitario con la sociedad de consumo sin base fiscal de distribución de ingresos. Así se dilapidó el ‘desarrollo estabilizador’.

El filósofo Guillermo Hurtado escribió en el periódico “La Razón” de igual manera: “Una oposición sin cabeza”. Su conclusión para que logre recuperarla es que su ideología exprese los intereses propios del neoliberalismo; se trata de una comparación analógica donde muy probablemente se repetiría su derrota.

De nuestra parte abriríamos las páginas de la historia para extraer una experiencia del pasado como en circunstancias de un vacío de unidad nacional se dio un vuelco para formar un deslinde que enfrentó y derrotó al autoritarismo en el Movimiento de 1968.

La izquierda se encontraba fragmentada y la capacidad transformadora de la Revolución Mexicana se había agotado después del régimen de Lázaro Cárdenas; se enfrentaba una represión de Estado que mantenía sumergidos al surgimiento del derecho social de los mineros de Nueva Rosita, los ixtleros del desierto, la “caravana del hambre”, el “henriquismo electoral”, los ferrocarrileros del “vallejismo”, los maestros de la Sección Novena, hasta el arribo de los estudiantes del M68.

Por la afirmativa

Un antecedente temprano de las protestas sociales contra la represión se dio el 30 de marzo de 1960 al final de una marcha estudiantil contra las medidas policiacas contra la Normal. La manifestación fue convocada por la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) presidida por quien esto escribe, cuyo remate final se dio frente a la Puerta Presidencial de Palacio Nacional con la exigencia de entregar un pliego al Presidente. Luego de un breve pero prolongado forcejeo con Guardias Presidenciales, se logró el acceso para entregar dicho pliego que contenía las demandas principales del que serían las demandas estudiantiles del 68, sin afirmar que fueran lo mismo, sino como antecedentes de un hilo conductor en la protesta social que marcó la historia del país.

El proceso histórico de formación de un nuevo imaginario político se inició por iniciativa del General Lázaro Cárdenas, quien junto con el diputado de Argentina, Alberto T. Casella, el brasileño Domingo Vellasco y la chilena Olga Poblete convocaron a la Primera Conferencia Latinoamericana por la Emancipación Económica, la Soberanía Nacional  y la Paz el 17 de enero de 1961 en la Ciudad de México, en cuyo llamamiento encontramos el primer esbozo de la lucha social a realizarse en el futuro inmediato; entre otras demandas se señala: la autodeterminación y soberanía de los pueblos, como una referencia esencial, para lo cual también se requería se desarrollara un movimiento activo a su favor, en lo que se difería un proceso de lucha de vanguardia en beneficio de todos los pueblos del continente.

Como parte del procedimiento de lucha continental, el General Cárdenas consideraba que cada pueblo, según sus propias condiciones, promoviera su camino libertario. En el caso de México era la aplicación de la Constitución.

Al crearse el Movimiento de Liberación Nacional el 5 de agosto de 1961 se plantea como primer punto: “Plena vigencia de la Constitución”.

Una de las primeras consecuencias de la Conferencia Latinoamericana fue evitar que la fuerza militar de Estados Unidos interviniera en apoyo a la invasión de Cuba en Bahía de Cochinos, amenaza que promovió la solidaridad de toda la región continental.

En México se dieron diversas marchas en repudio a la invasión. En la capital se promovió una a la que el General Cárdenas fue invitado por la Federación de Estudiantes Universitarios. En su discurso llamó a la organización: “Que se organice la juventud”, señaló el expresidente.

El 5 de agosto de 1961 se constituyó el Movimiento de Liberación Nacional, dando cumplimiento a los acuerdos de la Primera Conferencia Latinoamericana, que en sus conclusiones destacaba el dar cumplimiento a la Constitución y la libertad a los presos políticos.

Para efectos constitucionales

La historia del pliego petitorio del 68 fue una lucha de protesta que culminó en la etapa de 1958 a 1968. Durante ese periodo, la bandera que unificó a la oposición fue el respeto a la Constitución y libertades civiles, una demanda que se constituyó en pieza orgánica de la protesta por la insistencia de Lázaro Cárdenas con dicha recomendación, con la cual respondía a todas las inconformidades; “organícense” decía, y el pueblo escuchó.

Todavía tardó la respuesta institucional de cambio, en particular las reformas electorales de 1977, que abrieron paso al pluralismo de partidos, al incluir organismos ciudadanos de representación, declarados de ‘interés nacional’ con los cuales se abrió el Congreso al pluralismo democrático.

De Cárdenas es necesario destacar su valentía para encabezar el proceso democratizador, así como la inteligencia política ya que siendo expresidente existía el celo convencional del mandatario en turno de resentir una competencia indebida.

Entre sus preocupaciones, la de los asesinatos entre la clase revolucionaria era manifiesta; solía repudiar la pérdida de gente valiosa para el país.

Por otra parte, evitar el celo presidencial posible a través de diseñar una estrategia de organizar las fuerzas de oposición a través del principio de luchar por sus derechos básicos constitucionales, lo que resultó una derrota al autoritarismo presidencial.

Cárdenas civilizó la lucha política y democratizó la contienda electoral, “evitó el crimen de Estado” y “evadió el partido de Estado".

Un dilema que hoy no resuelve la oposición.

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Antonio Tenorio Adame

Licenciado en Economía por la UNAM, y docente en la BUAP. Fundador de la Academia de Historia y Crónica Parlamentaria y cofundador de la Asociación de Periodistas Democráticos junto con Renato Leduc. Ha sido diputado federal en diversas legislaturas, desde donde ha impulsado la apertura democrática.