Breve apunte para renacer en la escena
- Elvira Ruiz Vivanco
La crisis provocada por la pandemia movilizó a la comunidad artística para hallar alternativas que permitieran socializar los productos estéticos y académicos, reinventándose la manera del quehacer humano y, por ende, modificándose el modus operandi escénico; generándose múltiples contenidos transmitidos por las plataformas digitales conocidas y posicionándose gradualmente los entornos virtuales emergentes.
Esta modalidad -para muchos nueva-, ha impactado en distintos ámbitos: personales, profesionales, educativos, laborales, etcétera, obligando la condición de confinamiento a causa de la pandemia por COVID-19 a una serie de adaptaciones que cambiarían substancialmente los itinerarios de las personas que habitamos el planeta.
Después de la cuarentena, la prolongación de la fase de confinamiento, la sana distancia, la gradación reguladora de los semáforos rojo, amarillo y verde y la vacunación, continuando con el trabajo a distancia, encontrándonos actualmente con la efectuación gradual de actividades semipresenciales, presenciales y/o híbridas. Una logística trastocada que ha afectado al sector económico y productivo minando significativamente al campo del arte y la cultura; obligándonos este contexto a quienes vinimos de un registro analógico a digitalizarnos e insertarnos en las posibilidades que brindan las plataformas virtuales para facilitar procesos educativos artísticos escénicos.
En los ambientes virtuales de aprendizaje encontramos nuevas maneras de conectar con nuestros destinatarios, obligándonos a un seguimiento continuo al combinar las sesiones en vivo con el acompañamiento asíncrono propio del trabajo complementario para completar los contenidos de los programas educativos, además de la generación de material gráfico y visual para solventar los vacíos propios de la modalidad educativa a distancia; encontrando que la mediación tecnológica permite construir nuevos lazos gracias a la constante retroalimentación con los estudiantes vía: correos electrónicos, mensajes de WhatsApp o a través del chat en ZOOM, Teams o Google Meet, no obstante, la dificultad del encuentro directo, la formación en línea genera otro tipo de interacción que diversifica la experiencia.
Agudizándose la brecha de acceso a recursos digitales que deja fuera a quienes no cuenten con un equipo medianamente funcional para descargar las aplicaciones más recurridas, lo que se complica al optar por plataformas digitales no tan socorridas, acrecentándose la distancia cultural que excluye a quienes no cuenten con los dispositivos y programas operativos necesarios para las interacciones sociales actuales. Esta circunstancia aunada a problemas económicos y afecciones a la salud física, emocional y mental, son parte del repertorio sintomático con el que nos hemos enfrentado durante la contingencia.
Esta situación nos ha conminado a un replanteamiento crítico de los modos, los recursos y los contenidos académicos y estéticos a transmitir a los estudiantes de Artes, pues los actuales escenarios híbridos nos demandan abonar a una capacitación profesional congruente con las exigencias de producción del arte proyectado vía streaming, por ejemplo. Esta modalidad de distribución de los contenidos digitales se ubica como un campo creciente de desempeño laboral para los egresados en Artes Escénicas y Audiovisuales, que son los estudiantes con quienes desempeñamos nuestra vocación docente; promoviendo la diversificación de los medios de transmisión de los productos estéticos que gestamos particularmente en la Facultad de Artes BUAP a través de presentaciones teatrales, las muestras de cortometrajes o con los jams de literatura y coreografía, entre otras expresiones artísticas compartidas en Facebook Live, Instagram, Twitter, YouTube y/o TikTok.
A través de estos productos transformamos radicalmente la performatividad y los procesos de recepción con la emergencia de audiencias digitales que consumen intermedial o transmedialmente nuestras producciones de un modo directo al interactuar durante la conexión en vivo o de manera indirecta, al quedar la grabación de las propuestas en las distintas plataformas y redes sociales accesible para todo público. Ahora mismo está aconteciendo con el Foro Internacional de Teatro Universitario FITU XVII 2021 BUAP. Estas dinámicas en cambio continuo nos interpelan para tratar de ser coherentes con las nuevas modalidades de socialización y posicionamiento de los productos estéticos escénicos y audiovisuales, conminándonos a estar a la altura de la digitalización de los procedimientos de creación y proyección de obra artística; asumiendo lo acotado de la duración de la atención de los espectadores pertenecientes a la era de las redes sociales.
En esta transición hacia la post pandemia cuya consecuencia genera adaptaciones constantes a las circunstancias emergentes, el desafío mayor a asumir es el de coadyuvar a la recuperación del sentido de nuestro quehacer artístico y creativo que tras las pérdidas y el desgaste provocado por la crisis humanitaria que atravesamos, nos impulsa a replantear nuestro acaecer en el mundo empezando con nosotros y nuestra labor en la modesta trinchera desde la que intentamos transmitir mensajes transperformáticamente codificados, y que algo aporten a nuestras posibles audiencias. Así se manifiesta nuestra misión motivada por el deseo de un arte que valga la pena para los creadores y sus receptores.