CELAC: realineamiento de fuerzas en LA
- Rafael Alfaro Izarraraz
Entre los gobiernos de América Latina y el Caribe existe una preocupación por la pandemia, el impacto económico y el cambio climático. Es real esta preocupación y en materia de desastres naturales habrá que escuchar las declaraciones de los presidentes de América Central, sobre todo porque son las naciones que generan menos daños a la capa de ozono y sus economías no son economías productoras de gases efecto invernadero. Me llamó la atención del presidente de Guatemala, Eduardo Giammatei Falla, su preocupación por la creación de un fondo de apoyo ante los constantes ciclones que se presentan en la región y que los obliga a reconstruir constantemente los mismos puentes. En México también lo experimentamos.
Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) fue creada el 23 de febrero de 2010 en Playa del Carmen, México, durante el gobierno de Felipe Calderón. Posteriormente, en diciembre de 2011 fue ratificada a través de la Declaración de Caracas. La reunión de la CELAC en México representa para nuestro país un salto de calidad en las relaciones de América Latina y el Caribe con respecto a la relación de Estados Unidos hacia Latinoamérica y el Caribe. Cuenta con la participación de 33 naciones. Ahora, en la reunión celebrada en México, solamente estuvo ausente Brasil, nación que por cierto durante el gobierno de Lula había participado activamente como promotor de manera decisiva en la conformación de la CELAC.
Las dificultades que enfrentó la CELAC tuvo como causa el ascenso de la derecha y la caída de gobiernos populares en América Latina. Uno, fue la pérdida del poder en Brasil del Partido del Trabajo. Luego, igual el ascenso de corrientes neoliberales en Ecuador que venían del grupo de Rafael Correa quien se exilió en Europa. Después fue el golpe de Estado en Bolivia. También el triunfo de Macri en Argentina, una corriente neoliberal. Todos esos hechos fueron poco a poco minando el trabajo de la CELAC que, a decir del Presidente Maduro, venía funcionando con representaciones de ministros de Economía.
Por cierto, que Maduro agradeció el apoyo del gobierno mexicano para el inicio de las negociaciones de paz que se llevan a cabo en México entre el gobierno venezolano y la oposición al gobierno de Maduro. Ocurrió un debate entre Maduro y el presidente de Uruguay y Paraguay a los que retó a un diálogo sobre la democracia. De igual manera, invitó a los gobiernos para que acudieran a mirar los comicios que se llevan a cabo en Venezuela en donde, a decir de Maduro, todas las fuerzas políticas se encuentran representadas.
La reunión de la CELAC fue muy importante, pues más allá de los acuerdos concretos sobre vacunas e integración, el trasfondo es el de un cambio en la correlación de fuerzas entre un organismo sometido a los intereses de Estados Unidos como lo es la Organización de Estados Americanos (OEA). La OEA de manera muy clara se convirtió en un instrumento que promueve en América Latina y el Caribe las políticas de Estados Unidos, quienes han considerado históricamente a los países latinoamericanos como su traspatio. La actuación de la OEA fue más que evidente al participar en el golpe de Estado en contra del gobierno legítimo de Bolivia, la experiencia más reciente.
Luis Alberto Arce, presidente boliviano, fue acertado en su exposición. La OEA interviene en AL en contra de los intereses de las naciones. No contribuye a la solución sino genera problemas. No responde a principios de multilateralismo. Ante ello es importante que la CELAC se conduzca bajo el principio de la solidaridad entre los pueblos, con el fin de contribuir a vivir bien, el acceso a las vacunas liberando las patentes y superar la pandemia antes de que cobre más vidas, fortaleciendo la confianza entre las naciones. Reducir la dependencia del exterior. Urge liberar patentes para inmunizar y evitar la pandemia que si no se vacuna a la población se llevará más vidas. El interés social no puede estar por debajo del interés económico.
Por supuesto que la transformación a la que apunta la CELAC no es compartido por gobiernos como el de Mario Abdo Benítez, de Paraguay, así como de Luis Lacalle, presidente de Uruguay, que son afines a las políticas norteamericanas y avalan el uso de la OEA como un instrumento de aplicación de antiguas políticas imperiales camuflajeadas a través de la mano Luis Almagro, quien preside esa organización. Los cambios recientes en América Latina con la reconquista del poder del MAS en Bolivia, el triunfo de Alberto Fernández en Argentina, la llegada del obradorismo en México genera cambios y nuevas expectativas de una reconfiguración de la relación de América Latina y el Caribe con respecto a los vecinos del Norte, Estados Unidos y Canadá.
Fue muy importante la intervención de Alicia Bárcena, bióloga mexicana egresada de la UNAM y quien preside la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Se presentó el Plan de Autosuficiencia Sanitaria a través de acciones inicialmente sin costo siempre cuando exista voluntad política. Es una respuesta al desigual acceso a la vacunación. Naciones con elevados niveles de vacunación (Chile) mientras otras naciones no han logrado proteger a su población, sobre todo Centroamérica y el Caribe, puso como ejemplo a Haití con bajos niveles de vacunación. Expuso el déficit comercial en el sector farmacéutico.
Quienes concentran producción y patentes son las grandes transnacionales. En Argentina, Brasil, México y Colombia la industria farmacéutica, pequeña, contribuye al empleo, participación de mujeres lo que ocasiona equidad laboral. Hemos puesto los brazos, dijo, para la región que tiene grandes potencialidades. Mencionó las plantas de elaboración de los biológicos que ya existen en varios países de América Latina, entre ellos Brasil al que llamó a reintegrarse a la región. Elogió a Cuba. Señaló la importancia de una industria farmacéutica en la región. Se trata de un mercado de 650 millones de personas con cadenas regionales.
Obrador propuso construir en el continente americano un organismo similar a la Unión Europea sobre el principio de la no intervención y la autodeterminación de los pueblos. La cooperación para el desarrollo y la ayuda mutua para combatir desigualdad y discriminación. Respetar las decisiones de los pueblos. Que ningún gobierno someta a otro país bajo ninguna circunstancia. En lo económico y comercial, firmar un tratado con EU y Canadá en el que se fomente la actividad económica. Producir en América lo que consumimos. Propuso medidas concretas para actuar como lo es responder a la dramática situación de atención a la salud que ha dejado la pandemia.
América Latina y el Caribe se autoconstruye, falta una presencia más consistente de los pueblos para evitar que estos eventos respondan a coyunturas de fuerzas progresistas.
Opinion para Interiores:
Anteriores
Periodista por la UNAM, maestro por la UAEM y doctor en Ciencias por el Colegio de Postgraduados-Campus Puebla. Es profesor del Doctorado en Ciencias Sociales de la UATx y Coeditor de la revista científica Symbolum de la Facultad de Trabajo Social, Sociología y Psicología.