Amenaza de Trump: ¿realidad o retórica?

  • Javier Cobos Fernández
El próximo presidente de los EE. UU. inicia con una amenaza arancelaria de cuestionable credibilidad

La reciente amenaza de Donald Trump de imponer un arancel generalizado del 25 por ciento a todas las importaciones y un 10 por ciento adicional a productos de China no es una novedad en su estilo político. Durante su mandato anterior, el uso de políticas proteccionistas fue un eje central de su administración, enarbolando la defensa de los empleos estadounidenses como bandera. Sin embargo, llevar a cabo una medida de esta magnitud implica riesgos no solo económicos, sino también estratégicos, legales y diplomáticos, cuya profundidad requiere un análisis crítico. Así, si bien México no puede darse el lujo de desestimar las declaraciones del próximo presidente de los Estados Unidos, debe analizar los efectos potenciales tanto en la economía doméstica como en la de nuestro vecino del norte.

En este sentido, y ante las recientes declaraciones del futuro presidente de los Estados Unidos, me gustaría destacar algunos puntos generales, así como las implicaciones para nuestro país.

1. Credibilidad de la amenaza: política exterior versus economía interna
Trump ha demostrado ser un líder que utiliza tácticas agresivas como medio de negociación, pero esta amenaza tiene un trasfondo más complejo:

  • Impacto doméstico: Los aranceles no solo gravan a las importaciones, sino que también elevan los precios para los consumidores locales. De acuerdo con estimaciones del Peterson Institute for International Economics, los aranceles implementados entre 2018 y 2020 costaron a los estadounidenses un promedio de $1,277 dólares anuales por familia. Este cálculo incluye el incremento en los precios de bienes importados, así como los costos indirectos asociados, como los insumos más caros que enfrentaron las empresas estadounidenses y que terminaron trasladándose al consumidor final. La introducción de una barrera universal al comercio exacerbaría esta carga, afectando sectores sensibles como el alimentario, automotriz y tecnológico.
  • Resistencia interna: En el Congreso y entre grupos empresariales, ya existe oposición a este tipo de medidas. Instituciones como la Cámara de Comercio de EE. UU. califican estas estrategias como perjudiciales para la competitividad nacional, señalando que dañan más a las empresas pequeñas y medianas que dependen de cadenas globales de suministro.
  • Relaciones estratégicas: Desde el punto de vista internacional, imponer un 10% adicional a China podría reavivar las tensiones que derivaron en la "guerra comercial" de 2018-2019, en la que Beijing impuso represalias arancelarias sobre productos clave como la soja, afectando directamente a las exportaciones agrícolas de Estados Unidos.

Por lo tanto, la amenaza no solo podría ser contraproducente en términos económicos, sino que es poco probable que sea sostenible políticamente, especialmente en un contexto de reelección en el que Trump buscará no alienar a sus bases industriales y agrícolas.

2. Implicaciones para la cooperación internacional: riesgos a corto y largo plazo
La cooperación internacional es un pilar de las economías modernas. En este contexto, una decisión unilateral como la planteada por Trump tiene efectos devastadores:

  • Ruptura con aliados: Canadá y México, socios estratégicos de Estados Unidos en el marco del T-MEC, podrían responder de manera enérgica a la violación de las disposiciones del tratado. Específicamente, el Capítulo 10 del T-MEC prohíbe la imposición de aranceles generales y obliga a la solución de controversias mediante mecanismos multilaterales. Ignorar estas disposiciones debilitaría el andamiaje institucional del acuerdo, generando incertidumbre en el comercio regional.
  • China y el equilibrio global: Enfrentar nuevamente a China con políticas punitivas fortalecería su narrativa contra Estados Unidos, y podría acelerar su estrategia de diversificación comercial, particularmente con regiones como América Latina y África. Esto podría significar una pérdida estratégica para Washington en un contexto geopolítico donde la influencia económica es clave.
  • Credibilidad internacional de Estados Unidos: Las acciones de Trump podrían socavar el liderazgo de Estados Unidos en organismos multilaterales como la Organización Mundial del Comercio (OMC), donde se promueve la resolución pacífica de disputas comerciales. La percepción de Estados Unidos como un actor aislacionista y poco fiable podría alienar aún más a socios estratégicos en Europa y Asia.

3. Riesgos específicos para el cumplimiento del T-MEC
El T-MEC es un acuerdo clave para garantizar la competitividad de América del Norte frente a otras regiones. Sin embargo, las amenazas de Trump ponen en jaque tres aspectos fundamentales:

  • Legalidad de las medidas: El T-MEC prohíbe explícitamente aranceles generalizados en su texto central. Si Trump implementara sus amenazas, México y Canadá estarían legitimados para activar los mecanismos de solución de disputas bajo el Capítulo 31, exponiendo a Estados Unidos a sanciones compensatorias.
  • Confianza de los inversores: La estabilidad jurídica del T-MEC es un atractivo clave para las inversiones extranjeras en la región. Un ataque al tratado podría disuadir a inversionistas, especialmente en industrias como la automotriz, que depende de cadenas de valor integradas en los tres países.
  • Reacciones nacionales: Tanto México como Canadá han demostrado en el pasado su capacidad para responder. En 2018, México impuso aranceles equivalentes sobre productos agrícolas estadounidenses en represalia por las barreras al acero y aluminio.

4. Consideraciones críticas: ¿protección o populismo?
Aunque la retórica de Trump apelará a ciertos sectores de su base electoral, las consecuencias reales de tales medidas son devastadoras:

  • Ineficiencia económica: Los aranceles no fomentan la creación de empleos sostenibles, sino que desincentivan la competitividad al aislar a los mercados. Además, penalizan tanto a consumidores como a productores locales, reduciendo el poder adquisitivo y la productividad.
  • Desafío a la globalización: En un mundo donde las cadenas de suministro están profundamente interconectadas, políticas proteccionistas de este tipo no revierten la dependencia económica, sino que la encarecen, afectando a las economías más vulnerables.

En tanto, las implicaciones económicas para México ante las amenazas arancelarias de Donald Trump tienen un impacto potencial profundo para la economía mexicana, tanto cualitativa como cuantitativamente. México, como socio estratégico y segundo mayor exportador hacia Estados Unidos, se encuentra en una posición especialmente vulnerable frente a este tipo de medidas.

1. Implicaciones cualitativas: dinamismo comercial y estabilidad macroeconómica

  • Dependencia del mercado estadounidense: Más del 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos, lo que refleja una concentración crítica que aumenta la exposición a políticas proteccionistas. Sectores clave como el automotriz, el agroindustrial y el manufacturero serían los más afectados.
  • Disrupción en cadenas de suministro: El T-MEC ha fomentado una integración profunda en las cadenas de valor, especialmente en la industria automotriz. Un arancel del 25% encarecería los productos finales, desincentivando la producción conjunta y alentando a empresas estadounidenses a buscar alternativas fuera de la región.
  • Incertidumbre regulatoria: México depende de un marco comercial estable para atraer inversiones extranjeras. Las amenazas arancelarias crean un entorno de incertidumbre que podría retrasar proyectos de inversión y generar volatilidad en los mercados financieros.

2. Implicaciones cuantitativas: impacto económico directo e indirecto

Impacto directo sobre las exportaciones mexicanas
Según datos de 2022, México exportó bienes por un valor aproximado de $455 mil millones de dólares a Estados Unidos. Un arancel del 25% sobre estos bienes representaría un incremento de costos de $113.75 mil millones de dólares anuales, que podría ser absorbido en parte por los exportadores mexicanos, pero también por consumidores y empresas estadounidenses.

Para sectores como el automotriz, que representa el 24% de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos, el impacto sería devastador. Por ejemplo, un arancel de este tipo podría reducir las ventas del sector en al menos un 15%, comprometiendo empleos en México y ralentizando la recuperación pospandemia.

Impacto en el PIB mexicano
Las exportaciones representan aproximadamente el 39% del PIB de México, y cualquier barrera comercial de esta magnitud podría restar entre 0.5% y 1% del PIB en el corto plazo, dependiendo de la elasticidad de la demanda de los productos afectados.

Efectos en la inversión extranjera directa (IED)
La IED hacia México ha estado vinculada estrechamente al acceso preferencial al mercado estadounidense bajo el T-MEC. Si las empresas anticipan un entorno más proteccionista, podrían redirigir sus inversiones hacia mercados con menores riesgos regulatorios. Esto podría traducirse en una caída de la IED en México de entre 10% y 15% anual, según estimaciones basadas en el comportamiento de inversiones previas a la firma del NAFTA.

Impacto en el tipo de cambio
Las amenazas arancelarias de Trump han demostrado ser un factor de especulación en el mercado cambiario. Un entorno de incertidumbre podría depreciar el peso mexicano en un rango de 5% a 10% frente al dólar, encareciendo las importaciones y aumentando las presiones inflacionarias internas.

3. Sectores más vulnerables

  • Automotriz: La disrupción de esta industria afectaría directamente a 900,000 empleos en México vinculados a las exportaciones de vehículos y autopartes. Las plantas maquiladoras de estados como Chihuahua, Coahuila y Guanajuato serían las más golpeadas.
  • Agroindustrial: Productos como aguacates, jitomates y cerveza, que representan una parte significativa de las exportaciones agrícolas, verían reducida su competitividad en el mercado estadounidense.
  • Tecnología y electrónica: La producción de dispositivos electrónicos, concentrada en la región fronteriza, también enfrentaría costos adicionales que podrían disminuir la demanda.

¿Una oportunidad disfrazada de crisis?

Aunque el impacto inmediato de los aranceles sería devastador, esta amenaza también podría convertirse en un catalizador para la diversificación económica de México. La concentración en el mercado estadounidense ha sido históricamente una debilidad estratégica, y estas tensiones podrían obligar a México a explorar nuevas alianzas comerciales en Europa, Asia y América Latina.

Un ejemplo reciente es la alianza comercial con el bloque Asia-Pacífico (CPTPP), que ofrece acceso a mercados como Japón, Australia y Vietnam. Si México redirige incluso un 10% de sus exportaciones hacia estos mercados emergentes, podría compensar parcialmente las pérdidas provenientes de Estados Unidos y fomentar un crecimiento económico más equilibrado a largo plazo.

En el mismo sentido, la incertidumbre arancelaria podría incentivar una mayor integración económica regional dentro de América Latina, promoviendo proyectos como la Alianza del Pacífico, y fortalecer la economía local mediante el impulso al mercado interno.

Esto es, si bien las amenazas arancelarias de Trump representan un desafío inmediato, también podrían ser el impulso que México necesita para replantear su estrategia económica, diversificar mercados y reducir su dependencia estructural de Estados Unidos. La clave está en anticipar los riesgos y convertirlos en oportunidades para un futuro más resiliente y competitivo.

 

 

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Javier Cobos Fernández

Economista por la UDLAP y maestro en Administración Pública por la Universidad de Columbia de Nueva York, con estudios de Maestría en Derecho en el ITAM. Investigador y consultor en análisis económico, transición energética, ESG e ingeniería legislativa en COBOS&ASSOCIATES.COM,