El 20 de enero del 2021 será recordado. Es ya, un día histórico, no sólo para los Estados Unidos de América, sino para el mundo.

Es un día de celebración para la democracia, la verdad, la transparencia y la honestidad.

Es un día en dónde culmina el trabajo de meses, relacionado con la elección popular, la fe en el sistema electoral y la razón.

Joseph Robinette Biden Jr (mejor conocido como Joe Biden) arriba a la Casa Blanca como el 46º presidente de los Estados Unidos de América, en una ceremonia totalmente “anormal”.

Distinta, diferente, inaudita, la toma de protesta de Biden, se recordará por lo acontecido recientemente en el Capitolio, debido a la pandemia del COVID-19 y por la ausencia del público, ese pueblo americano que votó por un giro de 180°, por un cambio de timón.

Estados Unidos habló, y determinó que vale más launidad y la reconciliación.

Exclamó que está de acuerdo con que una mujer de ascendencia latina (por parte del padre) e india (por parte de la madre) (ambos inmigrantes) sea el brazo derecho del hombre más importante del continente americano, y quizás, del mundo.

Estados Unidos, hoy, representa esperanza y fe, en el sistema democrático.

Biden, en su primer discurso como presidente de los Estados Unidos de América, se dirigió no sólo a los ciudadanos estadounidenses, sino al mundo entero; él, representa para muchos, una corriente que rompe con los estereotipos de los últimos cuatro años.

Su política, deja atrás, la idea del muro, la supremacía racial, el cliché sobre los inmigrantes, la desconsideración de los tratados medio ambientales, la agenda restrictiva en la política pública de salud etc., etc.

Sin embargo, la tarea que tiene frente a él, es inmensa.

Proteger la democracia a toda costa, acercar la salud pública a todos los estadounidenses, frenar la ola de contagios del COVID-19, implementar de forma exitosa la campaña de vacunación, reactivar la economía local y global, reincorporar a Estados Unidos a los tratados sobre cambio climático, emitir políticas públicas que trabajen correctamente la inmigración, atender la crisis del desempleo y un sin número más de problemas que no se podrían terminar de enlistar, serán sólo algunos de los tópicos que deberá enfrentar en conjunto con Kamala Harris.

Los ojos del mundo, están encima del nuevo presidente y vicepresidenta.

El éxito o fracaso de su gestión, será determinada por la rapidez de su actuación, la eficacia de su trabajo y la implementación de soluciones. Aun así, el 20 de enero del 2021, será recordado como el día en que la democracia ganó.