Año de cambios, de crisis, de angustias, oportunidades y retos

¡Qué año tan complicado y memorable será este 2020!

Año que inició a finales del 2019, en Wuhan China.

Año marcado por feroces incendios en enero, feminicidios en marzo que provocaron movilizaciones en las principales ciudades del mundo, con el reclamo de justicia para las mujeres.

Una pandemia que se instaló desde abril, que no ha dado tregua en salud pública afectando a todos y cada uno de los que pisamos la faz de la tierra.

Año político, con el triunfo de Biden.

Año de creación, con la implementación de las vacunas, que parecen ser la luz al final del túnel.

Para México, considero, es un año amargo.

Las crisis en seguridad pública, en homicidios, en feminicidios, en trata, en robo, secuestro y crimen organizado no han disminuido, a pesar de la inclemencia de la pandemia.

Año de muerte, con más de cien mil mexicanos que hoy ya no llegarán al 2021.

Año de exhibir la carencia en la capacidad hospitalaria, los problemas en programas sociales destinados al cáncer, violencia intrafamiliar y combate a la contaminación ambiental.

Año de la eliminación de los fideicomisos públicos, la crisis del desempleo, la bancarrota de las micro y medianas empresas.

Año de una austeridad mal entendida, en la que los servidores públicos destinaron una parte de su ingreso al gobierno federal, pero que lejos de reubicarse al presupuesto de las ramas de salud, se destinan al tren maya, el aeropuerto de Santa Lucía y la refinería Dos Bocas.

Año de las iniciativas al Banco de México, la simulación en la transparencia de la selección de los consejeros del INE, de la reforma a las AFORES y al INFONAVIT.

Año de la rifa del avión presidencial, (que no fue rifa), de las inundaciones en el sureste mexicano y del robo de los medicamentos contra el cáncer.

Año de dolor, sufrimiento, y pérdida.

¿usted estimado lector que opina?