El Juicio Final de la Capilla Posa de San Andrés Calpan

  • Alejandra Arroyo Abud
En todas las épocas se han vivido momentos apocalípticos que se han superado

En muchas ocasiones a través de la historia, se ha temido la venida del fin del mundo,  recuerdo aún la inquietud de la gente ante la llegada del año 2000, en 2012 y ahora en 2020. Pero a lo largo de la historia han sido varios los momentos en los que, incluso las grandes instituciones como la Iglesia Católica, han tomado este tema como algo que ha marcado sus discursos.

Durante la Edad Media uno de los libros más leído y analizado fue el Apocalipsis, pues se creía que daría las pautas para estar atentos a las señales de la proximidad del fin del mundo y la forma de actuar esperada. Uno de los temas más representados era la del Juicio Final, que generalmente se esculpía en los tímpanos de los pórticos de los templos. Esta representación era primordial en la arquitectura Románica, pero continuó durante la baja Edad Media y llegó también a representarse en México en los templos del s. XVI, en el Renacimiento, el Barroco y el Romanticismo. Las técnicas, la iconografía y el fondo del mensaje fueron cambiando, pero hay elementos que permanecieron.

Las representaciones del Románico eran generalmente en relieve, en estas se representaba al Pantocrator (Dios todo poderoso, imagen en la que se observa a Jesús sentado en un trono, con un libro y un orbe en la mano izquierda y la mano derecha en señal de bendición) o un Tetramorfos (4 formas, Jesús acompañado de un águila, un buey, un ángel o humano y un león, lo que pudiera significar los evangelios o las 4 formas de Cristo). Los justos a su derecha, bien ordenados, y formados, y los pecadores a su izquierda en completo desorden y desaliñados. En ocasiones acompaña la escena San Miguel arcángel con su espada y una balanza. Generalmente en la parte inferior de estas imágenes se representaba el cielo y el infierno, destacando visualmente más este último, por la presencia de múltiples bestias o demonios devorando a los pecadores, torturándolos y despedazándolos.

La representación tuvo ciertas modificaciones durante el periodo Gótico, ya que, el año mil había pasado hacía tiempo y no se había terminado el mundo, además, teológicamente aparece el purgatorio como un “espacio o estado” en el que las almas tienen la oportunidad de limpiar sus faltas para poder llegar al cielo. Gráficamente aparece en los relieves un área intermedia entre la escena del Juicio y el espacio del cielo y el infierno. En la representación del purgatorio los seres parecen flotar desordenadamente. Otro cambio que se observa es que, la Virgen María es nombrada Teothokos (Madre de Dios) y esto le permite tener un rango jerárquico mayor dentro de las representaciones, su imagen va a ser relevante en los relieves y pinturas del Juicio Final, ya que a partir de ese momento va a ser la que puede interceder por la salvación de las almas. Durante el Renacimiento, el Manierismo, el Barroco y el Romanticismo el formato cambia y las representaciones se va a hacer a través de la pintura mural y de caballete, las paletas de colores y la composición van a adecuarse a cada uno de los estilos, pero los elementos que aparecieron en el Gótico van a permanecer. Podemos mencionar como una de las representaciones del Juicio Final más vista y más famosa en el arte, la que se encuentra en el muro testero de la Capilla Sixtina, realizado al fresco por Miguel Ángel Buonarrotti.

He abordado este tema pues en un artículo anterior, en el que recordamos a los arcángeles, mencioné que iba a escribir sobre la fachada del Juicio Final de la Capilla Posa de San Miguel en el Convento de San Andrés Calpan. En esta fachada se puede observar al centro un relieve de Jesús mostrando las llagas de sus manos, indicando el medio a través del cual se sacrifica para abrirnos las puertas del cielo. A su lado derecho se observa una rama de azucenas y a su lado izquierdo una espada; cada uno de estos elementos indicando el lado de los justos y el de los pecadores. Al lado derecho de Jesús se encuentra la Virgen María arrodillada, en actitud de oración, acompañada de una inscripción que dice “INTERCEDE VIRGO SACRA ORA PRO NOBIS” (“Intercede Sagrada Virgen, ruega por nosotros”. Al lado izquierdo de Jesús (lado derecho de la fachada, vista de frente) se encuentra San Juan Bautista, vestido con pieles y llevando la cruz de la Resurrección, acompañado también por una inscripción que dice “DEDIT ILLI DOMINUS OMNI IUDICIO” (“El Señor le dio todo el Juicio”). Este Santo representa, por los atributos que trae consigo, la Resurrección y el bautismo. Debajo de la imagen de Jesús se encuentra una inscripción que dice “SURGITE MORTUI VENITE AD IUDICIUM” (“Salgan los muertos y vengan al Juicio”).

Acompañan a la misma altura de estas imágenes un ángel pasionario (que porta elementos de la pasión de Cristo) con la Cruz y los clavos, y un ángel con una trompeta, que de acuerdo a datos de Fray Francisco Morales OFM, hace referencia al himno Dies Irae, diez illa, del cual se desprende el texto: “tuba mirum spargens sonum per sepulcrum regionum” (“La trompeta esparciendo un sonido admirable por los sepulcros de la región”), himno atribuido a un monje franciscano del s. XIII. En la parte baja de la imagen se observan los muertos saliendo de sus tumbas mirando hacia arriba, en actitud de oración y penitencia.

En las diferentes representaciones del Juicio Final podemos ver estilos y materiales de las épocas y los lugares que las originan, y también la intención de la Iglesia de salvar la mayor cantidad de almas posibles, con discursos que corresponden a su momento histórico.

No es de extrañar que en estos momentos que estamos pasando como humanidad, los temas del fin del mundo estén rondando las redes sociales y lleguen a alterarnos, pero al fin, en todas las épocas se han vivido momentos duros que se han superado y para los que ha habido mensajes de esperanza.

“Tenemos que aprender a mirar cara a cara la realidad. Inventar, si es preciso, palabras nuevas e ideas nuevas para estas nuevas y extrañas realidades que nos han salido al paso”

Octavio Paz

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Alejandra Arroyo Abud

Soy poblana, Licenciada en Arquitectura y Maestra en Investigación del Patrimonio Cultural, miembro de Número de la Academia Nacional de Arquitectura, Capítulo Puebla. Restauradora de patrimonio cultural y docente