Edurne, #NoEstásSola
- Rafael Reyes Ruiz
En junio del año 2019, una amiga cercana me busca vía telefónica, y me contó que en el equipo de futbol donde entrenaba su hija, había una chica de escasos recursos, cuya situación rayaba en la pobreza extrema, pero que era muy buena jugadora. Tan buena que había sido elegida para jugar en la Selección nacional femenil sub 20. Al preguntarle a mí amiga el porqué de contarme eso, me comenta que la niña necesitaba apoyo, pues debía ir a una convocatoria a Estados Unidos, y no contaba con los recursos para tramitar el pasaporte y algunos gastos más que debían correr por su cuenta.
El caso me conmovió, y aún cuando la situación no es el tema que manejo como activista, me propuse tratar de ayudarla, sin tener la mínima idea de cómo lo haría. Busqué a Ricardo, un muy buen amigo que sí es experto en el tema de apoyo a deportistas jóvenes de bajos recursos, él, como buen gigante del activismo, de entrada me dijo que sí me ayudaría a buscar el apoyo, pero igual tampoco sabía muy bien cómo se haría, ya que teníamos como detrimento el tiempo, pues quedaban escasos tres días para el límite de apoyar a esta chica.
Al día siguiente de buscar a Ricardo, me contacta vía whatsapp y me dice que no había tiempo para pedir un apoyo institucional, así que se debía hacer una “coperacha”. Al leer sus palabras, entraron en mí muchas dudas, pues sí bien estoy acostumbrado a solicitar apoyos, siempre había sido para cuestiones de salud, sobre todo para niños y niñas con cáncer. Y antes de que pudiera hilvanar más pensamientos, entra otro mensaje que textualmente decía: “Ya está hecha, Edu puso una parte y yo otra”.
No tenía el gusto de conocer a Edurne (@edurneochoa) en persona, sabía de ella por amigos en común y redes sociales; sabía que era una activista feminista y que había creado el proyecto de 33 Mujeres, no más. Fue hasta ese momento en que conocí a Edurne Ochoa, una feminista que, sin poses, fotos ni reflectores ayudaba a una mujer, no solo ante una necesidad, sino a que cumpliera su sueño de jugar en la selección y pudiera tener una oportunidad de destacar en la vida; pensé: esto es feminismo. Cabe mencionar que en esa ocasión, Edurne pidió el anonimato de su acción.
Edurne, si lees esto, no te enojes porque conté esta anécdota, lo veo necesario por el contexto actual. En días recientes, tanto Edurne como Norma Pimentel (@NormaPimentelMx) han recibido amenazas y hostigamiento por su trabajo en pro de la igualdad y erradicación de violencia contra las mujeres. Mi solidaridad absoluta con ustedes, el defender una causa no puede significar ser víctimas de violencia en ningún sentido, sobre todo cuando lo que están buscando es erradicar la violencia.
Conozco a Edurne, me consta que ayudó a una chica sin siquiera conocerla y sin buscar notoriedad o reconocimiento. Ahora, como activista, cada que recibo un caso donde una mujer necesita apoyo, acudo a Edurne, y sí, a pesar de su saturada agenda, siempre se da el tiempo para ayudar.
Rescoldos.
La violencia contra las mujeres no es un concepto abstracto. Es una deleznable costumbre cotidiana que solo se acabará mediante la educación y acciones concretas. Eduquemos a nuestros hijos e hijas para la erradicación de la violencia. Y si bien, pensamos que no podemos hacer algo en esta gran lucha, al menos no estorbemos a quienes sí lo están haciendo, y lo están haciendo bien.
Rafael Reyes Ruiz
@RafaActivista
rafaactivista@gmail.com
Opinion para Interiores:
Anteriores
![](https://nfh3.e-consulta.com/sites/default/files/styles/thumbnail-autores/public/colaborador_070522_2.jpeg?itok=d4ZnDLr0)
Activista social dedicado a brindar ayuda integral a grupos de alta vulnerabilidad. Fundador de Fundación Madai, que apoya a niños con cáncer y sus familias. Miembro de grupos y colectivos de la sociedad civil. Escritor, articulista, conferencista. Desarrollador y promotor del emprendimiento social.