Es innegable la influencia de la televisión en los mexicanos, el impacto de “Televisa” el gran imperio televisivo traspasó fronteras y llegó a toda Latinoamérica con programas cómicos y telenovelas que paralizaron países completos. Los programas mexicanos son siempre recordados cuando se entabla conversación con algún latinoamericano/a, como parte de la cultura en común.

Los tele-espectadores latinoamericanos representan un gran mercado, no podría ser la excepción en Estados Unidos: las televisoras “latinas” en este país lo mismo reproducen telenovelas, noticieros y Talk Shows. El tele auditorio son aproximadamente 30 de 50 millones de latinos que habitan EE.UU. Las empresas “Univisión” y “Telemundo” son líderes en audiencia y eternos rivales, aunque también existen  otros canales dirigidos este público  como “Azteca América” y “CNN en español”.

Televisa es el socio mayoritario de Univisión debido a esto se retransmiten varios programas de esta televisora en este canal. Telemundo que no tiene ninguna alianza con alguna televisora mexicana ha producido sus propias telenovelas como la “Reina del Sur”. Y aunque en el sector de entretenimiento: las telenovelas y talk shows no distan tanto de los programas mexicanos, la diferencia si existe en los noticieros específicamente de estas dos empresas: donde la información se proyecta de una manera amarillista y alarmista, que también dista mucho de las televisoras enfocadas al público anglosajón donde el relato de las noticias tienen un enfoque mucho más objetivo, incluso las que tienen que ver con México y la frontera.

Es evidente que la situación en México no es la mejor, pero la manera de narrar los acontecimientos es bastante pesimista, lo cual alarma a los connacionales y latinos residentes en este país. El tono de sus conductores es distinto al de los mexicanos, un ejemplo es Jorge Ramos, un periodista mexicano que lleva ya muchos años viviendo en este país, es el conductor estrella de “Univisión”, titular de dos programas “Noticias Univisión” y “Al punto”. Nadie puede negar su experiencia como periodista, lleva más de 20 años en el medio y ha cubierto guerras; si bien es cierto que es un líder de opinión dentro de la comunidad latina, también el protagonismo en su labor periodística le resta credibilidad.

El año pasado en una conferencia de prensa otorgada por Donald Trump, fue sacado de esta por órdenes del presidente de EE.UU, claro el carácter del mandatario es irascible, pero también la manera en que el periodista se dirige a sus entrevistados va encaminada a provocarlos y de esa manera sacar la nota. Otro encuentro con Nicolás Maduro le generó fuertes críticas, pues en la entrevista (realizada en Venezuela en el Palacio de Miraflores) le preguntó sobre unos jóvenes que comían de la basura, Maduro no respondió sino simplemente se levantó y abandonó la entrevista, por lo cual Jorge Ramos le dijo: “eso hacen los dictadores no los demócratas”; el periodista y su equipo de trabajo fueron notificados de su expulsión del país ese mismo día y fueron ayudados por autoridades diplomáticas mexicanas y estadunidenses para salir inmediatamente.

Y es que en el periodismo se puede ser crítico sin caer en la provocación. Hace unos días, Ramos asistió a la conferencia matutina del presidente López Obrador, donde tuvieron una pequeña discusión (al puro estilo del periodista) y a la que AMLO supo contestar acertadamente y donde Ramos reiteradamente le alzó la voz, esto fue catalogado por el padre Alejandro Solalinde como un acto de altanería y cuestionó el que nunca hubiera preguntado en ese tono a los demás presidentes.

Ramos critica al presidente por llamar a ciertos periodistas como “prensa fifí” pero es bien sabido que este comunicador tiene un equipo muy grande que viaja con él a todas partes, muy distinta a la situación de los periodistas mexicanos sobre todo los que cubren notas en los lugares violentos en nuestro país.

Estos desencuentros provocados, los ha sabido capitalizar muy bien, su último libro “Stranger: el desafío de ser inmigrante latino en Estados Unidos” tiene como portada la foto del fallido encuentro con Donald Trump; y aunque algunos dicen que este estilo de hacer periodismo le ha permitido ganar la confianza de los latinos en Estados Unidos, para otros la forma en que genera la información es algo cuestionable; no sorprendería que hiciera otro libro sobre la reunión con Maduro y su expulsión de Venezuela.

Las televisoras latinas en Estados Unidos han proyectado una imagen sesgada sobre México, medios de comunicación plantean de manera exagerada la información. El estilo de hacer periodismo de Jorge Ramos permite entrever que su objetivo en la mayoría de las ocasiones no es lograr una investigación sobre un tema, sino polemizar la situación. En gustos se rompen géneros, pero sin duda el periodismo debe ser objetivo y sin protagonismos.