Cuando se venia la sucesión Presidencial de Ernesto Zedillo, en el seno del PRI, salió una estrella, joven, con carrera, hijo de un mártir Priista, Roberto Madrazo Pintado, como su apellido lo decía, tenia pintado en la mente la Presidencia, había crecido, escuchando que el tenia que ser Presidente y así lo creyó, en la elección Ernesto Zedillo confió en su Secretario de Gobernación, Labastida Ochoa, eso le dio la entrada al PAN a los Pinos, adrede o no, eso nunca lo sabremos, pero la elección de Zedillo no solo tiro al PRI del poder, ahí el proyecto Presidencial  de Madrazo se murió; Cual fue su gran error? Creer que seguía teniendo posibilidades de ocupar la silla Presidencial, el resto es historia en la que Roberto Madrazo pasara a los anaqueles de la historia como un obstinado Presidente del PRI, que lo acabo de hundir con su necedad.

En Puebla, vivimos una historia mas llanera pero similar con Alejandro Armenta, corría la sucesión de Mario Marín, la cargada de Rafael Moreno Valle, crecía como la espuma y esa inercia se veía aplastante, como en su momento Vicente Fox, ahí aparece una estrella poblana, con una historia de crecimiento y lucha personal muy parecida a la de Madrazo, un joven entusiasta, capas que venia de toda adversidad y en el seno Marinista, veían con asombro y se creía que tenia todas las armas y energía para parar a Rafael Moreno Valle, en ese momento Mario Marín, como en su momento Ernesto Zedillo intencional o no, se declina por Javier López Zavala, también su secretario entre otras de Gobernación, el resto es historia, ahí en esa sucesión, muere el sueño de Alejandro Armenta, por ser el nuevo cacique de Puebla, el único que no lo vio fue el.

Pierde con Zavala, pues el era el jefe de campaña,  después regresa a impulsar a Blanca Alcalá, vuelve a perder, ambas contra Fernando Manzanilla, en el final de la era Peñista, se le abre una luz celestial para adherirlo a la cuarta transformación, hábilmente la toma y el premio no fue menor, escaño en el Senado, con la jugosa comisión de Hacienda, ahí sin darse cuenta Alejandro Armenta, estaba en las grandes ligas, todos los caciques Estatales, tenían que tocarle la puerta y pedirle amablemente que los apoyara.

Ahí al igual que Roberto Madrazo, creyó que su lugar en la historia estaba en la Gubernatura Poblana, convertirse en el cacique, dueño y señor del destino del Estado, pues así se lo habían hecho creer y el en su sueño máximo, así lo vislumbro.

El resto es historia, va en camino, si no es que un milagro lo salva de convertirse en un Senador sin partido, sin la comisión de Hacienda y con el Próximo Gobernador y Secretario de Gobierno en contra. Tiene un panorama poco alentador, para alguien que en su sueño máximo es ocupar la Casa Puebla.

Cayó en el juego de otros, lo usaron y lo desecharan como un vaso de plástico usado. Ricardo Monreal, que juega su propio tablero, lo uso como en su momento uso a Rafael Moreno Valle, José Juan Espinosa, ahora le toco el turno de Alejandro Armenta de ser usado por el Zacatecano, que en su premisa básica de política, juega el juego de crear problemas para después arreglárselos al Presidente y que le deban el favor, ese juego es viejo y conocido por el Zacatecano, le a funcionado, con el Presidente Peña le funciono, pero con Andrés Manuel, ya perdió la regencia de la Ciudad de México, por querer jugarle las contras al ahora Presidente.

El sabe que en su tablero de ajedrez, sus principales rivales son las Reinas que ahí juegan. Tales como Claudia Sheimbaun, Yeidckol y Tatiana.

Sabe porque es un político hábil y escurridizo que no puede confrontarlas directamente porque perdería, así que busca descarrilar sus proyectos, sabe que para que destituyan a un Presidente de Partido, su tarea es que pierda los comicios internos, bajo eso le convenía mas tener en el poder a Rafael Moreno Valle y Marta Erika que a Barbosa y Yeidckol.

Gano la primera batalla, pero no la guerra, así que en la segunda batalla, tomo alfiles de mas bajo nivel, como José Juan Espinosa, Alejandro Armenta, el resultado esta ahí, un pobre diputado Estatal, que pasara sin pena ni gloria y un Senador sin partido ni comisión, en el régimen actual hay que saber escuchar los mensajes y darse cuenta que en política las obsesiones te pueden costar la carrera.