La muerte tomó las calles de Puebla

  • Xavier Gutiérrez
Se da un curioso sincretismo de tradiciones mexica e irlandesa en todos estos días

El sábado reciente el Centro Histórico de Puebla era un arcoíris de jolgorio. Más que eso, una cascada, una explosión de expresiones festivas como pocas veces se ha visto.

El festejo de muertos va adquiriendo cada año proporciones enormes. En esta ocasión, aparte del Desfile de Catrinas, prácticamente cuatro o cinco días se dio un incesante festejo de disfrazamiento colectivo, si vale así decirlo.

Este fenómeno, que se da en dos polos, se ha fundido en uno en el centro poblano todas estas fechas.

Es un sincretismo sui géneris. El famoso Halloween de lejano origen irlandés se ha mezclado con la mexicanísima celebración a la muerte, recuerdo a los muertos, fiesta por la vida y simpatía por la muerte. Dualidad que no riñe, que se enlaza en generaciones y trasciende a las clases sociales.

Reminiscencias mexicas y celtas se vinculan sin reparos ni discrepancias.

Literalmente la muerte tomó las calles. Casi desde el Jardín del Carmen hasta el Zócalo de Puebla, eran mares de paseantes, locales y forasteros. Abundaban los disfraces de los más estrafalarios seres, reales o ficticios, honorables o esperpentos. Personas solas, parejas, familias completas. Mexicanos y extranjeros hermanados por esta tradición.

En ambiente de placentera camaradería todos se saludan, toman fotos, comparten golosinas o simplemente se ríen y carcajean de las estrambóticas figuras que deambulan por doquier.

La tradición ortodoxa nos pareció mejor que otras veces. Nos referimos a las ofrendas, la monumental del Palacio Municipal con su hermoso muestrario de cartonería; llenó el patio del Ayuntamiento.

Las de la Casa de la Cultura muy bien montadas en general, genial la que recordaba a todos los personajes del “Chavo del Ocho”, actores, cantantes. El flanco histórico con la Familia Serdán.

Las de la Casa de la Cultura muy bien montadas en general, genial la que recordaba a todos los personajes del “Chavo del Ocho”, actores, cantantes. El flanco histórico con la Familia Serdán.

Orden sin severidad en el recorrido de visitantes en ese recinto; las enormes figuras de catrinas, diablos, animales fruto de la invención local era un toque de colorido festivo unánimemente celebrado. La presencia de artistas callejeros le ponía música al paseo: allá un chelista, acá un violinista, un dueto de cantantes, catrines, calacas, catrinas, derroche de ingenio y placer por los muertos.

Un alto en el camino: entramos a la vieja cantina “La Ópera”, 16 de Septiembre 1303 y nos dan la nota luctuosa. Hace unos días murió don Manuel Montesinos Cruz, su más reciente dueño. El negocio, famoso por sus menyules, mojitos y otras espirituosas bebidas, obra de sus estupendos alquimistas de fino arte estético, está de luto por tal razón.

Ello no obstaculiza el ritual copeo. Este vetusto templo de convivio y placer tiene más de noventa años; hoy tres generaciones atienden con diligencia y buen humor a los parroquianos. La visita era obligada, en plena calle llena de aroma mortuorio y derroche de vida, gozo y disfraces.

Allí vemos a una veintena de clientes y a los periodistas Jesús Manuel Hernández y Rodolfo Ruíz; todos saludan a Chucho con familiaridad, lo cual evidencia que está en plena campaña para conquistar el título de cliente decano de tan venerable sitio de alta cultura etílica.

Llama mucho la atención los alcances que tiene el festejo mortuorio y catrinero y que cada año aumenta exponencialmente en Puebla.

Citemos sólo dos casos: en los fraccionamientos La Antigua Ladrillera y Lomas del Valle, este año varios cientos de vecinos y visitantes disfrazados mostraron un verdadero derroche de imaginación para este festejo. Una prodigalidad desbordante en casas, rotondas, calles y bulevares. Quizá miles portando disfraces ortodoxos y disparatados.

Pero esta fiesta tiene multiplicadas muestras por igual en barrios, colonias, escuelas, universidades, pueblos, comunidades de todo el estado.

Lo dicho, abramos paso a la muerte mientras haya vida

Alforja

Contemos también lo bueno: Bien pronto el Ayuntamiento se puso las pilas, y un buen número de calles y avenidas registra el paso de brigadas de tapabaches, lo cual ha atemperado la presión social que era un clamor. Resta mucho todavía, por ejemplo, las calles que rodean al CENHCH, al Cuartel de Policía en la 9 Oriente, al Mercado La Acocota, la Avenida Lafragua, son aún zonas minadas con albercas y socavones por doquier…

Periférico. En el gobierno estatal alguien le oculta la realidad al gobernador Sergio Salomón Céspedes. A lo largo del Periférico, especialmente en el tramo entre la 24 Sur (Lafragua) y el entronque a Chachapa, todo el tiempo hay grandes espacios a oscuras, como boca de lobo, falla el alumbrado de energía solar, pasan los días y no se corrige. Eso le pega al proyecto de apertura de esa importante vía al transporte colectivo en fecha próxima. Urge pues una supervisión a los responsables del buen funcionamiento de esa enorme vía de circulación.

 

 

 

 

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Xavier Gutiérrez

Reportero y director de medios impresos, conductor en radio y televisión. Articulista, columnista, comentarista y caricaturista. Desempeñó cargos públicos en áreas de comunicación. Autor del libro “Ideas Para la Vida”. Conduce el programa “Te lo Digo Juan…Para que lo Escuches Pedro”.