En la última década las enfermedades transmitidas por mosquitos, moscas y garrapatas se han triplicado desde 27,000 casos en 2004 hasta más de 96,000 en el 2016 en los Estados Unidos de América.

El director Lyle Pettersen de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, de sus siglas en inglés) en Atlanta, Georgia reportó que en el 2016 hubo un gran incremento de las enfermedades transmitidas por mosquitos, principalmente debido al incremento en el número de casos de Zika, que alcanzó hasta 41,680 infectados.

La otra enfermedad que ha crecido de manera significativa es la enfermedad de Lyme, la cual se transmite por garrapatas y que no ha dejado de incrementarse, ya que en 2016 se reportaron 36,000 casos. Lo mismo sucede en el caso de Chikungunya y del dengue, incluyendo su variedad hemorrágica.

Se considera que existe un subregistro en el reporte de estas enfermedades lo que seguramente triplicaría el número de casos reales. Un problema adicional es que estas enfermedades no se consideran un área prioritaria para el gobierno actual de los Estados Unidos de América y se han disminuido los fondos para confrontarla. Es claro que el incremento de la temperatura global ha favorecido la reproducción de estos insectos y que el crecimiento urbano nos ha llevado a invadir espacios en bosques, sábanas y selvas lo que nos ha expuesto a enfermedades emergentes como el Ébola, la enfermedad por hantavirus e incluso el brote de fiebre amarilla en Brasil. Es urgente reducir las emisiones de bióxido de carbono y dióxido de azufre para mitigar nuestro impacto en el clima. Se requiere de un sistema de información confiable en México para tomar las medidas que se requieren para controlar a los vectores.