El desorden afectivo estacional ya ha arribado

  • José Ramón Eguibar Cuenca
Disminución de melatonina y serotonina aumenta la tristeza. Luz natural y dormir a oscuras, solución

Cada año al hacerse los días más cortos en otoño e invierno se presentan cambios de humor en muchos de nosotros, debido a las bajas temperaturas uno tiende a refugiarse en casa, se evita salir y en algunos casos se tiende a estar más triste. El estado de tristeza se acentúa conforme más al norte estemos (lo opuesto en los países del sur). Los cambios de humor pueden llevarte hasta el trastorno afectivo estacional, que se presenta en la última parte del otoño y comienzos del invierno, y el cual se caracteriza por sentirse deprimido a lo largo del día, en varios días de la semana. Los síntomas son: pérdida de interés en realizar las cosas que le agradan a uno hacer, falta de energía para realizar las actividades cotidianas, cambios en el patrón de sueño como es la dificultad para quedarse dormido o a permanecer dormido toda la noche (insomnio), cambios en el apetito y por tanto en el peso, dificultad para concentrarse, lo que afecta el desempeño en el estudio o en el trabajo y en casos extremos pensamientos de muerte o intento de suicidio.

¿Pero por qué suceden estos cambios? La respuesta está en que en los meses de otoño e invierno los días son más cortos, lo que altera a nuestro reloj biológico que tenemos en lo profundo del cerebro, en el denominado núcleo supraquiasmático el cual dirige todas las funciones del cuerpo a lo largo del día y el cual depende de la cantidad de luz que recibimos en los ojos. La falta de luz altera a su vez a una hormona la melatonina, la cual se encarga de promover nuestro sueño diario; la falta de luz también reduce los niveles de serotonina, una sustancia cerebral relacionada con el estado de humor. Si Ud., amable lector, tiene los síntomas antes expuestos acuda con un médico especialista para que lo trate, pero puede Ud. de inmediato paliar sus síntomas si se expone en exteriores a la luz solar (esto es evitar la luz artificial); o bien adquirir una lámpara que emita una luz azul tenue, pues se ha observado que este color en particular es el que estimula dentro de nuestros ojos a la ruta nerviosa que promueve la secreción de melatonina, lo que a su vez mejora nuestro patrón de sueño y por ende nuestro humor llevándolo de la tristeza, el pesar y la depresión hacia la felicidad y el gozo de la vida. La evolución nos ha dotado de un sistema que nos permite adaptarnos a los cambios a lo largo del año, pero la vida moderna con la enorme cantidad de luz ambiental, que flashea y cambia de colores contribuya a que no tengamos un descanso reparador por las noches, así que una última recomendación es oscurecer lo más que pueda la habitación donde duerme, eso también puede contribuir a evitar la tristeza asociada a la época otoño/invierno. Así que dulces y oscuros sueños, amable lector.

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José Ramón Eguibar Cuenca

Director General de Investigación de la Vicerrectoría de Investigación y estudios de Posgrado BUAP, médico de profesión y doctor en neurociencias. Es miembro del SNI y la Academia Nacional de Medicina