Un fiscal anticorrupción cargado de corrupción

  • Roxana Luna Porquillo
Pareciera que la Fiscalía Anticorrupción es un organismo que ha nacido muerto.

En tiempos tan complicados como los que atraviesa la vida política mexicana, la corrupción ha sido el tema que con mayor ímpetu ha acaparado los reflectores. La transparencia es una cualidad que se ha esfumado por las sendas del olvido, mientras que el índice de percepción de la corrupción se sigue elevando.

Es de gran importancia señalar que actualmente México se ubica en el lugar 123 de 127 países, y pese a ello, bajo este tenor de corrupción, se dio el nombramiento del fiscal anticorrupción del Estado.

Como si fuera una burla para los poblanos y con serias dudas respecto al papel que desempeñará al frente de la Fiscalía Anticorrupción en el estado, de manera indignante se nombró el pasado 24 de abril a Enrique José Flota Campo como titular de tal institución, cuyo perfil ha demostrado carencia de sensibilidad ante distintos sucesos violentos ocurridos en contra de la ciudadanía.

Flota Campos pasó de ser una persona respetada tanto en el ámbito académico como profesional a un funcionario subordinado, su trabajo en Puebla consistió en recibir y obedecer órdenes, hecho que puso en duda su credibilidad pues no se le reconocieron sus capacidades; hoy carga sobre su espalda la impunidad y la opacidad del caso Chalchihupan, donde su labor como titular de la Fiscalía de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos.

Particularmente en  tal hecho, Flota Campos protegió al exgobernador Rafael Moreno Valle para que gozara de impunidad, minimizando los sucesos violentos y culpando e intimidando a los pobladores de un conflicto que hasta la fecha no se ha resulto y sigue sin tener responsables.

Igual de deficiente fue su desempeño ante las más de 400 personas encarceladas de manera ilegal por el exgobernador al oponerse a sus proyectos, así como frente a la ola de feminicidios que arrastró a la entidad durante todo el sexenio morenovallista, de los cuales la mayoría han quedado impunes, lo que refleja que no asumió su responsabilidad en materia de derechos humanos y optó por acompañar las decisiones gubernamentales.

Enrique Flota Campos es un fiscal anticorrupción nombrado por la vía de la corrupción, todo parece que el espacio que ocupa obedece más a un premio político por el hecho de haber cuidado la espalda de Moreno Valle, que a su compromiso por erradicar un mal que está afectado de manera íntegra el desarrollo político de Puebla, por lo que esperemos que su desempeño sea imparcial.

Para que sea efectivo el funcionamiento de la fiscalía, tan necesaria en estos tiempos, debe adjudicarse su titularidad a una persona con capacidad tanto moral y de acción para combatir la corrupción, siendo su nombramiento realizado por organizaciones de la sociedad civil, universidades y organismos no gubernamentales en metería de derechos humanos o comprometidos con la sociedad, no de manera arbitraria por el Fiscal General del Estado, en este caso Víctor Carranca Bourget, quien tiene la facultad de nombrarlo sin previa consulta de otro organismo de la entidad.

Dada esta situación, pareciera que la Fiscalía Anticorrupción es un organismo que ha nacido muerto. Por lo que, en una etapa donde la corrupción en Puebla va en aumento, para beneficio de la entidad es necesario que el titular de esta institución sea una persona comprometida con el estado, que tenga valores de empatía hacia los poblanos, no alguien que vea a la titularidad que ostenta como un botín político o una vía para el logro de aspiraciones económicas particulares.

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Roxana Luna Porquillo

Abogada y política poblana, militante del PRD. Nacida el 24 de marzo, fue Diputada Federal por Puebla y candidata a la gubernatura de Puebla en 2016