Informe País sobre la Calidad de Ciudadanía en México (Tercera parte)

  • Lilia Vásquez Calderón
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Nuestro país se encuentra en una crisis severa que requiere de atención inmediata, el informe país nos revela datos que demuestra ello:

Si existe una un señalamiento diario es en relación al llamado Estado de derecho y acceso a la justicia, la fragilidad del marco legal, la procuración e impartición de justicia se cuestiona día a día, por lo que en nuestro país es cotidiana la violación a los derechos humanos, el abuso y arbitrariedad de los policías, el ejército o la marina deja en total desamparo al ciudadano común, tener problemas que engloben un trámite jurídico se convierte en un calvario que requiere de dinero, relaciones, servicios profesionales eficientes y mucha paciencia, la corrupción, impunidad se expresa en todo tramite jurídico, lo que menos se respeta en nuestro país es la ley, si existiera un marco jurídico vigente muchos de los políticos ya estarían en la cárcel por desvíos de recursos, ejemplo de ello es la casa de fin de semana en Malinalco de Videgaray Caso, actual secretario de Hacienda y Crédito Público y uno de los hombres más cercanos el presidente Enrique Peña Nieto, así como la denominada casa blanca de la Sra. Angélica Rivera,  curiosamente ambas residencias fueron construidas por Grupo Higa,  empresa propiedad de Juan Armando Hinojosa Cantú, empresario que ha sido ampliamente beneficiado con contratos de miles de millones en obra pública durante el gobierno de Peña Nieto en Edomex y que, ahora, en los primeros 24 meses del sexenio peñista ya suma miles de millones  de pesos por contratos con el gobierno federal y otros de entidades estatales, en otros país por menos ya estarían en la cárcel, por ello es bueno preguntar ¿ El estado de derecho donde queda?

Al ciudadano común poco o nada le interesa la Vida política, le preocupa el desempleo, la inseguridad, la educación, la salud, la vivienda. A la  democracia, los partidos políticos y sus representantes ya sean diputados o senadores se les olvida que una vez que paso el proceso electoral tienen que trabajar, administrar y cuidar los intereses de los ciudadanos, solo se dedican a cuidar su interés personal y a negociar lo que mejor les convenga, el ejemplo más claro lo tenemos en el PRD, donde recientemente el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, creador y líder moral de dicho partido se vio obligado a renunciar, debido a las practicas negociadas, alianzas y prostitución que genero Jesús Ortega, Puebla no ha quedado exento de ello, ya que el PRD se ha vuelto un eslabón del actual gobernador.

Por ello recuperar el papel de la sociedad civil se vuelve una tarea prioritaria, los ciudadanos de a pie, los que no pertenecemos a un partido político,  los que no somos funcionarios públicos, debemos reclamar nuestra presencia, hacernos visibles, tomar el espacio público, organizarnos, reclamar la transparencia y rendición de cuentas, solidarizarnos ante los abusos, la arbitrariedad, prepotencia, reconocernos en esa condición de excluidos y vulnerados será el único camino a seguir, de no ser así  a los partidos políticos poco les interesamos y a nuestros gobernantes menos. En el ámbito federal la reforma fiscal y energética nos perjudica en forma directa, mantener un salario mínimo paupérrimo ($67.00), limita la capacidad adquisitiva y el desempleo afecta miles de familias. En el caso de Puebla la aprobación de la Ley Bala, el incremento en la tarifa del agua, el proyecto que asigna a los diputados  para el 2015 un incremento salarial mensual de $143,383.00, los angelitos tendrán un salario diario de $4700.00, Se pretende que un ciudadano común viva con un ingreso mensual de $2100.00, ello solo refleja el banalidad y cinismo, quizás ignoren en qué país vivimos.

Coexistir con cada ciudadano, con los vecinos, compañeros de trabajo se vuelve necesario para fortalecer una vida comunitaria, reconocer a los otros, sumarnos, sumar esfuerzos colectivos, fortalecer liderazgos, hacer vida en común, es la única forma de reclamar nuestros derechos civiles, construir una cultura de la inclusión, tomar conciencia que en la medida que nos organicemos, se fortalezcan  lazos de amistad y convivencia, podremos hacernos presentes e incidir en nuestra vida social, política, económica, aprendiendo a vivir juntos.

Desarrollar una cultura que nos permita a todos construir un país más equitativo, requiere desarrollar  una conducta ética, centrada en el respeto a la persona en su dimensión humana, en crear  condiciones de existencia, donde haya acceso a la educación, la salud, vivienda, empleo, alimentación, seguridad y que tengamos gobernantes que rindan cuentas, administren la riqueza de nuestra país y que antepongan el interés colectivo sobre el individual o de partido. Recudir la concentración de la riqueza en pocos para crecer en forma horizontal se vuelva una tarea ética impostergable.       

En esta orientación es como se podrá garantizar el acceso a todos los ciudadanos a los servicios mínimos que requiere cualquier persona de a pie, ordinaria. Con ello nuestros gobernantes y representantes tendrían nuestra confianza, respeto, aprobación, reconocimiento y se podría contribuir a desarrollar una democracia sin excluidos ni exclusiones, como ciudadanos es lo mínimo que merecemos, de no ser así este 2015 será más adverso, se incrementara la pobreza, la inseguridad y los resultados serían muy nocivos y terribles, confió en que ello no suceda.   

liliasilvia@yahoo.com

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Lilia Vásquez Calderón

Lilia Silvia Vásquez Calderón, Licenciada en psicología, maestra en derecho.

Coordinadora Académica del posgrado del  Centro de Ciencias Jurídicas de Puebla (CCJP)

Docente jubilada de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, BUAP.