#YoSoy17
- René Sánchez Juárez
Las manifestaciones en nuestro país también han evolucionado y lo que vimos en la campaña presidencial de 2012 con el movimiento #YoSoy132 que fue de las redes sociales a la calle con demandas específicas, hoy lo vemos con médicos que principalmente laboran en instituciones públicas del sector salud, con el movimiento #YoSoy17 quienes el pasado domingo se manifestaron en todo el país.
Este movimiento detona como consecuencia de una demanda que interpone Sergio Valente Gallardo quien se desempeña en el Consejo Estatal contra las Adicciones en Jalisco, en contra de 16 médicos que laboran en la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) del Centro Médico Nacional de Occidente de Guadalajara por negligencia médica al tratar a su hijo de 15 de años de edad, quien tras ser intervenido en 7 ocasiones, lamentablemente falleció.
Una vez más un fallo judicial genera controversia en la sociedad pues el padre del menor fallecido, logró que el tribunal le otorgara la razón juridica y emitiera ordenes de aprehensión en contra de los médicos involucrados. Debido a diversos amparos los médicos no han sido presentados y continúan practicando la medicina.
Sin embargo, a partir de estos hechos miles de usuarios de Twitter y Facebook a través del hashtag #YoSoy17 han manifestado su apoyo a este grupo de médicos de Jalisco, bajo el lema “No somos dioses, no somos asesinos. Somos médicos.”
Miles de trabajadores del sector salud, no importando sea público, privado, se han volcado a las calles después de la convocatoria hecha en redes sociales manifestándose en las principales plazas públicas del país. En más de 50 ciudades se han lanzado consignas en las que piden sea despenalizada la negligencia médica.
En este espacio no somos jueces para dictar un veredicto sobre si son o no culpables los 16 médicos, sobre si Sergio Valente utilizó su influencia para que dictaran ordenes de aprehensión o si los médicos hicieron todo lo posible para salvar la vida del joven. El problema es más de fondo.
Lo cierto es que la vida de un ser humano tiene un valor inconmensurable y que en las instituciones de seguridad social de México, son palpables las carencias en medicamentos, utensilios e instrumentos quirúrgicos; además de las jornadas extenuantes de trabajo, la falta de personal y las condiciones de estrés por la doble labor, médica y administrativa que representa este trabajo.
Este lamentable hecho se une a otros como la tragedia de la guardería ABC, donde por cierto, siguen impunes los responsables, y que muestran no sólo el deterioro de las instituciones en materia de salud sino que además, ponen en entredicho el papel del poder judicial en México. Ante esta circunstancia, no es suficiente una legislación congruente y objetiva respecto de la responsabilidad médica o criminalizar las actividades profesionales, sino también es necesaria, una política que garantice a usuarios del sector salud público y privado una atención digna, de calidad y calidez. Porque en los hospitales privados también se “cuecen habas”. Sin duda el Estado mexicano tiene mucho que ver en todo esto. Queda por ver el manejo institucional que se hará de esta problemática. La Secretaria de Salud tiene su primera prueba de fuego.
El movimiento #YoSoy17 apenas comienza y esperemos que se convierta en un foro social donde los trabajadores de la salud aporten ideas para garantizar sus derechos profesionales y a la vez demuestren su compromiso con la sociedad, ya que la medicina es una de las profesiones mas nobles. Debemos ver el tema de la salud de los mexicanos como una política transversal, en la que la acción del gobierno en sus tres niveles quede de manifiesto, involucrando a los organismos encargados de promover los derechos humanos y que la sociedad civil también participe de manera permanente y eficaz. De no ser así este será sólo un movimiento social coyuntural más. Lo que esta en juego es la salud de millones de mexicanos, principalmente niños y adultos mayores, que son los grupos más vulnerables.
Opinion para Interiores:
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Politólogo y Maestro en Ciencias Políticas. Académico de la BUAP. Sindicalista y dirigente FROC-Puebla. CONLABOR. Ex Diputado Local y Federal