La política mexicana llegó a un descaro nunca antes visto. El asalto a las arcas públicas reconocido abiertamente por un ex edil en San Blas, Nayarit y ninguna autoridad que haya decidido investigarlo.

El candidato ex panista, Hilario Ramírez Villanueva intentó corregir un peligrosa confesión que le pudiera costar la cárcel, si en México estos mensajes en público fueran perseguidos de inmediato.

“Soy un campesino que le gusta la broma y a la gente también, quizá no fue el momento ni el lugar, pero yo no tomo nada a nadie”, aseguró este político sin vergüenza que evidencia no solo su falta de astucia sino una penosa realidad que lacera al país: El robo del erario "institucionalizado".

El cinismo de Ramírez Villanueva es solo una probadita de aquellos malos gobernantes que en vez de velar por los intereses ciudadanos se dedican a 'rasurar' el presupuesto sin importar que tan jodida se encuentre la presidencia municipal.

Ramírez Villanueva, un campesino de poca escuela (como se auto define) es una mala copia de Robin Hood “lo que me robaba con esta mano se lo daba a los pobres con esta otra”, que aceptó haber cometido un delito que se llama pe-cu-la-do  o ¿no?

Tras el escándalo mediático que provocaron sus declaraciones en un mitin de campaña para regresar a la alcaldía ahora como candidato independiente; intentó en un acto desesperado atribuirlo a su carácter bromista... Ya nada más le faltó preguntar ¿A poco se lo creyeron tontos?

Es cierto que 'el chiste' pudo salirle mal o también recordó que son peores aquellos políticos que roban en silencio. De cualquier manera, el candidato cavó su tumba política al traicionar la confianza ciudadana en una aparente acción delictiva.

Curiosamente no le inquietan las auditorías en su contra y responde a las preguntas de la prensa con desenfado  “a mí que me esculquen”, a pesar de que el Informe de la Cuenta Pública 2011 realizado al Ayuntamiento de San Blas, Nayarit por el Órgano de Fiscalización Superior muestra errores y omisiones en los manejos de recursos públicos.

En resumen "Layín" como le conocen popularmente en San Blas, es investigado por daños a la hacienda y obra pública por el orden superior a los 25 millones de pesos, en los rubros referentes a la gestión financiera y obra pública municipal.

¿Parece que la presidencia de San Blas no está muy pobre o sí Sr.Ramirez? O cómo dirían, el dinero siempre será poco comparado con la ambición económica de gente sin escrúpulos.

Hilario Ramírez Villanueva también es identificado como una persona dadivosa, tal vez porque la venta de mangos le permite consentirse con la Banda El Recodo como regalo de cumpleaños. Las notas periodísticas refieren que a la toma de protesta del 2008 llegó montado en un caballo purasangre y no se cansa de repetir  “porque ustedes saben que su amigo Layín atiende bien; un traguito, un ruidito y un taquito”.

Ya es una tradición que los partidos políticos se laven las manos de los pésimos candidatos y/o gobernantes que postulan bajo sus siglas. Aquí, el PAN se deslindó de tan penoso personaje nayarita porque tiene miedo de que el lodo salpique la burbuja azul. Casi siempre los malos políticos terminan huérfanos y los partidos con menos credibilidad.

Lo cierto es que la sociedad está cansada de los pillos de media suela que en un trienio o sexenio acumulan fortunas inexplicables, sin miedo a terminar en la cárcel porque del monto robado alcanza para pagar abogados y fianzas.

Ojalá que la euforia del fútbol no distraiga de su trabajo a las procuradurías y órganos fiscalizadores para indagar a quien aparenta ser un delincuente confeso. No sea que cuando despierten del sueño mundialista, 'Layín' haya ganado la elección el 6 de julio con un amparo bajo el brazo.

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