El sencillo arte de vivir juntos II: del Yo-Ello al Yo-Tú.

  • Juan Martín López Calva

“No hay yo en sí, sino solamente el Yo de la palabra primordial Yo-Tú y el Yo de la palabra primordial Yo-Ello”.

Martin Buber. Yo-Tú.

Dedicamos este espacio la semana pasada a analizar la complejidad de ese “sencillo arte de vivir juntos” -que con razón señalaba Luther King, no hemos aprendido como humanidad- a propósito de la creciente ola de casos de bullying reportados por los medios de comunicación en nuestro país.

Señalamos en la primera parte de esta reflexión, que para analizar y combatir este problema tienen que verse cuando menos cuatro grandes círculos concéntricos, interdependientes y mutuamente influyentes que son: el círculo de la escuela como micro-sociedad dentro del sistema social, el círculo de los padre de familia en su relación entre ellos y con el círculo escolar, el círculo de la sociedad en su conjunto incidiendo en los padres de familia y en la escuela y el círculo de los medios de comunicación que permea todos los círculos anteriores.

Si revisamos las profundas distorsiones que se dan en cada uno de estos cuatro círculos concéntricos e interdependientes que entre otros problemas generan el del bullying en las escuelas, podremos darnos cuenta de que en el fondo se trata de una deformación en las relaciones humanas debida a la imposición de la visión del mercado y el consumo que define la realidad mundial contemporánea.

El filósofo judío nacido en Austria, Martin Buber (1878-1975) conocido por su filosofía del diálogo plantea en su obra fundamental Yo-Tú una visión del ser humano como ser estructuralmente relacional. El ser humano existe en la medida en que entra en relación con el otro y con lo otro.

Según este pensador, existen dos tipos básicos de relación –dos palabras fundamentales- que son la relación Yo-Tú y la relación Yo-Ello. La relación Yo-Ello implica una objetivización de lo otro –o del otro- , esto sucede cuando vemos al otro con interés y lo concebimos como si fuera un artículo comercial o un espécimen digno de estudio.

En cambio en la relación Yo-Tú, el Tú no se dice como objeto porque implica la visión de un sujeto igual a uno,  en un nivel de relación donde el otro es capaz de entregarse a nosotros como nosotros a él, donde ambos somos al mismo tiempo, sujetos de la relación, donde lo otro no existe como objeto.

La sana convivencia escolar se establece cuando se pronuncia la palabra fundamental Yo-Tú en todas las relaciones cotidianas dentro del aula, en el patio de recreo y en todos los espacios co-curriculares y extracurriculares que implican la vida cotidiana. La salud de una organización escolar se produce cuando entre el director y los profesores, empleados administrativos, alumnos y padres de familia se pronuncia la palabra fundamental Yo-Tú porque se mira a los otros como sujetos con igual dignidad y capacidad.

En el círculo de los padres de familia, la convivencia y colaboración constructivas se dan cuando los papás y mamás se miran entre sí como personas iguales en las que se puede confiar y ven al director y a los profesores de sus hijos –y a los compañeros de sus hijos- como seres humanos dignos de confianza.

Igualmente, en el círculo de los medios de comunicación, la construcción de una cultura que regenere la situación de violencia escolar se logrará cuando los medios vean a los sujetos de la educación como seres humanos y se relacionen con ellos en clave de Yo-Tú y no de Yo-Ello.

Una de las causas fundamentales del deterioro de la cultura escolar y de la generación de relaciones de convivencia escolar destructivas y violentas es la visión imperante de la cultura del mercado que hoy domina la dinámica social, que nos hace ver al otro como un objeto, como un instrumento para el logro de nuestros objetivos individualistas de éxito económico, prestigio y poder.

Esta visión ha llegado a la escuela y hace que los alumnos instrumentalicen a sus compañeros y profesores viéndolos simplemente como un medio. Del mismo modo, los profesores se objetivizan entre sí y el director a ellos dejando de ver a la persona que hay detrás del rol desempeñado. En el círculo de los padres de familia se vive también esta instrumentalización que los hace mirar a la escuela, al director y los profesores como simples medios –prestadores de un servicio que pagan con su colegiatura o con sus impuestos- para la escolarización –que no la educación- de sus hijos.  Los medios de comunicación son como su nombre lo indica, mediadores entre el dinamismo de reproducción de esta cultura donde todo es mercancía y la escuela y promueven por tanto esta visión del Yo-Ello entre la sociedad y los actores del sistema educativo.

Cuando la palabra fundamental que invade las relaciones en torno al proceso educativo es la palabra Yo-Ello, la visión del otro como objeto y la relación instrumental entre los sujetos, no es de extrañar que la dinámica escolar se caracterice por la cada vez más descarnada competencia y descalificación mutua –entre estudiantes, entre profesores, entre el director y sus maestros, entre los padres de familia y los maestros- que en su versión extrema lleva al acoso y la violencia explícita o soterrada.

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Juan Martín López Calva

Doctor en Educación UAT. Tuvo estancias postdoctorales en Lonergan Institute de Boston College. Miembro de SNI, Consejo de Investigación Educativa, Red de Investigadores en Educación y Valores, y ALFE. Profesor-investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).