Serpiente emplumada vs las cobras de la muerte

  • Mayeli Sánchez Martínez

Como en una pesadilla, en el que enormes serpientes viajan por debajo de la tierra (Fig. 0), existe la pretensión de construir dos gaseoductos de dimensiones y consecuencias inconmensurables para los comunes que habitamos las ciudades y el campo mexicano.

 

 

El primero de ellos forma parte de un plan más grande que se llama Proyecto Integral Morelos (PIM) que contempla la construcción de dos centrales de generación eléctrica; un ducto para transportar gas con una dimensión de 150 km y que cruza los estados de Tlaxcala, Puebla y Morelos (Fig. 1); una línea eléctrica de 20 km a la subestación Yautepec y un acueducto con longitud de 10 km que va desde Cuautla, Morelos .

El segundo proyecto denominado “Sistema de Transporte por Ducto de Gas Propano Comercial entre la Teminal de Tuxpan de Rodríguez Cano, Ver., y la Terminal de Atotonilco de Tula, Hgo.” implica la construcción de un ducto de aproximadamente 260 km cruzando los estados de Veracruz, Puebla, Hidlago y Estado de México (Fig. 1).

Más allá de la semejanza evidente de ambos proyectos quiero resaltar algunos aspectos comunes que estos gaseoductos tienen:

  • El proceso de construcción de forma intrínseca implica el deterioro del ambiente. En primera instancia en él área en la que se excavará para introducir los ductos requiere en muchos casos desmonte de vegetación, extracción de tierra que después deberá ser deposita en algún lado, cruce de arroyos por la obra, además del establecimiento de sitios para guardar la maquinaria y área de operaciones para los trabajadores, existen también otro tipo de consecuencias como la fragmentación del hábitat de los animales por cambios en una franja de vegetación, o que por el ruido los animales modifiquen el territorio en el que se mueven. En algunos casos las afectaciones al ambiente se convierte en algo irreversible. El que estos proyectos deterioren más o menos el ambiente es una ecuación muy poco precisa entre las medidas de precaución tomadas durante la construcción y las medidas de mitigación empleadas después, pese a todo el resultado final no es predecible en absoluto, nuestro desconocimiento del ambiente nos obliga a operar bajo supuestos muy endebles. Es importante mencionar que en el caso del gaseoducto que va de Veracruz al Estado de México, en su paso por Puebla cruza la región terrestre prioritaria (RTP) 102 Bosques Mesófilos de la Sierra Madre Oriental (Fig. 2; las RTP que son unidades ambientales que resultan relevantes por su biodiversidad y posibilidad real de conservación) lo cual implica serios riesgos ambientales para una zona que fue determinada oficialmente por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), en base a estudios científicos, como un sitio que debe ser preservado.

 

  • Otro aspecto importante es que estos proyectos no fueron consultados de forma democrática con las poblaciones afectadas, la información no fue proporcionada adecuadamente, las supuestas consultas públicas que la legislación en materia ambiental recomienda se hicieron mediante mecanismos muy poco usados por la mayor parte de las comunidades implicadas como consultas por internet, se ignoraron a los pueblos indígenas afectados, entre otras cosas.

 

  • Un último aspecto que quiero destacar es que ambos proyectos implican riesgo para los pobladores, aun más cuando ambos gaseoductos pretenden ser construidos en zonas con sísmicas. ¿Quién querría voluntariamente dejar pasar un gaseoducto dos metros abajo de suelo que pisa todos los días? En un recorrido realizado en la comunidad de Cuacuila, muy cerca de Huauchinango en la Sierra Norte de Puebla, escuchamos a pobladores decir que la compañía pretendía rentar terrenos por unos años en lo que construían la obra, después regresarían los terrenos a sus dueños pero los ductos estarían trabajando por ¡20 años! más ¿qué tipo de compensación podrían recibir estos pobladores que en algún momento decidieron rentar sus terrenos? ¿tendrían claras las implicaciones de la renta de estos terrenos y sus consecuencias a futuro?

 

Al ser obras que no son visibles durante su operación se quiere aparentar que no hay consecuencias mayores, pero ¿acaso vale la pena vivir bajo el riesgo latente de algún desastre?

Y finalmente ¿para qué? o ¿por qué? El proyecto económico que motiva a la construcción de estos gaseoductos es un proyecto que ha probado ya que en lugar de mejorar las condiciones de vida de la población solo enriquece a unos cuantos y a cambio produce devastación ambiental y deterioro social. La tremenda búsqueda de energía para alimentar a la industria nos ha dejado más pobres como pueblos y está acabando con nuestras posibilidades de vida futura por la destrucción de la naturaleza.

Si nosotros sumáramos a la afectación que produciría la construcción de ambos gaseoductos, el deterioro por la construcción de hidroeléctricas, minas, plantas eólicas, además de la agricultura y ganadería industrializada podríamos comenzar a imaginar la pesadilla en la que viviremos en unos años, entre la contaminación y la falta de alimentos.

Bajo el esquema gubernamental ya no hay marcha atrás, estas obras deben construirse y desprecian la oposición de la gente (basta ver los comentarios realizados por el secretario de gobierno Luís Maldonado Venegas que menosprecia que sea más del 50% de los pobladores afectados los que se oponen a esta obra, que tacha de desinformados a intelectuales que han expresado su preocupación o se han opuesto al PIM y que ha declarado que esta obra será finalizada en octubre, o las declaraciones hechas por la delegada de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en Puebla, Daniela Migoya Mastretta, que afirma la viabilidad del gaseoducto pese a estar en una zona de riesgo eruptivo del volcán Popocatepetl).

El ambiente de criminalización generado por las detenciones de pobladores y activistas que se oponían al PIM además de las amenazas a estudiantes de Sociología de la BUAP y al Dr.  Ricardo Perez Avilez muestran a un gobierno que lejos de abrir proceso de consulta democráticos ante la inconformidad social recurre a la represión para poder imponer el modelo de "desarrollo" que solo sigue acumulando capital para el 1% de la población mundial.

Como en una pesadilla en la que veo dos enormes serpientes viajando por debajo de la tierra amenazando la vida llega a mi sueño la serpiente emplumada como símbolo de un pueblo dispuesto a luchar por este territorio que habitamos.

Nota:

Las figuras presentadas se hicieron con información pública de CONABIO y las coordenadas geográficas de las obras reportadas en las manifestaciones de impacto ambiental de ambos gaseoductos, todo esto con Software Libre.

Fig. 1 La imagen es un acercamiento a la región en la que se pretende construir el gaseoducto del Proyecto Integral Morelos (línea naranja oscura) y el gaseoducto que va de  la Teminal de Tuxpan de Rodríguez Cano, Ver., y la Terminal de Atotonilco de Tula, Hgo (línea naranja clara).

 

 

Fig. 2 La imagen muestra en verde las Regiones Terrestre Prioritarias con líneas azules los gaseoductos.

 

Opinion para Interiores: