Deterioro ambiental sin culpables

  • Juan Manuel Aguilar
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Tuve oportunidad durante el largo fin de semana reciente, de poner cierto orden en los archivos de artículos, ensayos, textos y apuntes varios en temas de medio ambiente y desarrollo que se me han ocurrido para propósitos laborales, académicos y de comunicación social de los últimos quince años, dispersos en mi computadora personal. Esta tarea me trajo la satisfacción de  tener por ahora la facilidad de acceder a ellos con mayor facilidad, pero también la revisión de algunos textos me permitió confirmar desde mi modesta percepción el serio rezago que tiene el estado de Puebla en materia de gestión ambiental.

Me encontré con el artículo de opinión que apareció en este espacio el 31 de octubre de 2004 y me llamó la atención que si hoy se insertara a la letra, igualmente se aplicaría a la realidad estatal en el año 2014. El texto explicaba:

Referirse a la gestión ambiental estatal en Puebla es reconocer de entrada que se parte de un importante rezago en el interés oficial local, que puede ser justificado por una realidad insoslayable: Toda la humanidad llegó tarde al descubrimiento de las consecuencias ambientales del modelo de desarrollo basado en el concepto de progreso como fin principal de la dinámica económica. Apenas hace menos de 25 años la ONU tomaba una iniciativa que daría respuesta a la inquietud sobre la finitud de los recursos naturales. Pero a pesar de que nuestro país establece la política nacional en una Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al ambiente en 1989, en Puebla todavía llegamos más tarde a la responsabilidad y llegamos improvisando cuadros.

La parte del compromiso ambiental nacional que le corresponde al Estado de Puebla en términos generales se orienta en dos vertientes principales: En primer lugar la observancia de la política ambiental nacional y sus instrumentos, contenidos en la LGEEPA, los reglamentos de la ley, las normas oficiales mexicanas, además de otras disposiciones legales complementarias y en segundo lugar la formulación, conducción y evaluación de la política ambiental estatal.

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El avance del deterioro ambiental continúa implacable y si se mantiene el mismo modelo de improvisación en la administración estatal, estaremos provocando que se agraven las condiciones socio económicas y ambientales adversas en todas las regiones hasta volverlas insostenibles; será mayor la dificultad y el encarecimiento para la recuperación de las condiciones ambientales agravadas; se reducirá consecuentemente la competitividad comercial; se aumentará el rezago social y ambiental; y se comprometerá la gobernabilidad.”

A casi diez años de distancia de esta opinión, el deterioro de la calidad ambiental y el agotamiento de los recursos naturales en el territorio poblano siguen su camino en defecto de los niveles de bienestar de su población. Hasta la fecha no existen acciones ni políticas públicas para detener esas tendencias. Vaya, ni siquiera existe interés por conocer el estado que guarda el territorio en materia ambiental y de recursos naturales a que obliga la ley ambiental estatal.

Los indicadores de la insostenibilidad ambiental y del desarrollo poblano al año 2013, demuestran fehacientemente que se han agravado las condiciones socioeconómicas adversas en la regiones del estado; los costos de recuperación de los efectos del deterioro ambiental y de los recursos naturales (escasez de agua limpia, contaminación de aguas superficiales, pérdida de bosques, pérdida de suelo fértil, riesgos naturales, calidad del aire, etc.),  son ahora prácticamente imposibles de reunir en el corto plazo; las manifestaciones de inconformidad social por las presiones del mismo gobierno estatal sobre los recursos naturales poblanos, se aproximan ya a los límites de la gobernabilidad pacífica, sólo como ejemplo.

Todo esto que hoy leemos y escuchamos en los medios de comunicación lo viene padeciendo Puebla desde hace más de diez años. No es culpa de nadie haber llegado tarde a reconocer la crisis ambiental mundial y local. El problema es que hoy el gobierno estatal no tiene la menor idea o peor aún, no quiere tenerla sobre un problema cada vez más grave y sombrío que sigue transformando a Puebla.

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Juan Manuel Aguilar

Consultor independiente e Ingeniero en Ecología. Cuenta con una maestría en Estudios Regionales de Medio Ambiente y Desarrollo, y es Doctor en Medio Ambiente y Territorio. Ha sido Presidente del Colegio de Profesionales en Medio Ambiente y Desarrollo, A.C., Secretario Ejecutivo del Consejo Estatal de Ecología del Estado de Puebla e integrante del Consejo Ciudadano de Ecología del Municipio de Puebla.