Impostergable necesidad de restaurar la paz

  • David Bravo Cid de León

Es posible descubrir que actualmente se instrumenta, de nueva cuenta, una conjura para atentar contra la persona humana y contra su dignidad que le es inherente. Cualquiera que, reflexione sobre la situación actual descubre un vacío muy grande en las personas de estos tiempos; vacío que genera un existencialismo practico que no logra llenarse con el consumismo, con el materialismo como forma de vida, con el relativismo e indiferentismo que agiganta el vacío y la búsqueda insistente de llenarlo con algo. Ese algo  resulta ser la voz de la conciencia que despierta la necesidad de lo trascendente que da sentido a la vida. Voz que no se puede acallar a capricho y conveniencia porque siempre nos habla. Nos alegra o nos acusa.

 

Estamos ante una insistente tendencia  para sustituir el concepto de dignidad con un existencialismo vacuo, pragmático encaminado a gozar sin responsabilidad alguna; anhelo de satisfacción inmediata- aquí y ahora-  que contribuye a vaciar el sentido originario de la vida. Se justifica: el permisivismo en asuntos de moralidad individual; la práctica de imponer, cada quien su verdad subjetiva, misma que topa con la subjetividad ajena y revienta en violencia incontenible.    La palabra > dignidad> se usa como disfraz de corrupción política  o como condimento de demagogia, o como tapadera de hipocresías ideológicas, o como búsqueda de justificación de dinámicas que esconden calladas intenciones.

El objetivo consiste en mermar al máximo posible la dignidad de la persona humana; en la manipulación; en la masificación; en la cosificación [ de cosa] de la misma; en la posible conversión de la persona en esas cosas de las que se dice * úsese y deséchese*.  La globalización acerca a las personas, es innegable, pero por otro lado aporta la tendencia a exaltar los antivalores que degradan a la persona. Induce el materialismo práctico como sistema de vida.   Y los medios de comunicación masiva se hunden en un utilitarismo de voracidad de riqueza económica mediante películas, comedias, publicitaciones y temas de esparcimiento que sustituyen el deber y la moral por la moda de calificar como ridícula la obediencia a las normas de la ley natural.

Consecuencias lógicas: sustituir el concepto de la dignidad de las personas por el relativismo, por la cultura de la moralidad subjetiva, por  la felicidad exterior fácil y sin compromisos, por el pragmatismo como forma de vida que aturde a la persona humana y le impide alcanzar su madurez moral, espiritual y la FE en la salvación por la misericordia de Dios.

Se habla mucho de dignidad pero no con la verdad, y menos en la caridad; falsificado el concepto de la dignidad  ¿cómo respetar la dignidad ajena? ¿ cómo practicar el mandato de : amaras a Dios y a tu prójimo como a ti mismo?. falsificado el CONCEPTO DE LA DIGNIDAD que se nutre en haber sido creados a imagen y semejanza de Quien nos creó y de haber sido comprados con la sangre y resurrección de Jesucristo, la persona queda encerrada en sí misma, queda en su auto-encarcelamiento del sí mismo que desemboca en el egoísmo en el individualismo como instrumento de violencia, en sus diversas manifestaciones contra todo y contra todos.

En este contexto la protección y defensa! de los derechos humanos dejan de tener eficacia. Se convierten en pragmatismo de brillo publicitario que se apaga pronto como los cohetes de las ferias.    La primera conjura contra la dignidad de la persona humana se dio en la segunda guerra mundial con la consigna de que la guerra abarcara a todo el mundo.    La violencia cruel y despiadada predomino en todas las naciones que estaban en guerra y en sus respectivos aliados; la desolación y la desesperanza cundieron y se extendieron al mundo; el resentimiento de porque Dios permitía tanta desventura mermaron la FE, crearon la anemia espiritual  y el hombre ( en masculino y femenino] perdió el sentido de su vida.

Esta tragedia continuo en las décadas de la post-guerra.    NO obstante estas tragedias no se consiguió mermar totalmente el concepto de la dignidad inherente en la persona humana; tampoco llego a desaparecer la esperanza en la misericordia,  tampoco sucumbió el hombre en la crencia de los valores que dan categoría y jerarquía a las personas.

Ante este horizonte de tragedia para la humanidad, Eugenio Paccelli PIO XII entro a la defensa de la dignidad de las personas  con la implementación de la dinámica >por un mundo mejor>, que continuo con Juan XXIII en la instauración del Vaticano II y siguió con Pablo VI en la dinámica de la cultura del amor [ contra la cultura de la muerte] y con Juan Pablo II recorriendo el mundo proclamando la palabra del Creador del universo, el esplendor de la única verdad cierta  que defiende, afirma y proclama la dignidad de la persona humana como instrumento de construcción de un mundo mejor.

Ahora estamos en el segundo intento de degradar a la persona; intento montado en la sorprendente tecnología y avances insospechados de la ciencia[ avances que pueden ser para bien y para mal].  En palabras del Papa  Francisco se globaliza la indiferencia. Estamos más unidos pero  no somos mas hermanos. ¿Que hacer?: enfrentar el reto de la improrrogable restauración y defensa de la dignidad.  ¿ Como?:,,,,no haciendo en El Otro lo que no quieres que Te hagan a Ti.               davidbravocid@yahoo.con

 

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