Clausura del Festival Internacional de Teatro Puebla Héctor Azar

  • Elvira Ruiz Vivanco
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Tras la entrega de Preseas al Mérito Escénico Héctor Azar, la tercera edición del FITHA, llega a su fin. Los galardonados van de Silvia Pinal a Danna Paola y de Luis Gimeno a Brandon Peniche. De toda una vida en la escena, a la emergencia mediática. Luego, con riesgo cardiaco, divertimento, frescura y buen ánimo el grupo canadiense Flip Fabrique y su ATRAPPE MOI, cerró esta diversa edición de un festival de circo, maroma y teatro.

Foto Agencia Enfoque

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Antes vimos otros rostros del arte escénico. Cirko de Mente presentó ARIZONA, Experimento Circense “Postnuclear”. Un sardónico programa de números y rutinas circenses combinadas con la voz narradora e hilarante del montaje, l@ conductor@ kitsch. Hubo instantes de suspenso genuino provocado por el arriesgado equilibrio precario y las acrobacias de algunos de los integrantes. Un audiovisual efectista, un diseño sonoro ambientador; pero, nada que ver con un espectáculo futurista (¿siglo XXXI – año 3089?), que le diera credibilidad al planteamiento sinóptico. Sí, con la acidez sustentada en el cinismo y el panfleto por de medio, provocaron risas, además de salpicar con chistes políticamente incorrectos sus performances, pero, tanto como problematizar situaciones sociales o, poner el dedo en la llaga de la industria del entretenimiento, ¡ni al caso! No se recrea su meta, conseguir “el espectáculo más raro y extravagante de la historia”.

PERHAPS, PERHAPS, QUIZÁS con la mima clown Gabriela Muñoz, que abrió con una estética tipo cine silente, que Charles Chaplin o Buster Keaton, plasmaran con aire de añoranza. La anécdota es sencilla pero muy sentida por la protagonista. La búsqueda del hombre de los sueños, el deseo por casarse con el hombre perfecto; búsqueda que lleva al vacío a llenar con frutos y pastelillos. Con retratos proyectados, enmarcados, anhelados, representados; esta desolada mujer nos comparte una fotografía de las perennemente solteras a la caza del “marido ideal”. Por ahí aparece una criada, que de pronto se insubordina un poco, o es cómplice de los juegos imaginarios de su ama, quien está más que obsesionada por conseguirse un novio. De entre el público, elige a uno, guapo y atlético, en este caso se trató del Coordinador General de Promoción Artística, Sergio Ortiz, otro joven fue el sacerdote y a mí me toco levantar el velo y tararear la marcha nupcial.

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Theater Tol de Bélgica, suspendió la mirada de la tumultuosa audiencia, que dentro y fuera del atrio de la catedral y, desde todos los ángulos posibles, vio su presentación compuesta con: bel canto, neo ballet, funambulismo, ejecución en vivo de un violinista, ciclistas; todos girando y volando con su espectacular: PEDALEANDO HACIA EL CIELO. Gritos, aplausos, fotos para las redes sociales y vídeos interactivos con los performers, quienes soltaron: plumas, globos, papelitos, pañuelos, todo en blanco, que fue el color predominante de este barroquil, en su vestuario y en su atrezzo, show; más el contraste del rojo escarlata del vestidazo de la soprano, de las zapatillas de danza, de los listones. Hasta antes de proyectar ¿imágenes de la muerte y de Frida Khalo?, el performance parecía una interpretación de los ángeles arquitectos de la Angelópolis, luego la multimedia fue para todos lados, menos en concordancia con lo que ejecutaban los belgas.

Cierre de lujo dominical con las Divinas cantantes, bailarinas y actrices de Teatro Cabaret: Marta y Carla Mora e Irene Ruiz, quienes puntualmente acompañadas por un pianista –Federico Mazzanti y un clarinetista Juli Aymi y, con la dirección y dramaturgización de Martí Torras, deleitaron al público entregado a ellas de principio a fin de su concierto teatral: ENCHANTÉ! Ambientado en un París con los ecos nazis de la II Guerra Mundial. A través de canciones, bailes y escenas, conocemos la historia de un café con aire bohemio, con presencia política, pensamiento disidente, vena artística y gusto por el placer y la bebida. Cabaret burlesque con glamour en decadencia y los coreodramas: tap-jazz, charlestón, claqué, cancán. Sátira que ridiculiza a tiranos fascistas como Hitler, con la sensual, bella, cómica interpretación de las inolvidables divinas, quienes nos comparten de manera exquisita, la música europea de principios del siglo XX.

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DERRETIRÉ CON UN CERILLO LA NIEVE DE UN VOLCÁN, dramaturgizada y dirigida por Luisa Pardo y Gabino Rodríguez. Teatro Documento, potente, crudo, sedicioso, comprometido, brechtianamente didáctico; tonalmente tragicómico. Con esta nada condescendiente propuesta escénica, la agrupación Lagartijas al Sol desnuda las corruptelas brutales del presidencialismo mexicano. Esta narraturgia escénica, nos muestra las muchas caras horrendas del poder y los crímenes impunes por detentarlo. Salpica la sangre inocente derramada por los golpes arteros de la tiranía. Ambición gesticulada como sindicalismo. Mascarada de demagogos entramados en la traición. Crímenes impunes. Amenazas. Tortura. Llamados de justicia silenciados. Homicidios borrados. Falacia vuelta historia. Desapariciones, como las que ocurren a cada rato. Abducción absurda de la que tantos son víctimas, como Natalia, la protagonista de esta punzante obra política. Y en el fondo, la sonorización, la imagen que le proyecte al pueblo un ambiente equitativo y en paz. Campañas de convencimiento, programas de domesticación; todos juntos cantemos por ejemplo: ¡Solidaridad, venceremos! Institucionalizar la imagen pública, la imagen grotesca del rechazo del pueblo mexicano al fraude, sólo circula en algunos medios independientes. La radio, la televisión, la prensa, están cooptados. País malbaratado por apátridas teñidos del tricolor. No obstante, siempre hay un infiltrado que ventile indiscreto, los entretejes del poderío político, el cual fomenta una burda careta maquillada de mexicanidad.

Un libro, La Revolución Institucional y su plausible reedición hecha por los Editores Independientes de Alvarado, gestan esta propuesta, acerca de esa “cultura de ejercer el poder” y que de nuevo se inviste de la pisoteada banda presidencial.

No todo es pan y circo.

Opinion para Interiores: