2015 más cerca de lo que parece
- René Sánchez Juárez
La principal razón de la existencia de un partido político es que a través de él los dirigentes accedan al poder y tengan el control de un gobierno y con ello puedan influir en la economía y en la sociedad. En plena crisis en la que viven los partidos en México, éstos por medio de sus dirigentes y de sus representantes en las cámaras legislativas han tomado decisiones que lejos de acercarlos con sus electores han hecho que los ciudadanos que no militan en ningún instituto político y los ciudadanos en general los perciban como inoperantes e inútiles.
A menos de un año del cambio de poderes en la federación y en algunos estados, los principales partidos políticos se han dedicado a cohabitar con el partido que gobierna mientras que los partidos pequeños se han limitado a ser satélites del partido mayoritario con el que acostumbran hacer coaliciones electorales con el simple interés de participar del reparto de curules y no de construir proyectos de gobierno para sus votantes.
Con unas elecciones federales que parecieran lejanas, los partidos aprovechan para legislar iniciativas, las cuales no son bien vistas por la mayoría de la sociedad, aprobando una mayor carga impositiva, o atentando contra intereses de sectores que contribuyen a la creación de la riqueza económica y social como los trabajadores y los maestros.
La dirigencia nacional del PRI lo sabe y la postura de su presidente así lo demuestra, César Camacho refirió “que nadie se equivoque, que nadie diga que el 2015 lo vamos a ganar a pesar de las reformas; el 2015 lo vamos a ganar justamente por las reformas”. ésta es la apuesta del régimen priísta que se juega el futuro inmediato basado en los resultados que se esperan con motivo de la aprobación de dichas reformas.
Lo cierto es que el país vive en la incertidumbre política y económica, se encuentra a merced de los intereses de partidos y gobernantes, por eso la importancia del proceso electoral intermedio en que se elegirán diputados. El 2015 puede ser el parteaguas político que la sociedad ha esperado desde la elecciones presidenciales del 2000. & nbsp;
Las grandes interrogantes que tendrán que responderse a sí mismos los mexicanos son: ¿Será que la transición política pueda encontrar en el poder legislativo el factor de cambio que no encontró en el ejecutivo? ¿será que los mexicanos queramos darle el mandato a nuestros legisladores para desde el Congreso corregir el rumbo de la nación? ¿será que cambiará el concepto que tenemos los mexicanos acerca de la importancia del Congreso como representante de la voluntad popular?.
Hasta hoy la esperanza de mejora del pueblo mexicano se concentra en la figura presidencial, pero esa posibilidad sólo se presentará hasta el 2018. ¿Tendremos entonces que esperar al cambio del presidente para definir el país al que aspiramos? o ¿haremos valer nuestro voto en el 2015 para obligar a partidos y gobernantes a voltear los ojos hacia la sociedad mexicana?,
La respuesta como siempre la tendrán los electores, por eso para el gobierno los resultados de las reformas se tendrán que ver en el corto plazo, si aspiran a ser mayoría en la Cámara de Diputados y para los partidos opositores de izquierda y de derecha será la fecha en la que tendrán la oportunidad de posicionarse como una opción para la elección presidencial del 2018.
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Politólogo y Maestro en Ciencias Políticas. Académico de la BUAP. Sindicalista y dirigente FROC-Puebla. CONLABOR. Ex Diputado Local y Federal