La feroz lucha que se libra al interior de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, desde antes del lanzamiento de la convocatoria para elegir al sucesor de Enrique Aguera, fallido candidato del PRI a la presidencia municipal de Puebla, sin lugar a dudas pone en riesgo la estabilidad en la máxima casa de estudios. Alfonso Esparza, actuó de manera anticipada en contra de quien lo encumbró. La cacería de brujas en contra del grupo agüerista es la constante. Por lo que se ve la traición del rector interino de la BUAP es su estilo.
Alfonso Esparza trata de desligarse de Enrique Aguera, borrando todo lo que huela a su precursor. Por principio, en días pasados, ordenó suspender los trabajos de construcción de la segunda etapa de las casas que se edificaban en el fraccionamiento BUAP a cargo de Carlos Hugo Chargoy, beneficiario en gran escala del aguerismo. La medida impopular, causó malestar en la comunidad universitaria.
Romper con el aguerismo es la finalidad del rector interino. La manera de acabar con el poder y la influencia del grupo de Enrique Aguera, aún enquistado en la BUAP es diezmar a sus lacayos. Damián Hernández, operador de lujo y hasta hace algunos meses hombre fuerte de Enrique Aguera, está viendo diezmado su imperio, que está siendo ocupado por Guadalupe Aguilar, mujer de todas las confianzas de Alfonso Esparza, quien ordenó transferir buena parte de las funciones que venía desempeñando el hasta hoy director de DAGU.
En estos momentos, las acciones que está tomando el rector interino pueden resultar contraproducentes debido a que el grupo de Aguera Ibáñez aún se mueve. Puede y tiene la fuerza para reventar las aspiraciones de Alfonso Esparza para convertirse en el rector en los próximos cuatro años.
El riesgo es que el relevo rectoral caiga en un tobogán que genere turbulencias negativas que propicien la desestabilización de la BUAP. El grupo agüerista siente ya la presión y no dudará ni tantito en provocar movilizaciones tendientes a boicotear las aspiraciones de Alfonso Esparza por llegar a la rectoría.
Ante esta situación, el grupo morenovallista tendrá que tejer fino para evitar perturbaciones y apoyar con todo a Alfonso Esparza, quien ya mostró sumisión al mandatario en turno, desde el pasado proceso electoral. Nunca se vio el apoyo a Enrique Aguera. El rector interino tenía que obedecer órdenes.
Dentro de los corrillos universitarios trasciende que existen grupos atrincherados, listos para atender el llamado del grupo agüerista. SALUCITA DE LA BUENA.
fomca_49@yahoo.com.mx
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