De mentiras y simulaciones

Tal parece que los nombres y apellidos de los priistas traidores, que sí los hubo, nunca podrán conocerse, al menos no saldrán de la boca de los jerarcas del PRI. Prefieren callar y castigar de manera interna a los Judas, ¿será?,  que abrir la boca y hacer un escándalo mediático mayor. Con la derrota aplastante que tuvieron el pasado 7 de julio ya fue suficiente. Pasarán algunos años para que el Revolucionario Institucional en Puebla, pueda recomponerse, más cuando en el  tricolor, al igual que en el PAN y PRD, se han perdido los principios doctrinarios. Hoy por hoy lo que prevalece, es el poder por el poder y el dinero y más dinero.

Tras los desastrosos resultados electorales, el bravucón Fernando, mitad Moreno y mitad Peña, salió a los medios de comunicación a decir que ya había entregado una lista a los líderes del Comité Ejecutivo Nacional del PRI sobre los priistas poblanos que presuntamente traicionaron al partido, pero su dicho, mentira tras mentira, fue desmentida por Samuel Aguilar Solís, Secretario de Acción Electoral del CEN del PRI, quien dijo que desconocía la famosa relación de los Judas y dijo que no habría cacería de brujas, y no era el momento para rasgarse las vestiduras.

Moreno Peña, desde su llegada a Puebla de manera déspota y prepotente, actuó de forma mezquina y utilizó el insulto y la mentira como bandera para denostar al enemigo político, sin tomar en cuenta que los poblanos reconocerían los programas emprendidos por Rafael Moreno Valle Rosas, que han permitido que Puebla tenga un nuevo rostro e insertar a la entidad poblana en la modernidad, recuperando de esta manera los seis años perdidos en la era marinista.

Así, con simulaciones, mentiras y traiciones, se desarrolló la fallida campaña de Enrique Aguera Ibáñez, quien por cierto nunca se quitó el uniforme de académico y no quiso enfundarse el traje  de político, por tal motivo fue arrastrado por la turbulencia  de la que difícilmente podrá recuperarse. El ex rector nunca quiso confrontarse con Rafael Moreno Valle, su discurso fue de lo más simplón, jamás denostó el trabajo del mandatario estatal a pesar de los misiles de grueso calibre que caían una y otra vez sobre su humanidad. Soportó todo, tal vez porque desde el inicio de su campaña, sabía que era vulnerable por su tormentoso pasado.

La próxima elección  para la mini gubernatura será en unos años más y si el Revolucionario Institucional no trabaja de manera responsable, alejado de intereses mezquinos y perversidad personal, difícilmente logrará nuevamente el poder. El PRI debe de voltear a sus bases, donde radica su poder, tiene que incorporar a gente joven y debe hacer mucha labor social para que la gente salga a votar, pero es pedir peras al olmo, cuando los candidatos a diputados del PRI jamás hicieron campaña. Se limitaron a acudir a los medios de comunicación electrónicos para decir que “las necesidades son muchas”, “que la gente los recibía bien”, “que estaba muy contentos por las respuestas”, “que les daba gusto tener contacto directo con la gente”, muchas mentiras y más que eso simulaciones.

Los pitonizos en cuestiones políticas pronostican que por parte del morenovallismo, se perfilan como candidatos a la mini gubernatura: Javier Lozano Alarcón, Eduardo Rivera Pérez y Aguilar Chedraui. Por parte del PRI, como decía el guerrerense Figueroa, la “caballada está muy flaca”. SALUCITA DE LA BUENA.

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