• Cultura

El primer arzobispo de Puebla se acerca a la canonización

  • Lizzette Vela
Ramón Ibarra y González, destacado líder eclesiástico, dejó un legado educativo y social, su canonización avanza tras ser declarado "venerable"
.

José Ramón Ibarra y González, figura histórica de la Iglesia católica en México, avanza en su proceso de canonización. Nacido en Olinalá, Guerrero, en 1853, este líder espiritual destacó desde joven por su dedicación académica y fe inquebrantable, cualidades que lo llevaron a transformar la diócesis de Puebla en una arquidiócesis en 1903.

Criado en un entorno profundamente religioso, Ibarra ingresó al Seminario Palafoxiano donde se distinguió por su brillantez académica y ejemplar comportamiento. Estudió en instituciones de prestigio, como el Colegio Franco Mexicano y el Pontificio Colegio Pío Latino Americano en Roma, obteniendo doctorados en Teología, Derecho Canónico y Civil. En 1880, fue ordenado sacerdote en la Basílica de San Juan de Letrán, consolidando su trayectoria eclesiástica.

Como obispo de Chilapa en 1890, impulsó obras sociales y educativas, entre ellas la creación de los Misioneros Guadalupanos para evangelizar comunidades indígenas. Doce años después, regresó a Puebla como el último obispo de la diócesis y el primer arzobispo, tras su elevación al rango de arquidiócesis por el Papa Pío X.

Durante su mandato en Puebla, Ibarra estableció la Universidad Católica Angelopolitana, promovió colegios católicos y fundó el Hospital del Sagrado Corazón de Jesús para enfermos sin recursos. Además, apoyó activamente a comunidades rurales e indígenas, dejando un legado significativo en la educación y la asistencia social.

Su devoción al Sagrado Corazón de Jesús y a la Virgen de Guadalupe marcó su vida. En 1990, el Papa Juan Pablo II lo declaró “venerable”, reconociendo sus virtudes heroicas. Hoy, su causa de beatificación y canonización continúa avanzando, impulsada por su legado espiritual y social. (LV) 

Tags: 

Comentarios de Facebook: