La mañana del viernes 27 de septiembre de 2024, fue una fecha especial para los feligrese de Acatlán de Osorio, debido a que la Campana Mayor o María -como se le conoce- fue bajada de la torre que la albergaba y ahora adornará el atrio del templo de San Juan Bautista. 

Esta decisión fue tomada por fieles católicos de esta demarcación, después que la pieza tuviera 194 años de actividad ininterrumpida y presentara una fractura, lo que ocasionó que ya no fuera repicada. 

El descenso se realizó con apoyo de una veintena de hombres, cuerdas y bajo un protocolo de seguridad para evitar incidentes durante las maniobras efectuadas; pese a la presencia de lluvia y nublados, todo transcurrió como se planeó y sin novedades.

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El reloj de la fachada principal del edificio religioso, ubicado al oriente del zócalo de Acatlán de Osorio, fue testigo del inicio de la logística. Todo inició aproximadamente a las 9:40 de la mañana. 

De acuerdo con Jorge Campuzano Rodríguez, historiador e investigador en la región, en una reunión previa se acordaron dos acciones: la primera, que no se iba a fundir la actual campana y la segunda, que quedaría como pieza histórica para su exhibición en el atrio.

Agregó que en presencia del párroco, Luis Gabriel Romero Ramírez, se definió  la compra de una pieza nueva con un valor de 2 millones 300 mil pesos, que va a tener la misma acústica, diámetro y componentes; será colocada en un lapso de 4 meses. 

En tanto, el representante religioso informó que un equipo de ingenieros con herramientas, planearon cómo bajar la campana que tiene un peso de tres toneladas y media, lo que complicó un poco la maniobra.

La campana será fundida en Monterrey y el financiamiento mediante aportaciones económicas tanto de los feligreses como de particulares. La idea es que se bendiga el 12 de diciembre tal y como sucedió con la anterior en 1831. (RC)