A pesar de las difíciles condiciones climáticas, incluyendo la falta de lluvia y el intenso granizo, ha comenzado la producción de las frutas esenciales para la elaboración del icónico platillo poblano, el chile en nogada. La pera, la manzana panochera y el durazno, cultivadas principalmente en las comunidades situadas en las faldas del volcán Popocatépetl como San Nicolás de los Ranchos, Tlahuapan y Calpan, están empezando a llegar al mercado.

Los agricultores de estas comunidades acuden al municipio de Atlixco para comercializar sus frutas criollas, aunque la temporada oficial de venta de chiles en nogada inicia en julio y se extiende hasta septiembre. Sin embargo, las primeras cosechas ya están disponibles, permitiendo a restauranteros y familias comenzar con la preparación de este platillo, recientemente nombrado Patrimonio Cultural Intangible del estado de Puebla.

El durazno se ofrece en el mercado desde cubetas chicas que contienen alrededor de 14 duraznos en 30 pesos hasta cubetas medianas con 20 duraznos en 60, dependiendo del tamaño; mientras que la manzana panochera se vende por botes con 70 manzanas aproximadamente alcanzando precios de hasta 250 pesos o se pueden comprar por kilo en 50.

Sin embargo, se espera que estos costos se incrementen debido a que muchos de estos frutos no alcanzaron su producción completa por el impacto del granizo en las tierras.

Durante la temporada de chiles en nogada, los precios de este platillo oscilan entre los 180 y 400 pesos. Los productores y comerciantes locales se preparan para una temporada que, a pesar de las dificultades, promete mantener viva una de las tradiciones culinarias más apreciadas de Puebla. (XMH)