El número de divorcios ha ido en aumento en los últimos años, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Aunque todavía hay quienes se casan por enamoramiento y para formar familia, el divorcio va en aumento, expresó la académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, Melissa García Meraz.

Las cifras oficiales muestran que el número de divorcios ha ido subiendo, lo que indica que el amor no fue “para toda la vida”.

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Los datos del INEGI arrojan que en en 2011 por cada 100 matrimonios hubo 16 separaciones legales; en 2015, 20; y en 2019, 32. En 2020 la cifra disminuyó a 28 debido a la pandemia por la COVID-19, pero en 2021 repuntó a 33.

“Aunque los datos del INEGI solamente registran las relaciones formales que realizaron un matrimonio y un rompimiento legal, en nuestro país hay muchas parejas que se separan, pero no se divorcian de manera formal, las cuales forman una estadística que no conocemos”, expresó García Meraz.

En el marco del Día del Amor y la Amistad, la académica explicó que aun cuando las tendencias mundiales marcan que numerosas relaciones de pareja terminarán en divorcio, hay varias personas que continúan casándose. Prevalece la idea de encontrar a tu pareja y al amor para construir una familia.

“Hay una especie de visualización de que cuando estás en matrimonio estás en una institución, que es algo muy formal y tienes más barreras para salir”, comentó García Meraz.

Sobre el papel que juegan las redes sociales en las relaciones de pareja, la experta comentó que hay una tendencia de los individuos a buscar información acerca de la otra persona.

“Antes te tardabas en conocer a una persona, en cambio ahora recibimos demasiada información en su perfil, donde muestran una especie de ventana, se puede conocer a su círculo de amistades, incluso favorecen la intimidad inmediata”, comentó.

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Sobre la parte negativa del exceso de información en la web, la académica de la UNAM alertó que quienes pasan más tiempo en las redes desarrollan situaciones ansiosas frente a la pareja, pues pueden conflictuarse si la otra persona está en línea y no se comunica con ella.

Una de las alarmas que se enciende con el uso de las redes sociales es que una de las partes se puede volver obsesivo y ejercer un proceso de intrusión, incluso de violencia, que no respeta la privacidad.

“Somos seres sociales que buscamos para encontrar a otro. A veces encontramos a personas parecidas a nosotros, y a veces a otras muy diferentes que nos sacan de nuestra zona de confort o nos brindan aprendizaje. Es hermoso”, comentó la especialista.