En Puebla hay 2 mil 531 personas desaparecidas, pero no son sólo cifras; son madres, padres, hijos, hijas, que tenían sueños, que dejaron un vacío en sus seres queridos quienes no dejan de buscarlos con la esperanza de encontrarlos y realizan proyectos como Dignificando la Memoria para no olvidarlos en medio de un contexto de impunidad.

Como un ejercicio para recordarlos, familiares de víctimas de desaparición junto con el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia A.C., así como la embajada de la República Federal de Alemania, crearon el proyecto Dignificando la Memoria, que tiene como objetivo contar las historias de los desaparecidos y sus familias.

Los fríos números de las desapariciones

La Comisión Nacional de Búsqueda refiere que de los desaparecidos mil 461 son hombres, mil 67 son mujeres y tres son personas con sexo indeterminado. La mayoría de las personas que desaparecieron son de Puebla, Tehuacán, Atlixco, Tepeaca y Huauchinango.

Destaca la capital poblana ya que la cantidad de personas no localizadas es 10 veces mayor respecto a cualquier otro de los municipios poblanos.

El aumento de las desapariciones en el estado comenzó bajo el mandato del panista Rafael Moreno Valle Rosas. En la entidad se vivió represión política y la cooptación de territorios por parte de las redes de trata de personas y de robo de hidrocarburos, problemáticas que generaron un caldo de cultivo para las desapariciones, el documento que presenta el proyecto.

Ahora, el gobierno actual del morenista Luis Miguel Barbosa Huerta, se caracteriza por la minimización de las problemáticas sociales, especialmente las que sufren las mujeres, añade.

En junio del 2020, el mandatario estatal declaró que la cantidad de desapariciones reales es mínima pues muchas de las mujeres están desaparecidas porque se van con el novio, ignorando que, aun cuando algunas mujeres puedan encontrarse con su pareja sentimental, los métodos de captación de las redes de trata de personas que operan en Tlaxcala y Puebla recurren al amor romántico y a la manipulación para enganchar a sus víctimas.

Ante las desapariciones, dos colectivos ayudan a localizar a las personas en Puebla: Uniendo Cristales y Voz de los Desaparecidos en Puebla, que colaboraron para hacer el proyecto.

La persistencia de la memoria

Para el ejercicio de Dignificando la Memoria, presentado en la IBERO Puebla, 35 personas fueron entrevistadas: 27 fueron mujeres y ocho hombres, lo que refleja la feminización de la búsqueda. En la mayoría de los casos son las mujeres quienes asumen las tareas de búsqueda.

De los entrevistados destaca que el 40 por ciento de las personas que buscan son madres o padres; el 26 por ciento son hermanas o hermanos; el 14 por ciento son parejas sentimentales; el 11 por ciento son hijas; el 6 por ciento son tías y el 3 por ciento son nietos.

Respecto a la ocupación de los desaparecidos, algunos eran carpinteros, pintores, vigilantes, choferes, empleados en negocios o empresas, vendedores ambulantes, algunos eran desempleados, otros eran estudiantes y solamente una persona se encontraba jubilada.

En cuanto a su estado civil, 18 vivían en unión libre; ocho estaban solteras; cinco casadas y cuatro separadas.

En el documento también se destaca que el 40 por ciento tiene la preparatoria; el 29 por ciento la secundaria; el 17 por ciento la primaria; el 11 por ciento la licenciatura y sólo una persona no tenía estudios.

De las 33 personas desaparecidas en Puebla, nueve desaparecieron en el municipio de Huachinango; ocho en el municipio de Puebla; cuatro en Amozoc; dos en Tehuacán; dos en Huejotzingo y solamente una persona en los siguientes municipios: Esperanza, Izúcar de Matamoros, Nuevo Carrizal, Palmar de Bravo, San Andrés Cholula, San Francisco Teotihuacán, San Martín Texmelucan y San Salvador El Seco.

Documentan modus en desapariciones

La mayoría de las desapariciones fueron perpetradas por particulares, en cinco casos se presume una participación tanto de agentes públicos como de personas particulares.

En treinta de los casos se desconoce si se utilizó algún arma o herramienta para desaparecer a la persona; en 16 casos se utilizó un vehículo para desaparecer a la persona; en quince casos no se tiene información para afirmar que se utilizó algún vehículo y en cuatro casos se sabe que no fue utilizado ninguno.

Además, en el 60 por ciento de los casos las familias no han recibido atención de ningún tipo por las instituciones especializadas para atender la desaparición de personas en la entidad.