• Cultura

El feminismo en las artes plásticas de los años 80 y 90

  • Andrea Morales
El feminismo en las artes plásticas de los años ochenta surgió con la finalidad de otorgar los mismos derechos libertades y oportunidades a la mujer sin ser oprimida por el hombre
.

Durante los últimos años, el feminismo ha cobrado mayor relevancia a nivel mundial; actualmente se concibe como un movimiento político y social que tiene como objetivo conseguir que las mujeres tengan las mismas libertades, oportunidades y derechos que los hombres, asimismo, busca erradicar los múltiples tipos de violencia de los que son víctimas.

A lo largo de la historia, el arte ha servido para plasmar las diferentes ideologías que marcan a una persona, grupo social o comunidad. De esta manera hacemos un breve recuento del análisis artístico que realizaron los estudios universitarios a partir de los Gender Studies hasta los Cultural Studies, enfocados en las corrientes feministas de las décadas de los ochenta y noventa:

Feminismo Esencialista

La notable incursión que mantuvo el feminismo en los años setenta, denominado Esencialista, llegó a las artes plásticas a finales de los años ochenta, donde buscó rescatar y posicionar la experiencia y sensibilidad femenina ante los prejuicios y dogmas impuestos hasta el momento por la sociedad.

Este periodo permitió reivindicar la representación del cuerpo femenino, pues de ser considerado como un estado pasivo pasó a convertirse en uno activo, que llevará a la mujer a reapropiarse positivamente de sus experiencias, dejando de lado cuestiones como su origen social, nacionalidad o “raza”.

Asimismo, el núcleo central se vuelve de la mujer se vuelve la vulva.

Feminismo Posestructuralista o Posfeminismo

También en los años ochenta, el feminismo rearticuló sus nociones y se denominó Posfeminista mediante la deconstrucción de los roles estereotipados que se atribuían a la mujer y al hombre. Esta nueva postura generó un análisis más profundo encaminado a la verdadera noción del sentido biológico y a las diferencias que había en el sexo femenino y masculino.

Ello permitió reflexionar sobre ¿qué se siente ser mujer u hombre?, y desencadenó una conclusión basada en el dominio que tienen las convenciones sociales para construir la imagen del cuerpo femenino que refleja la presencia de un estereotipo que trastorna la realidad.

Foto: Whitney Museum of American Art

Posesencialismo

Finalmente, en los años noventa se situó el Posesencialismo con una visión más enfocada en la transgresión femenina que desmitificará la única función primordial del cuerpo de la mujer: la procreación, dándole mayor importancia al placer y, por consiguiente, a la masturbación y a las sensaciones orgásmicas.

Foto: Anette Messager

En la actualidad, el feminismo apunta a democratizar los espacios políticos, sociales e institucionales a través de la denuncia del contexto cultural que se está viviendo donde se naturaliza la diferencia sexual.

Para este año, las Naciones Unidas actúan bajo el lema “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible” con el fin de reconocer la contribución de mujeres y niñas de todo el mundo que están liderando para construir un futuro más sostenible para todos.

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